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Abraham Joshua Heschel, y su lucha por los Derechos Humanos

El próximo jueves 23 de diciembre, se cumplirán 49 años del fallecimiento de Abraham Joshua Heschel, quien fuera un prominente rabino y uno de los principales teólogos y pensadores de la judería estadounidense en la segunda mitad del siglo XX, además de sobresalir como profesor de ética, misticismo, y del pensamiento judío y filosófico en el Seminario Rabínico de los Estados Unidos.

Su compromiso con los derechos humanos le permitió distinguirse en la esfera política y social. Heschel fue un ardiente activista del Movimiento de Derechos Civiles de los Estados Unidos, trabajó por la igualdad de los negros en la sociedad americana y forjó una profunda amistad con el líder de la lucha, Martin Luther King.

Heschel nació en Varsovia en 1907, en el seno de una familia rabínica jasídica, descendía de prominentes rabinos europeos por ambas ramas de la familia, del lado materno decían que era descendiente del Baal Shem Tov y del rabino Levi Itzjak de Berdychev. De joven estudió en una yeshivá tradicional donde se ordenó como rabino ortodoxo.

A los 20 años abandonó la tradición familiar y se matriculó en los estudios de Filosofía, Historia del Arte y Filología Semítica en la Universidad de Berlín, además recibió la ordenación rabínica liberal en el seminario ‘Hochschule für die Wissenschaft des Judentums’ (Alta Escuela de Estudios Judaicos), una institución prestigiosa en la cual enseñaban en ese momento Chanoch Albeck, Leo Beck, Julius Guttman, entre otros. Luego enseñó allí Talmud y comenzó a trabajar en su doctorado sobre el tema de la profecía. En noviembre de 1936, su amigo íntimo Martin Buber le ofreció ocupar su puesto como director del Seminario Judío de Frankfurt, al emigrar a Israel.

A finales de octubre de 1938, Heschel fue arrestado por la Gestapo y expulsado a Polonia como parte de la dura deportación de los judíos a Zbaszyn, Polonia. Se estableció en Varsovia y durante diez meses dictó conferencias sobre filosofía y Torá  en el Instituto de Estudios Judíos. Seis semanas antes de la invasión alemana a Polonia, logró viajar a Londres, y en marzo de 1940 emigró a los Estados Unidos.

A su arribo a la nación americana, Heschel buscó trabajo en una institución académica que combinara la erudición crítica y moderna de la Biblia con un compromiso con la Halajá, por lo que trabajó brevemente en el Hebrew Union College (HUC), el principal seminario del judaísmo reformista, en Cincinnati, pero al no colmulgar con el menosprecio que se hacía de las mitzvot prácticas, abandonó el instituto y tomó un cargo en el Seminario Teológico Judío de América (STC), el principal seminario del judaísmo conservador, donde se desempeñó como profesor de ética y misticismo judío (cábala) hasta su muerte en 1972.

La Segunda Guerra Mundial impactó profundamente en Heschel, además de la catástrofe judía, en ella perdió a una parte importante de su familia: su hermana Esther murió en un bombardeo alemán, su madre fue asesinada por los nazis, y otras dos hermanas, Gittel y Devora, murieron en campos de concentración nazis. Nunca regresó a Alemania, Austria o Polonia.

En la década de 1950, Heschel quiso emigrar a Israel, pero no logró ser aceptado en la Universidad Hebrea para trabajar en ella por discrepancias personales y académicas con otros colegas y personalidades.

Heschel explicaba muchas facetas de pensamiento judío medieval y moderno profundizando en el jasidismo, la filosofía judía y la Cabalá. Procuró explicar el patetismo y la moralidad de los profetas en el judaísmo halájico, y como hombre perteneciente a una generación de pensadores judíos que experimentaron los horrores de la Shoá, criticó determinados valores modernos presentados por la ciencia y el racionalismo, y mostró un camino de regresar a la auténtica tradición religiosa.

En su tesis doctoral, Heschel examinó el fenómeno de la profecía en Israel, buscó en la moral profética y en los profetas el modelo para un cambio social y cultural de la época. Heschel no bucea en la cuestión de las verdades del fenómeno de la profecía, sino que lo analiza en el contexto de la experiencia profética, como la entrega sin límites de una persona hacia sufrimiento humano. Heschel vio las enseñanzas de los profetas hebreos como un llamamiento para la acción social en los Estados Unidos, y en especial, su actividad en el movimiento de derechos civiles y en contra de la Guerra de Vietnam.

Dicen sus estudiosos que Heschel, en su pensamiento incorpora una religiosidad aguda que responde a la revelación de Dios y una exigencia moral absoluta de cuidar al otro. Ya en su primer libro en 1933, de poesía en idish, trata sobre la conexión entre Dios y la humanidad. El libro toca el sufrimiento humano y la actitud de Dios hacia la humanidad que sufre. Su pensamiento posterior también se ocupa de la situación del hombre ante Dios. Él enfatiza que no solo el hombre necesita a Dios, sino que también Dios busca al hombre. Sus comentaristas sostienen que el Dios de Heschel no es un Dios todopoderoso, Heschel solía ​​citar al rabino Menachem Mendel de Kotzk, de cuyo pensamiento fue muy influenciado, que Dios está donde el hombre le permite estar.

En su ensayo sobre el Shabat, Heschel busca un significado espiritual para el hombre moderno en la esencia del Shabat y sus leyes. La tesis central del libro trata de la importancia de la santidad del tiempo, que culmina en el sábado, en contraste con la santidad del espacio, que Heschel ve como una santificación humana.

La presencia de Heschel en el movimiento de los derechos civiles fue emblemática, la famosa imagen de 1965, en la que se ve a Heschel caminando de la mano con Martin Luther King en la gran manifestación de Selma, se ha convertido en un símbolo de la posible cooperación entre judíos y negros en los Estados Unidos. Heschel dijo que la marcha fue una demostración en la cual sintió que sus ‘pies al caminar estaban rezando’. M. L. King fue asesinado en abril de 1968, pocos días antes de que estuviera a punto de celebrar el Seder de Pesaj en la casa de Heschel. El propio King dijo de Heschel: ‘Siento que el rabino Heschel es una de las personas más relevantes de todos los tiempos, que siempre tiene una visión profética para guiarnos en estos días difíciles’.

Heschel fue un acérrimo oponente de la Guerra de Vietnam. Afirmó haber aprendido de los profetas de Israel el deber moral de cuidar indefinidamente el sufrimiento de los seres humanos. En una entrevista televisiva en ese tiempo, dijo: “¿Cómo puedo orar, sabiendo que miles de personas inocentes están siendo asesinadas en este momento?’

Heschel también hizo historia en sus esfuerzos por reconciliar a judíos y católicos. Fue una presencia y una influencia importante en el Concilio Vaticano II en la elaboración de la declaración Nostra Aetate de 1965, que es considerada un punto de inflexión en las relaciones entre cristianos y judíos, ya que a partir de ahí se cambiaron varios aspectos de la enseñanza y la liturgia católica, al dejar de culpar a los judíos por la muerte de Cristo y abstenerse de llamar a los judíos a convertirse al catolicismo.

Heschel murió el 23 de diciembre de 1972 en Nueva York, deja un legado actual y vigente, condensadas en obras entre las que sobresalen: ‘La tierra es del Señor’ (1950), ‘Preguntas del hombre a Dios: estudios sobre oraciones y simbolismos’ (1954), Dios en busca del hombre: una filosofía del judaísmo (1956), Los profetas (1962), y El Shabat, su significado para el Hombre moderno, textos que no pueden faltar en una buena biblioteca judía que se precie de tal.

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