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Israel no debe detener su avance en Rafah

Radio Jai- Israel no debe detener su avance en Rafah      

Necesario y urgente operativo militar en Rafah

En las primeras horas del 12 de febrero tropas del Comando 13 (Shayetet 13) y una unidad antiterrorista especial irrumpieron en la segunda planta de un edificio en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, asesinando a terroristas y liberando a Fernando Marman y Luis Har, dos de los secuestrados que retuvo Hamas desde hace 129 días. Este operativo deja en claro que Israel no debe renunciar a la nueva y crucial etapa en esta guerra.

La masacre perpetrada por Hamas el 7 de octubre de 2023 inició una guerra que ya lleva poco más de cuatro meses donde detuvo abruptamente la vida de los israelíes en esa trágica mañana cuando los terroristas se infiltraron y tomaron por asalto a las poblaciones del sur de Israel asesinando a más de 1200 personas y secuestrando a otras más de 240. Al igual que en otras guerras existenciales, Israel está frente a una compleja situación: reconocer que no es una guerra que hayan empezado, pero que sí es una guerra que no pueden perder.

Los desplazamientos de la población gazatí del norte hacia la zona sur provocaron en Rafah, una ciudad muy próxima a la frontera con Egipto, el amontonamiento de más de 1,4 millones de personas producto de la guerra. Como ocurrió en 1948 con los ataques de los ejércitos árabes en contra del joven estado judío, Hamas es el único responsable de estos nuevos desplazados ya que sin la masacre del 7 de octubre no hubiera habido ningún desplazado en la Franja de Gaza.
Decisiones militares y también políticas.

Un estado democrático donde las decisiones militares están también condicionadas por la política y por el respeto a la normativa internacional, siempre presentará una desventaja comparativa frente a un grupo terrorista como Hamas que el derecho internacional humanitario les es antinatural. Hamas, en su propia existencia, es ilegal a los ojos del derecho internacional y se percibe impune de poder hacer lo que quiera, incluso de utilizar a los palestinos como escudos humanos.
Esta relación entre las decisiones militares siempre evaluando las consideraciones (y costos) políticos son un planteo que condiciona a la hora de trazar la forma de entrar en Rafah. Entre los condicionamientos internos hay una situación ya muy difícil de sostener para el gobierno de Jerusalén y es el muy entendible reclamo de las familias de los secuestrados (134 todavía retenidos) que pagarían cualquier costo para que sus seres queridos vuelvan a casa vivos o muertos, algo que colisiona con la idea de una guerra de desgaste, de larga duración, en donde el gabinete militar busca la destrucción total de Hamas.

El drama de los secuestrados es uno de los traumas más visibles en la mentalidad del pueblo de Israel quien en más de cuatro meses no ha dejado de gritar ante el silencio aturdidor de las Naciones Unidas. Hubo que esperar más de cien días para que la enviada especial de la ONU que investiga los delitos sexuales viajara a Israel para elaborar un informe sobre las violaciones a mujeres el día de la masacre y escuchar el testimonio de rehenes ya liberados que advierten sobre vejaciones por parte de terroristas de Hamas en los túneles contra hombres y mujeres israelíes.

Fuerte presión internacional

A su vez existe también un condicionamiento externo que impacta directamente en un muy importante frente de esta guerra que es el de la opinión pública global. La administración de Joe Biden, que transcurre un año electoral con Donald Trump habiendo triunfado cómodamente en las elecciones primarias del Partido Republicano, ha dejado en claro que no avalaría una operación terrestre en Rafah ya que provocaría ·una crisis humanitaria sin precedentes·.

La intención de congelar el conflicto es casi tan peligrosa como la irresponsable idea de un alto al fuego que solamente beneficiaría a Hamas, debilitaría enormemente a Israel en su guerra disuasoria contra Irán y echaría por la borda todo el esfuerzo militar que Israel ha logrado en cuatro meses: eliminar a 18 de los 24 batallones de Hamas.

En Rafah las FDI se encontrarán, en una operación probablemente planificada para terminar antes del comienzo de Ramadán, a 4 de los 6 batallones de Hamas que todavía quedan en pie y buscarán capturar a Yahya Sinwar, uno de los jerarcas máximos del gobierno de Gaza y parte de los autores intelectuales de la masacre.

Distintos informes señalan que Sinwar podría estar en los túneles de Rafah y estar utilizando a muchos de los 134 rehenes como sus escudos humanos. Ya no sólo para el gabinete militar ni el gobierno, sino para todo Israel, Rafah puede ser la última oportunidad de encontrar a los rehenes que faltan.

Esta batalla decisiva dispondrá de una presión externa aumentando exponencialmente y con Hamas apostando al uso de los civiles como escudos humanos, una salvaje práctica que se verá potenciada ya que en Rafah hay una fuerte densidad poblacional que Israel buscará proteger antes de ingresar.

Sin embargo, como ya hemos visto, la ecuación fundamental aquí es que para Hamas es necesario la mayor cantidad posible de víctimas mortales y en especial ancianos, mujeres y niños. Esas fotos son las que luego Hamas, a través de canales informativos ligados a Rusia e Irán o fondos árabes en occidente, replica para construir el relato del genocidio.
A pesar de la presión que ya no sólo ejercen los países árabes y los activistas palestinos, sino también miembros de la Unión Europea y Estados Unidos, Israel debe ingresar en Rafah. Allí probablemente estén muchos de los secuestrados y las últimas capacidades militares de Hamas antes de ser arrojado al vacío de la aniquilación.

 

Luciano Mondino

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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