Falleció el (casi) brillante Stephen Hawking: El genio que apoyaba el boicot a Israel

Stephen Hawking, el físico de fama mundial que murió el miércoles, tuvo una relación difícil con Israel.

En 2013, su decisión de boicotear una conferencia en Jerusalem en honor a Shimon Peres, el fallecido presidente israelí, llegó a los titulares internacionales, lo que provocó indignación en Israel y gran parte del mundo judío.

La conferencia, que debía marcar el 90 cumpleaños del líder israelí, contó con la presencia de líderes mundiales y celebridades, entre ellos el ex presidente estadounidense Bill Clinton y el ex primer ministro británico Tony Blair. La decisión de Hawking de dar marcha atrás fue sorpresiva ya que inicialmente notificó a los organizadores que asistiría.

Sin embargo, bajo presión del movimiento internacional Boycott, Divest and Sanctions, se negó. Al principio, sus asociados dijeron que Hawking no asistiría debido a su mal estado de salud, aunque más tarde se confirmó que su decisión había sido provocada por el apoyo al movimiento de boicot.

En una carta a los organizadores de la conferencia, Hawking escribió: “He recibido varias cartas de académicos palestinos. Son unánimes en que debería respetar el boicot. En vista de esto, debo retirarme de la conferencia”.

Respondiendo a su decisión, los organizadores emitieron una airada declaración en la que decían: “El boicot académico es, en nuestra opinión, escandaloso e impropio, ciertamente para alguien para quien el espíritu de libertad se basa en su misión humana y académica. Israel es una democracia en la que todos los individuos son libres de expresar sus opiniones, cualesquiera que sean. La imposición de un boicot es incompatible con un diálogo abierto y democrático”.

Aunque muchos músicos y artistas se han negado a visitar Israel como una forma de mostrar solidaridad con los palestinos, Hawking fue el primer científico de su nivel en abrazar el movimiento de boicot.

Muchos opuestos a su decisión tomaron las redes sociales en ese momento para desahogar su enojo, algunos lo acusaron de antisemita absoluto y otros llegaron a ridiculizar su condición física.

Tras esto, empezaron también a criticarlo, debido a que el sistema informático a través del cual se comunica con el mundo, funciona en un chip diseñado por el equipo israelí de Intel.

Luego, en la revista Time, David Wolpe, el destacado rabino de Los Ángeles, expresó su indignación. “Como Hawking debe saber, está boicoteando precisamente a aquellos que probablemente estén más de acuerdo con su postura política, la comunidad académica de izquierda en Israel. Es difícil creer que respalda la teoría de que si puede hacer que algunas conferencias académicas sean un poco menos prestigiosas, la paz florecerá”.

No fue la primera vez que Hawking tomó partido con los palestinos contra Israel. En 2009, en una entrevista con Al Jazeera, condenó la operación militar israelí en Gaza y dijo que era desproporcionada. “La situación es similar a la de Sudáfrica antes de 1990 y no puede continuar”, intentó justificar.

El año pasado, Hawking instó a sus millones de seguidores en Facebook a donar dinero para ayudar a financiar una serie de conferencias en física para estudiantes de posgrado palestinos en Cisjordania.

Sin embargo, Hawking visitó Israel cuatro veces, la última en 2006, cuando como invitado de la embajada británica en Tel Aviv, pronunció conferencias públicas en universidades israelíes y palestinas.

Posiblemente el científico más famoso del mundo, Hawking disfrutó de una relación especial con un físico israelí ahora fallecido, Jakob Bekenstein, que murió en 2015.
Bekenstein, que fue profesor tanto en la Universidad Ben Gurion como en la Universidad Hebrea de Jerusalem, se considera que es el hombre que le enseñó a Hawking acerca de los agujeros negros. Hawking fue inicialmente uno de los detractores de Bekenstein, pero finalmente abrazó las ideas innovadoras del científico israelí, que sirvieron como base para su propia teoría revolucionaria de que los agujeros negros emiten radiación.