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“Hay una tendencia en los argentinos, del signo político que tengan, a creer que podemos vivir del Estado – Graciela Fernández Meijide

Graciela Fernández Meijide es sin duda, una de las mujeres más respetadas, queridas, sobre todo porque es una voz de la sensatez, de la moderación y porque ha tenido una trayectoria (de militancia cívica y política), que ha dejado para muchos justamente esa impronta de lucha y la de poder mirar los hechos con esa honestidad tan necesaria para la Argentina.

Radio Jai dialogó con Graciela de todo lo que sucede en el país, un hermoso diálogo con esta lúcida mujer, que confiesa “estar bastante bien por los 92 años que tiene, a pesar de las muchas nanas que la aquejan”.

La referente de la CONADEP señaló que ha habido una suerte de hueco en la política y en el comportamiento político, y que, tal vez por una práctica política muy poco apegada a la ley y al respeto por la gente, hay un hartazgo de la política y cree que, por ejemplo, la aparición de (Javier) Milei está muy ligada a eso. “Son esos cisnes negros que hay que interpretar en la política”, definió.

Graciela el próximo domingo irá a votar, lo hará acompañada por sus hijos, solo porque por una maculopatía que padece, le impide ver bien. Toma ese “despliegue” de ayuda con humor y disfrutando del cariño que ponen sus hijos en la tarea.

Justamente, hablando de hijos, comentó un diálogo que mantuvo hace unos días con Martín, que tenía 15 años cuando se llevaron a su hermano Pablo de 17, sobre “todo lo que habían pasado”, y que pensaba que Pablo, que nunca apareció, podría haber sido su mejor amigo, y que, entonces, reflexionó que, después de haber pasado por tantas cosas, por tantos miedos, por tanto tiempo de no poder hablar, de no poder leer lo que uno quería, por tanto pelear contra distintas dictaduras, es una obligación ir a votar. “No solo es un derecho, es una obligación”, declara Graciela. Y remarcó que “hay que hacer todo lo posible por llenar de contenido las democracias que terminan saliendo de las urnas, que son muy débiles, y que encima, de gente que las manosea, y que, justamente por eso mismo, hay que ir a votar”.

La exsenadora opina que sí hemos aprendido de lo que hemos pasado, de nuestra tragedia vivida en épocas oscuras. Señala que lo primero que aprendimos y lo más fuerte, y lo que perdura aun pasando fuertes crisis, es que nadie piensa en “recurrir a los cuarteles”. Y explica que entre 1930 y 1976 hubo seis golpes de estado, porque la política no se ponía de acuerdo, y que entonces, alguien recurría a los cuarteles, a los militares que estaban siempre listos para gobernar (mal), los que después se retiraban, sin castigo, había amnistía para ellos. “Ahora se acabó”, expresó.

Acerca de lo que nos pasa como sociedad, que teniendo todas las posibilidades no logramos pensar en un país medianamente factible y normal que pueda incluir, en el que hoy hay niveles de exclusión y pobreza inéditos, Graciela opina que lo que nos ha pasado es que, primeramente,  hay una tendencia en los argentinos, del signo político que  tengan, a creer que podemos vivir del Estado, que el Estado nos debe todo, que, por lo tanto, una de las dificultades que va a tener el gobierno que venga, será el de ir bajando la densidad de lo que es hoy ese  Estado, la cantidad de empleados públicos, los susidios en el transporte y en las tarifas, todas esas cosas que damos como naturales, que no pasa en otros países, donde se paga lo que hay que pagar. Reconoce por supuesto, que, en estos momentos, el dinero no alcanza, porque también, por esa característica de tener un “Estado grande y bobo”, los sueldos son bajos, y que, aun el que tiene trabajo es pobre.

Considera Meijide que realmente lo que el Estado tiene que pagar en serio es la salud, la educación, la justicia y la seguridad, que para eso pagamos los impuestos.

Describe con detalle la dramática situación que se vive  en el campo de la educación, lo que ocurre por ejemplo  en la provincia de Santa Cruz, donde, a causa del pleito con los docentes los chicos hace muchos meses que no tenían clases, que solo puedan acceder a tenerlas quienes asisten a escuelas privadas: “Los padres siempre quieren que los hijos estudien, aun los de los sectores más humildes, hacen un sacrificio y aunque sea lo mandan a una escuela parroquial, porque saben que es importante tener educación”, sostuvo.

