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Afganistán: al menos 9 muertos tras un ataque con un coche bomba en Kabul

Este domingo, la capital de Afganistán, Kabul, fue presa de un ataque con un coche bomba que dejó al menos 9 víctimas mortales y 20 heridos, en uno más de la ola de atentados que está sufriendo el país desde hace meses. Según el Ministerio del Interior del país, el Gobierno está trabajando para esclarecer los hechos. Ningún grupo se adjudicó aún la autoría del hecho.

Ya son dos los ataques con bombas a los que Afganistán ha tenido que hacer frente esta semana. En medio de los intentos del Ejecutivo por acabar con los atentados, un coche bomba dirigido a un legislador afgano mató a nueve personas e hirió a más de una docena en Kabul este domingo.

Las imágenes en la televisión local mostraron al menos a dos coches en llamas y una gran cantidad de daños causados por la explosión. El ataque tenía como objetivo al parlamentario Khan Mohammad Wardak, quien resultó herido pero se encuentra estable, según señaló el ministro del Interior, Masaoud Andarbi.

“Nueve civiles de nuestros compatriotas han sido martirizados en este ataque y según el último informe 20 personas han sido heridas también. Han sido trasladados a hospitales. Khan Wardak, representante de Kabul en el Parlamento, también está entre los heridos, está en buenas condiciones”, explicó el funcionario a los periodistas, añadiendo que todas las víctimas eran civiles.

A pesar de que ningún grupo reconoció ser autor del ataque inmediatamente, el grueso de las sospechas recae sobre los talibanes, milicia que ya ha protagonizado numerosos atentados en la capital afgana. De hecho, el portavoz del Ministerio del Interior, Tariq Arian, acusó a los “terroristas” –haciendo referencia al grupo fundamentalista islámico– de ser responsables de la explosión. No fue el único político que hizo referencia a esa organización, mientras que el Gobierno indicó que trabaja para esclarecer los hechos.

“Los enemigos de Afganistán llevaron a cabo un ataque terrorista contra Khan Mohammad Wardak”, subrayó el presidente Ashraf Ghani, quien condenó el hecho en una declaración.

Negociaciones de paz estancadas

La capital afgana se ha visto asolada por un recrudecimiento de la violencia en los últimos meses, a pesar de las conversaciones de paz entre los talibanes y el gobierno, que se están llevando a cabo desde septiembre en Doha, capital de Qatar, con las que intentan dar una salida a décadas de conflictos con el grupo paramilitar.

Estas conversaciones se han suspendido hasta el 5 de enero y las dos partes aún no se han puesto de acuerdo sobre la agenda que tratarán. Por su parte, el presidente Ghani ha pedido que la próxima ronda de conversaciones se celebre en Afganistán.

En un acuerdo separado del de Doha en febrero, el Ejecutivo pactó con los talibanes que las tropas estadounidenses abandonarían Afganistán en mayo de 2021 a cambio de garantías de seguridad y la promesa de seguir con las negociaciones.

Pero, aunque la milicia parece haber renunciado a los ataques en las grandes ciudades, ha seguido con su persecución de las fuerzas gubernamentales. De hecho, en las últimas semanas, una decena de funcionarios de alto rango han muerto en explosiones de coches bomba, en una cruzada que portavoces oficiales, activistas y periodistas afganos atribuyen a los talibanes.

La explosión de este domingo llega justo dos días después de que 15 niños murieran y muchos más resultaran heridos cuando una moto cargada de explosivos reventó cerca de una reunión religiosa en la provincia oriental de Ghazni. En el momento de la explosión, niños y adultos se reunían para asistir a una lectura del Corán, una actividad habitual del Viernes Santo musulmán en el distrito de Gilan, a unos 120 kilómetros de Ghazni, la capital de la provincia homónima.

Las autoridades señalaron a los talibanes como autores, pero estos negaron su implicación y dijeron que el estallido se produjo cuando “artefactos explosivos sin detonar” se activaron cerca de los niños.

En este contexto de violencia en el país, el frente de los talibanes no es el único que el gobierno de Kabul tiene abierto, ya que las fuerzas gubernamentales también se enfrentan al Estado Islámico en el este del país, donde tiene mucha presencia y goza de gran apoyo. De hecho, ambos grupos paramilitares chocan a menudo por el control de territorios en el país.

En los últimos tres meses, los talibanes han matado a casi 500 civiles y han herido a más de 1.000 personas, según informó el Ministerio del Interior.

Los negociadores talibanes estuvieron en Pakistán el viernes para reunirse con el primer ministro paquistaní, Imran Khan, quien pidió una reducción de la violencia y un cese del fuego.

Con información de AP y AFP

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