“No se puede reemplazar la presencialidad, pero hay que destacar la creatividad de escuelas y docentes”

Dialogamos con la Lic. Karina Korob, Coordinadora de Programas y Proyectos del Consejo Central de Educación Judía de la República Argentina (Vaad Hajinuj), para actualizar la situación de la educación judía en tiempos de aislamiento.

“A medida que la cuarentena se fue extendiendo, las escuelas se fueron reacomodando y adaptando, encontrando en el andar nuevas estructuras y rutinas que le iban funcionando. Las escuelas, a través de distintas estrategias, tratan de llegar a los alumnos en distintos ámbitos, no solo en la virtualidad, por ejemplo a través de un Zoom, sino que mandan cosas para que hagan asincrónicamente en su casa, videos, tareas, lecturas, etc.

”, expresó.

Respecto de la forma de evaluar el aprendizaje a distancia, aclaró que “hay una disposición del Ministerio de Educación de no evaluar con calificación numérica o la que corresponda según el nivel. Cada escuela va encontrando distintos mecanismos para hacer un acompañamiento, porque la evaluación implica acompañamiento y saber cuánto se entendió, cuánto incorporó un alumno, cuánto falta, qué cosas hay que repasar o plantearlas desde otra perspectiva.

Hay mucha evaluación a través del juego, por ejemplo. Y no lo digo solamente por la normativa del Ministerio de Educación, sino que lo hago con una nueva visión de la evaluación, de no quedarnos en la nota o aprobar un examen”

La pregunta es si lo virtual llegó para quedarse al menos en algún tipo de formato dentro de la educación, una vez que se produzca el regreso a las aulas. “Reemplazar la presencialidad no se puede, pero sí quiero destacar la gran creatividad que los docentes y las escuelas en general han encontrado para acompañar en las festividades. Primero, todos los viernes los kabalat shabat; ya pasamos Pesaj, Shavuot, Iom Ierushalaim, ha habido encuentros presenciales, los chicos desde sus casa pueden ser partícipes de los encuentros. Todo esto logra que la emoción traspase pantallas y estoy segura de que van a dejar huella en los estudiantes.¿Qué de todo esto será parte o quedará en el formato de aprendizaje del futuro? Es algo que los educadores se están replanteando, todos los educadores del planeta. La incorporación forzada de las tecnologías, tiene que quedar. Así como quedaron normas de higiene, hay algo de lo virtual y de lo tecnológico que es muy valioso y que tiene que ser optimizado y utilizado como una herramienta más. Yo creo que la escuela presencial es altamente valiosa y no hago un intercambio, no lo negocio; sin embargo hay cosas que hay que tomar, solamente para acompañar y encontrar otras formas de llegar a los alumnos, de actualizarnos y de optimizar lo que la tecnología nos puede dar en favor del aprendizaje. Hoy en todas las aulas de la red escolar judía, tenemos pantallas”, indicó.

La virtualidad tiene un costado intrusivo, ya que obliga a abrir de alguna manera la casa y los espacios personales.

“Así como entramos a las casas de nuestros estudiantes, a su intimidad, también en las casas de los docentes, y encontrar un equilibrio es difícil y genera mucha tensión, pero de a poco lo vamos encontrando”.

“Saber que todos estamos preocupados por lo mismo también está bueno porque podemos pensar desde distintas latitudes del planeta sobre lo mismo”, concluyó Korob.

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