En el plano de la política internacional, Meijide citó la invasión de Rusia a Ucrania, que “pegó muy fuerte”. Y señaló como curiosidad, lo que aconteció en la elección de España donde solo pervivieron los dos partidos que tenían estructura previa, el PSOE y el PP, y desaparecen partidos nuevos al estilo Milei, o Vox, que era de extrema derecha, porque la gente ya no tolera eso de retroceder, porque hay derechos que están adquiridos.

Respecto de su visión para la Argentina, Graciela vaticinó para el gobierno que venga, serias dificultades, que en el primer año no veremos grandes ventajas, que será cuestión de la habilidad que tenga quien gane, de combinar con quien haya quedado en la oposición de la mejor manera posible las cuatro o cinco o seis cosas urgentes que hay que hacer y donde va a haber necesidad de que hagan grandes acuerdos, como lo hizo Israel en su momento: “Cuando dos partidos que se mataban entre sí se encontraron ante una crisis económica enorme, dijeron, dejemos las diferencias, pero la economía va por acá”.

Meijide destaca que en la Argentina tenemos mucho de lo que el mundo necesita, que seguimos teniendo el campo, que se ha tecnificado como pocos o como los mejores, vamos a tener gas, tenemos litio y tenemos en toda la cordillera el cobre que tiene Chile, solo que no lo sacamos.

Recordando el final del gobierno de Fernando de La Rúa, que no pudo concluir su mandato, lo que no hubiera ocurrido en ningún otro país medianamente estable de la región, Graciela explicó que la Alianza, como partido, el primer golpe que recibió fue económico, que heredaron algo que ya para Menem era “una mochila de plomo”, la convertibilidad: un peso, un dólar; prometieron que lo iban a mantener así, lo intentaron, a pesar de que era un imposible, pero no lo lograron.

Políticamente, a los diez meses de comenzado el gobierno, el vicepresidente (Chacho Alvarez) renuncia, y la fórmula de la Rúa – Álvarez significaba la unidad de dos partidos, era la primera vez que iba a gobernar una alianza en la Argentina, no había antecedentes. Y la mayor garantía era que estuvieran los jefes políticos en la fórmula presidencial. “Eso lastimó mucho políticamente porque le restó fuerzas”, lamenta. . Por otro lado -comenta Meijide- De la Rúa, que había sido un muy buen jefe de gobierno en la Ciudad, era muy dubitativo, dudaba demasiado, y en ese momento, enfrentaron el problema de que el FMI dejó de prestarle dinero a la Argentina, por decisión política de Bush, el nuevo presidente de los Estados Unidos, que además todo se incrementó con el atentado del 11 de septiembre. “Ahí que era cuando se debía haber salido de la convertibilidad, no se animó, y al final terminó llamando a Cavallo que subió con la aceptación de un montón de gente. Finalmente, no pudo, no supo desarmar la convertibilidad. Dijo que sumado a todo esto, una oposición, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que provocó los ataques a los negocios, una movilización exasperada, que terminó  que alguien le aconsejara a De La Rúa, (Meijide ya no estaba en el gobierno), que impusiera el estado de sitio, y que “pasó lo que pasó”.

Sobre el eventual escenario de una derrota del kirchnerismo en las próximas elecciones, Graciela sostiene que el peronismo va a intentar reconstruirse, pero que le va a llevar tiempo. Cree que, quien gane de la oposición tiene que inmediatamente después sentarse con las distintas fuerzas a negociar y a decir de quién son las responsabilidades, que acá no alcanza solamente con la política, que hay que convocar a los empresarios para que abandonen esa idea retrograda conservadora de una economía chica, poco competitiva, muy autodefensiva, y a la CGT, a los sindicatos, que saben bien que, por más huelgas o movilizaciones que puedan hacer, no están los recursos para los aumentos salariales, por lo menos al principio.

“Va a haber que sentarse a hablar de todo eso, que es bien difícil y la sociedad debe tener conciencia. Espero que quien gane, desde el primer día diga exactamente cómo recibe al país”, cerró.

 

Redacción: Prof Cita Litvak

 

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