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Tiempos violentos

Nos hallamos viviendo tiempos turbulentos, parecería que salimos de la pandemia con niveles de violencia mayores a nivel individual y colectiva a lo que ocurría entes del fenómeno covid.

Para pensar sobre todo esto, hablamos con el Dr. Georgi Weil, psiquiatra, que se dedica a analizar las conductas  personales, que ayuda aquellos que están en el mundo de las adicciones, y en problemáticas diversas, quien nos brinda su mirada a todo esto que percibimos.

Weil antes de comenzar, ya que el tema a analizar es justamente el de la de violencia, deseó recordar que se cumplieron ocho años del asesinato del fiscal Nisman, ”prueba más que palpable de violencia, a la cual se agrega la ausencia de justicia”. Y señala que tenemos como mandato  tzedek , tzedek tirdof “justicia, justicia perseguirás”, y que expresa con ello  su sentido homenaje, tanto a Nisman como a todas las otras víctimas de las diferentes situaciones que hemos vivido.

Comenta el Psiquiatra que la pandemia- cuarentena, fue un tiempo en que se pudo consagrar a la lectura. Entre los libros que leyó citó “El Jinete Pálido”, que fue publicado en 2028, cien años después de la gran pandemia de 1918, conocida como la de influenza española, que nos demuestra cómo un virus, que es una estructura ultramicroscópica es imposible de manejar y que cuando empieza a dispersarse, comienza a hacer estragos y al no estar preparados (quizás nunca) para poder contener una pandemia, entonces empieza algo: Lo más pequeño puede destruir a lo más grande.

Explica que en 20220, llega nuestra pandemia, nuestra cuarentena, y la inhabilidad absoluta de los responsables para coordinar una estrategia tanto de prevención, de curación, como de contención de los individuos. Y remarcó que la violencia se gesta cuando no existe – en quien tiene que coordinarla- la vida civil, la estructura de salud, el proceso de cuidar la fuente de trabajo: Está corrupta. Explica que la palabra “corrupta” va mucho más allá del simple hecho de robarse dineros del Estado, está perversa, significa que está mirando para otro lado, con intención, o simplemente por no tener la capacidad para hacerlo y no teniendo la decencia de poder renunciar.

Sin desear entrar en detalles sobre el “vacunatorio vip”, de las dosis que no sirvieron, de las que se están arruinando,  se enfoca Weil  en la ausencia de conciencia de quienes debían guiarnos en esto que fue una cuarentena extensísima, que produjo devastación en muchísima gente, que se tradujo en cuadros depresivos, depresión; y aquí Weil explica que la depresión no es aquello que se piensa, de alguien que está sentado en su casa, llorando, sin afeitarse, higienizarse, la depresión tiene picos reactivos, momentos de expansión agresiva, es el momento de suicidio, el momento en que la depresión se transforma en la intolerancia hacia el otro, el índice de divorcios que se han producido en los últimos años, excede de lejos la estadística, números que nos demuestran que pasan cosas graves.

Otro libro que explica la violencia, “El tigre Blanco”, que fue escrito en 2008 por un escritor indio que trata sobre las castas en la India y cómo un individuo decide rebelarse en función de ser una persona inteligente, capaz, con habilidades, de esa estructura de casta que lo sometía. La novela tiene un final trágico pero liberador: En un momento, este individuo sometido a su amo, decide matarlo, y al matarlo puede crear su propia empresa de taxis. La escena final muestra cómo los empleados le rinden reverencia como si él fuera el nuevo amo, a lo que se niega, y les explica que están equivocados, que son todos iguales y les dice: “Ustedes son trabajadores, no son esclavos”.

El término “violencia” significa exceso de fuerza, revela Weil, no significa otra cosa. Y en el caso de Fernándo Baez Sosa, esto por supuesto tiene que ver, porque el exceso de fuerza termina con la vida del individuo. Pero viene también lo que resultó anoche, una ceremonia multi religiosa reclamando justicia, y esta es una de las tantas oportunidades en las que el pueblo se reúne espontáneamente para reclamar solamente Justicia. No está pidiendo venganza. La ausencia de justicia incrementa la violencia. La violencia de arriba genera violencia abajo, y la violencia de abajo no es una grieta, es una fragmentación, y cuando algo se fragmenta, la posibilidad de reparar es muy complicada. Y subrayó: “Creo que la violencia de arriba es responsable de la violencia de abajo y si nosotros solamente ejercemos acciones   penales contra la violencia de abajo, y seguimos permitiendo que acontezca la violencia de arriba, no estamos entendiendo nada”.

Consultado si nos hallamos en un pico de violencia y si ve caminos de salida, Weil señaló que “estamos desnudos, pero no por propia voluntad, nos han desnudado”, que eso significa que nos han tocado la dignidad, que es uno de los últimos espacios en donde el individuo se siente entero, y que cuando nos tocan la dignidad, nos desnudan a la fuerza, que cuando la repuesta es una ficción para no dar respuestas, entonces, esa violencia se incrementa.

Basado nuevamente en sus lecturas, Weil, habló de “infocracia”, la democracia de la información, que es aquella en donde no hay democracia, es la distribución de noticias con la intención de tenernos con algo más grave que las fake news, porque se instala un estado en donde el manejo de la información es “El gran Hermano”, es volver a George Orwell.

Agrega a esto el manejo publicitario, el de la información no es accidental. Y citó a al “satánico” Goebbels y su famosa frase “Miente, miente, que algo quedará” y explica que cuando se miente, lo que quedará es mentira. “Este es el punto en donde no soy optimista; creo que el atrapamiento por internet de las generaciones jóvenes, en cualquiera de sus versiones, lo que anula es la capacidad de poder pensar”, reveló.

Sustenta esta idea de lo que es un concepto de pensamiento que plantea “un genio de nuestro tiempo”, un psicólogo israelí que vive en Estados Unidos, Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía 2002, por un libro “Pensar rápido, pensar despacio”. Y explica que, “cuando pensamos despacio, tenemos capacidad de comprender, de armar una estrategia; cuando pensamos rápido, no pensamos”.

A modo de reflexión final Weil confiesa que su temor está puesto en el avance de la inteligencia artificial, en los algoritmos que no nos van a permitir pensar por nosotros mismos, que van a decidir por nosotros; que el algoritmo no es un ente robótico inexistente, es una corporación, por lo que, opina que vienen tiempos muy difíciles, que la violencia va a seguir creciendo, y que no hay pequeñas terceras guerras mundiales, que cualquier guerra es grande.

Redacción; Prof Cita Litvak

 

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