Radio JAI

La Radio Judía de Latinoamérica

DONAR

César Milstein, el premio Nobel

César Milstein, el premio Nobel

“César sabía preguntar y escuchaba hasta el final la respuesta, la analizaba y luego daba su punto de vista. Era un sabio generoso”, así lo definió Alberto Roseto, consultor científico dedicado a la producción de anticuerpos monoclonales orientados al diagnóstico y las terapias.

“El alcance de su investigación fue fabuloso”, expresó Roseto y agregó: “Gracias a los anticuerpos monoclonales pudimos identificar a fondo una proteína y diferenciar en la estructura de lo normal y de lo patológico, es decir, si era buena o mala”.

César Milstein nació en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, el 8 de octubre de 1927 en el seno de una familia judía ucraniana. Fue el segundo hijo de Lázaro, quien había llegado a Argentina a los catorce años, que años más tarde se casó con Máxima Vapñarsky, maestra, con la que se radicó en la provincia de Buenos Aires donde posteriormente nacerían sus tres hijos.

“César siempre fue un chico travieso, un poquito rebelde y muy inteligente. No era demasiado estudioso, pero le iba bien en el colegio”, decía Lázaro de su segundo hijo. A los 13 años, se sintió muy influenciado a partir de la lectura del libro Los Cazadores de Microbios de Paul de Kruif, en el que se recopilaban biografías de biólogos como Louis Pasteur o Robert Koch. Cursó su escuela secundaria en Bahía Blanca y luego se trasladó a la Capital Federal para estudiar en la Universidad de Buenos Aires. Se graduó de Licenciado en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, a los 25 años de edad y cuatro años más tarde, en 1956, recibió su doctorado en Química y un premio especial por parte de la Sociedad Bioquímica Argentina; obtuvo su primer doctorado como químico, por su tesis sobre enzimas.

Su descubrimiento de los anticuerpos monoclonales es uno de los hallazgos científicos que más contribuyeron al desarrollo de fármacos innovadores, y que, entre otros grandes aportes, está cambiando el paradigma del tratamiento del cáncer.

“Lo paradigmático de la creación de Milstein fue que nunca antes un descubrimiento básico había pasado tan rápido a la aplicación práctica de la medicina. Sin dudas, fue el puntapié inicial de la biotecnología”, enfatizó Roseto quien añadió: “La invención de la técnica de los hibridomas de Khöler y Milstein fue una de las que más modificó las ciencias biológicas, debido a que los anticuerpos monoclonales sirvieron para el desarrollo de diferentes test aplicados en la práctica médica”.

Tras presentar su tesis doctoral en el departamento de química biológica de la Facultad de Medicina, bajo la supervisión de Andrés Stoppani, obtuvo una beca del Consejo Británico para continuar sus investigaciones en Cambridge.

En 1962 regresó al país y asumió la dirección de la división de biología molecular del Instituto Nacional de Microbiología Malbrán.

Pero tras el golpe de estado de 1962 el Instituto fue intervenido y removidos su director y los principales investigadores de su plantel. Milstein decidió entonces regresar a Cambridge, incorporándose al laboratorio de biología molecular del Medical Research Council como docente e investigador.

Fue nuevamente becado por la Universidad de Cambridge, donde consiguió su segundo doctorado en 1960, trabajando bajo la dirección del bioquímico molecular Frederick Sanger.

En 1983 fue nombrado jefe y director de la División de Química, Proteínas y Ácidos Nucleicos de la misma universidad. En 1984 compartió el premio Nobel de Fisiología y Medicina con el británico Niels K. Jerne y el alemán Georges Köhler por sus trabajos en el desarrollo de anticuerpos monoclonales como especies moleculares puras. Recibió además el premio Konex de 1993, otorgado por la Fundación Konex por su aportación a la ciencia y tecnología argentinas.

Milstein investigó la estructura de un anticuerpo y su correspondiente ARN mensajero, dando paso con estos estudios al descubrimiento de los anticuerpos monoclonales. Estos anticuerpos están producidos por células monoclonales y son químicamente puros. Milstein y Kölhler elaboraron un método para la diagnosis clínica y los ensayos en el que tales células son imprescindibles.

Este método se utiliza habitualmente en el Reino Unido para la determinación del grupo sanguíneo a la hora de realizar una transfusión. De esta forma un anticuerpo monoclonal contra el antígeno rhesus-D puede ser empleado en mujeres embarazadas Rh negativo cuando el feto es Rh positivo. Este descubrimiento fue un avance muy importante para la investigación biológica, para el diagnóstico clínico y, probablemente, para el tratamiento de muchas enfermedades, entre las que se encuentran algunos tipos de cáncer.

Los hallazgos de Milstein y su grupo de investigadores tuvieron el propósito inicial de resolver problemas de inmunología básica, pero inmediatamente se encontraron otras aplicaciones. En pocos años servirían para preparar anticuerpos monoclonales contra una gran variedad de sustancias; se los utiliza además en el diagnóstico de enfermedades y en la tipificación de grupos sanguíneos y de antígenos de histocompatibilidad, así como en procesos de purificación de diversos productos de la industria farmacoquímica.

A pesar de que lo hubiera hecho enormemente rico, Milstein no registró ninguna patente por su descubrimiento, pues pensaba que era propiedad intelectual de la humanidad y como tal lo legó. De acuerdo a sus convicciones libertarias, su trabajo carecía de interés económico y sólo poseía interés científico.

Aunque fijó su lugar de residencia en Inglaterra, Milstein nunca olvidó a los investigadores argentinos ni perdió su interés por los temas políticos y sociales. Dictó conferencias en su país y siempre se prestó a exponer su visión sobre la ciencia local. En una ocasión afirmó: “Yo digo que somos campeones mundiales en fuga de cerebros. Y el motivo no es el estrictamente científico. Lo central es el grado de inestabilidad, de autoritarismo, de irracionalidad en el que ha vivido la Argentina durante tantos años” La Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, ciudad natal de Milstein, decidió otorgarle en 1987 el título de Honoris Causa a modo de reconocimiento de sus logros académicos, el que le fue entregado en diciembre de ese año aprovechando la visita de Milstein a la ciudad en el marco de un Congreso Internacional Sobre Anticuerpos Monoclonales en Oncología.

Su sobrina nieta Ana Fraile, quien posteriormente sería la directora de la película sobre su vida, eligió leer en su funeral el cuento de Eduardo Galeano “Un Mar de fueguitos”, que inspiraría también el nombre de la película, que fue estrenada en marzo de 2010 bajo el nombre de Un Fueguito. En ella se recogen testimonios de su esposa Celia, y de sus colaboradores y colegas en Cambridge. La película fue declarada de Interés Nacional por el Ministerio de Educación de Argentina, y tuvo apoyo financiero del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, la Fundación Instituto Leloir y de la compañera de trabajo de toda la vida: Celia Prilletensky.

Falleció el 24 de marzo de 2002 en Cambridge, Inglaterra, víctima de una afección cardíaca, a los 74 años de edad.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

Ayuda a RadioJAI AHORA!
HAZ CLIC AQUÍ PARA HACER UNA DONACIÓN