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Se lleva a cabo el carnaval antisemita de Aalst

Los carnavales son fiestas para romper los límites del decoro, del humor o de la tolerancia, pero en algunos casos pueden ir demasiado lejos. Eso empieza a pensar Bélgica​ de su antiguo Carnaval de Aalst, uno de los más renombrados del país y que se celebra desde hace al menos 600 años en esa ciudad flamenca de unos 130.000 habitantes. En la web que dedica a las fiestas, el Ayuntamiento dice que “todo es posible, todo está permitido”.

El gobierno belga teme que este año sea el que colme el vaso y Aalst se convierta en un escándalo internacional.

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En los últimos años crecen las críticas, sobre todo desde que se usaron caricaturas de judíos ortodoxos de narices aguileñas y sentados sobre unos sacos de oro. Una carroza centra tal atención que en Aalst esperan una gran concentración de medios de comunicación extranjeros, entre ellos la televisión pública israelí.

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La polémica lleva años creciendo. La UNESCO amenazó con quitar esas fiestas de su lista del patrimonio inmaterial de la Humanidad y el Ayuntamiento de la ciudad le contestó al organismo mundial de protección de la cultura diciéndole que de acuerdo, que los sacara de la lista.

La diplomacia israelí también mueve sus cartas. La Cancillería pidió al gobierno belga que hiciera algo para evitar la representación antisemita. Mientras, el alcalde, el nacionalista flamenco Christoph D’Haese, asegura que el Carnaval tiene vocación de “reírse de todo. Nos reímos de la Iglesia (católica), de los reyes, de los judíos, de la política internacional, de los musulmanes. Es la libertad de expresión en su más amplia interpretación”.

El jefe del gobierno local dice que su ciudad no es antisemita y que en otras ocasiones se llegó a construir un muñeco que imitaba al jefe de su partido, Bart de Weber, y se le vistió de soldado nazi.

Bélgica condena penalmente la incitación al odio racial y el negacionismo que minimice crímenes contra la Humanidad como el Holocausto. Los expertos consultados por la prensa belga dicen que la carroza con las caricaturas de los judíos ortodoxos sentados sobre sacos de oro, por más polémica que sea, no cae en esos supuestos y sería absuelta en los tribunales por la defensa de la libertad de expresión.

El gobierno belga sí teme que la fiesta degenere y que la polémica atraiga a Aals a grupos de ultraderecha que alimenten un ambiente antisemita que quiere evitarse. En ese caso, y como la polémica estaba anticipada, sus organizadores sí podrían ser acusados de algo más que de tener mal gusto al verse envueltos en manifestaciones antisemitas.

Yohan Benizri, presidente del Comité de Coordinación de las Organizaciones Judías de Bélgica asegura que teme las consecuencias del Carnaval de Aalst. Para la diplomacia israelí, “en el siglo XXI, mientras el antisemitismo vuelve a crecer y a mostrar su fea cara, no puede haber ninguna tolerancia contra este fenómeno odioso”.

Jan Jambon, presidente de la región de Flandes y miembro del mismo partido que el alcalde de Alost (N-VA) visitó en enero el campo de exterminio de Auschwitz​. Entonces criticó las caricaturas de los judíos y pidió a los organizadores del Carnaval que tuvieran en cuenta los sentimientos de la comunidad judía. Este domingo empiezan los cortejos.

Finalmente, y a pesar de la polemica, el carnaval se lleva a cabo con sus tradicionales demostraciones de antisemitismo.

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Entre las exhibiciones del desfile había una carroza con Jesús en la cruz y el mensaje “no toques a mi judío”.

Otros asistentes al desfile estaban vestidos como insectos, pero llevaban los sombreros típicamente utilizados por los judíos jasídicos y falsos peyes, algunos de estos juerguistas estaban pintados como payasos

El desfile también contó con un falso Muro de los Lamentos con el mensaje: “Bueno, también te quejarías si te cortaran el pene”.

Otro falso Muro de los Lamentos mostró dibujos animados de hombres jasídicos con narices exageradamente grandes, junto con una mujer con el pecho desnudo que llevaba un sombrero y un pie, diciendo “Estoy celoso” y “No tengo una nariz grande”.

Otros asistentes al desfile llevaban chalecos azules con el logotipo de la UNESCO y el mensaje: “La UNESCO pone fin al carnaval de Aalst”.

Es necesario recordar que en distintos momentos de la historia los carnavales fueron un marco propicio para hordas antisemitas salieran a matar judíos.

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente,

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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