“Llega un momento en que la arrogancia por el poder te hace perder el rumbo correcto y te aleja del sendero del sentido común” Shlomo Ben Ami
Shlomo Ben Ami, fue canciller de Israel, una personalidad que ha dedicado su vida al Estado judío y al arte de la negociación. Hoy en un diálogo exclusivo con Radio Jai analizó el difícil momento que se vive en su país:
“Es un punto álgido de un choque de culturas que se está llevando a cabo en Israel desde hace muchos años”, señaló para comenzar; y explicó que lo que tenemos en forma genérica es una alianza de minorías que se sienten representadas por la coalición que formó Netanyahu, por un lado, y por otra parte, la Israel de la clase media, media alta, más académica y que eso explica de alguna manera que en las unidades militares se vean golpes de estado muy sui generis.
En el razonamiento del ex canciller israelí, el ejército tiene una mayor sensibilidad porque, entre otras razones, ha estado inmerso en campos de batalla muy complejos en esta parte del mundo, donde fácilmente se está proclive a acusaciones de cometer crímenes de guerra, que cualquier bombardeo de la aviación israelí sobre objetivos militares en Gaza, puede terminar matando civiles. Y que eso, inmediatamente despierta el interés del Tribunal de la Haya, pero que, si no se tuviera un Poder Judicial independiente y con credibilidad internacional, eso no blindaría a nuestros soldados de acusaciones de crímenes de guerra. En contraste, con un Tribunal Supremo politizado, como lo pretende Netanyahu, cualquier piloto israelí podría ser detenido en un aeropuerto internacional.
“No alcanzo a entender de dónde viene este fanatismo tan imbécil en las que expones a tus unidades de elite de esa manera”, manifestó indignado.
Interpreta el profesor Ben Ami, la carrera política de Netanyahu como “una obsesión por mantener la base de sustentación política”, y que el momento más simbólico de su carrera política tuvo lugar en 1998 cuando llegó a un acuerdo con Arafat por el cual se comprometió a retirarse del trece por ciento de los territorios palestinos, lo que le costó que, al regresar a Israel, su propia coalición se desintegrara porque no estaba dispuesta a asumir esas concesiones. “Fue para él una lección que definió su carrera política desde entonces hasta hoy, la de no abandonar nunca su base política”. Sin embargo, explica el estadista, que eso confiere el riesgo de convertirse en rehén de esa base política, y que impide llegar a acuerdos de paz, a cuestiones sociales, más allá de lo que tu base política permite.
“La base política, sobre la cual Netanyahu ha llegado al poder hace tres meses, está formada por ortodoxos, sefarditas y askenazis, que intentan decretar una ley con valor constitucional para equiparar el estudio de la Torá al Servicio Militar”, señaló. Y añadió que es una sociedad que está creciendo de forma exponencial en la que la mujer ortodoxa tiene en promedio siete hijos, en la que un gran porcentaje de los varones no trabaja, o que si lo hacen, es en labores poco productivas. “Cada dólar que el estado israelí invierte en la minoría árabe, es un dólar que produce crecimiento económico, porque la minoría árabe quiere integrarse y trabaja; que cada dólar que se invierte en los ortodoxos es un dólar perdido” porque ese dólar va para el consumo y seminarios religiosos, no para las necesidades del mundo de hoy.
Señala además, que están intentando establecer una ley de carácter permanente para que ellos no cumplan con el Servicio Militar, lo que es muy grave, teniendo en cuenta que en diez años serán el treinta por ciento de la sociedad. Por otra parte, respecto del Likud actual dijo que este no tiene nada que ver con aquel Likud de Menajem Beguin: “Es hoy una casta de fieles de derecha fanática”, calificó.
Acerca de si Netanyahu podría modificar en algo esta realidad, cuando él está de rehén de su propio gobierno, explicó el entrevistado que la reforma judicial está ligada al propio futuro legal del Primer Ministro, de la que esperaba que llegado el momento lo liberara de los cargos que pesan sobre él. ”Está en un juego de cuadratura del círculo constantemente, que cada vez se le hace más difícil resolver”. Considera que, en esta situación, procurará dejar de lado por un tiempo la Reforma, llegar algún tipo acuerdo con el Centro, con el partido de Benny Gantz, , pero sin esperar que se integren a un gobierno de un Netanyahu enjuiciado por ciertas causas. Por eso no cree que pueda el gobierno ampliar su coalición, por lo que no le ve larga vida a este gobierno.
Y añadió que aun superado el tema de la reforma y aplacada esta crisis, el gobierno no podría sobrevivir ante la administración norteamericana, o a los europeos, con un partido mesiánico como el de Ben Gvir y Smotrich. Tampoco los Acuerdos de Abraham podrán resistir mucho, cuando desde la coalición se apoya a que se queme una aldea palestina, como sucedió en Hawara.
Sobre esos grandes estadistas que se perpetúan en el poder, sostuvo el analista: “Llega un momento en que la arrogancia por el poder te hace perder el rumbo correcto y te aleja del sendero del sentido común”. Y dio como pequeño ejemplo el viaje de Netanyahu con su esposa para ver a la Primer Ministro de Italia, encuentro que no tenía ningún sentido, ni político, ni estratégico, “más que un fin de semana con su esposa”, y que, ahora, en medio de toda la turbulencia, un viaje a Londres (donde se encontró con grandes manifestaciones en contra de su gobierno) ocupando sesenta habitaciones en el hotel Savoy con su esposa y todo su séquito. Sostiene que eso es perder conexión con la realidad, y subrayó que, aunque esa erogación para un país rico como Israel no sea relevante, es la imagen que se le da a su sociedad lo que importa. “Hoy el odio que uno ve en la Israel liberal hacia la figura de Netanyahu y a su familia es visceral”, reveló.
No hay democracia que pueda tener un mismo Primer Ministro por15 años y que vaya por otros 4 años. Los más largos como (Margaret) Tacher en Gran Bretaña, duró 11 años o Felipe Gonzáles en España, 14 años.
Observa Ben Ami lo que ocurre en el ámbito internacional, y explica que cuando un nuevo primer ministro israelí forma gobierno, la primera invitación que recibe es la de visitar la Casa Blanca, lo que no ha sucedido: “Estados Unidos le está dando lecciones de democracia diciéndole que no lo recibirá”, Y añadió que lo más humillante fue que en una rueda de Prensa, en Berlín cuando el Canciller alemán Olaf Sholtz a ochenta años del Holocausto, en público, expresó su “gran preocupación” por la reforma judicial impulsada por el Gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, instándolo a encontrar una solución a la crisis de su país y a no alejarse de la senda de la democracia.
Ben Ami, a pesar de este escenario de crisis, se declara optimista en lo que refiere al futuro de su país. Sabe y aplaude las energías sociales, culturales, la creatividad científica, que hacen de Israel un país muy potente. Desalienta cualquier intento de los enemigos externos de pensar que esto les da una oportunidad.
Sugiere que hay que crear nuevas formaciones políticas, dar paso a nuevos líderes; confía en que esto se resolverá, pero que se deberán tomar decisiones difíciles, establecer reglas de juego, fundamentales para ello. Recordó que Israel no tiene Constitución, y que se debe establecer un sistema constitucional que reconcilie la diversidad política y social.
Esta crisis debe verse como una oportunidad, y para ello los políticos deberán estar a la altura, concluyó.
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Redacción: Prof Cita Litvak
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