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Los personajes de Lag BaOmer y sus ejemplos de vida

Los personajes de Lag BaOmer y sus ejemplos de vida

Queridos amigos:
Tres son los personajes de la gesta libertadora de Lag BaOmer: Bar Kojvá, Rabi Akiva y Rabi Shimón Bar Yojai. La situación del pueblo de Israel durante esa época es bien conocida: bajo el reinado del Emperador romano Adriano las restricciones y prohibiciones contra nuestro pueblo se incrementaron a tal punto que amenazaban nuestra continuidad espiritual – en particular, tres proscripciones cruciales: estudiar la Torá, respetar el Shabat y realizar el Brit-Milá, la circuncisión ritual -.

Ante el acoso, el pueblo judío inició una rebelión en el año 132 e.c. que condujo a una corta pero gloriosa independencia del imperio opresor por tres años – lo que celebramos el 33 de la cuenta del Omer, Lag BaOmer -. El carismático líder militar y excepcional estratega de la revuelta fue Shimón Bar Kojvá (también llamado Bar Koziva), quien, iniciando una guerra de guerrillas, puso en vilo al poderoso ejército romano – que tuvo que enviar 8 legiones y pelear por tres años para poder derrotarlo[1] -.

Bar Kojvá no estaba solo en su liderazgo. Él gozaba de la legitimación que le otorgaba el apoyo incondicional del más grande líder espiritual de su época, y uno de los más importantes pensadores judíos de todos los tiempos: Rabi Akiva, el primer compilador de la Mishná (la primer parte de la Torá Oral) e indiscutible guía de nuestro pueblo en el siglo II de la era común. Si Bar Kojvá era fuerza y órdenes, Rabi Akiva era sostén e inspiración. Se trataba de una verdadera conducción dual, en donde el cuerpo y el alma de los Hijos de Israel estaban unidos en la causa fundamental de garantizar nuestra libertad espiritual y nuestro derecho a la continuidad de nuestras creencias en un Imperio decidido a imponer el helenismo y el culto al emperador en todas sus comarcas.

Existió, también, otra figura maravillosa en esa época, mucho más oscura e intrigante: Rabi Shimón bar Yojai. El Talmud[2] nos relata que Rabi Shimón – un destacado discípulo de Rabi Akiva – fue sentenciado a muerte por los romanos por salir en defensa de su maestro – quien conducía junto a Bar Kojvá la revuelta contra el poder romano -. Rabi Akiva, Rabi Shimón bar Yojai y su hijo Eleazar se ocultaron en una caverna en el Monte Merón. Cuando el enemigo fue derrotado (en Lag BaOmer), una voz celestial exclamó: “¡Salgan de vuestra caverna!”. Como fueron 11 largos años los que Rabi Shimón permaneció en esa caverna, se le atribuye la creación durante esos años de la obra mística por antonomasia, el texto básico de la Cabalá: el Zohar.

Lag BaOmer, entonces, en su mensaje para nuestras generaciones, nos provee de estas tres figuras arquetípicas, las que, en su combinación, nos proponen un modelo de liderazgo sustentable, significativo y casi ideal para nuestro pueblo, y, a la vez, nos proporcionan lecturas diferentes de cómo acercarnos a nuestra realidad y a la vida en general:

– Rabi Akiva representa el espíritu individual y colectivo de todos y cada uno de los miembros de Israel; la sabiduría, la reflexión y el conocimiento; la preocupación por el bien común, y por los legados eternos de nuestro pueblo.

– Shimón Bar Kojvá es el corazón, la comprometida acción, la traducción de ideas en logros, la defensa de nuestras creencias e ideales.

– Rabi Shimón Bar Yojai es la introspección; la búsqueda de las verdades en todos los niveles; la individualidad dentro de lo colectivo; el dilucidar la trascendencia de nuestros actos – y no sólo sus consecuencias -.

En una era en la que necesitamos tan profundamente de liderazgo, Lag BaOmer viene a enseñarnos muchos de sus componentes más indispensables: reflexión y acción; estudio y compromiso; introspección y conducción; comprensión de la realidad y búsqueda de trascendencia nacional.

Asimismo, Lag BaOmer nos impele a balancear nuestras propias tendencias personales, tratando de reforzarlas con otras que enriquecerán nuestras existencias: análisis con compasión; emoción con comunicación; acción con introspección.

Quiera Dios que, al encender las fogatas que celebran nuestra pequeña victoria, podamos iluminar con ellas nuestras almas y el alma de nuestra Nación con inspiración, con aprendizaje mutuo, y con crecimiento – lo que será la gran victoria de nuestros espíritus -, celebrando un Lag BaOmer que nos conduzca a la reflexión, al mejoramiento de nuestras acciones y al fortalecimiento de nuestra fe y de nuestras creencias.

¡LAG BAÓMER SAMÉAJ!
¡JAZAK VE’EMATZ!
RABINO CARLOS A. TAPIERO
Vice-Director General & Director de Educación
UNIÓN MUNDIAL MACABI

[1] La dura derrota del pueblo judío ocurrió con la caída de Betar, último bastión de lucha contra los romanos, ubicado entre Beit Guvrín y Jerusalem.
[2] Tratado Shabat 33b.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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