El Martín Fierro y la Comunidad judía

Es natural que las comunidades judías entre más arraigadas (y asimiladas) se encuentran, más se parezcan a las sociedades en las cuales viven.

No hay nada más argentino que un judío argentino.

Las grandezas y miserias del gran país sudamericano aparecen incluso potenciadas por el talento y carácter judío.

Mentes brillantes, intelectuales de jerarquía, creatividad extraordinaria, capacidad de resiliencia permanente. Destacados emprendedores solitarios en todas las disciplinas y dificultades severas en lo colectivo.

Grietas, mezquindades, egolatrías, corrupción cultural, estructural e individual. Improvisación, falta de análisis riguroso e incapacidad de generar proyectos de mediano y largo plazo. Enormes discursos, inversamente proporcionales a la capacidad de realización.

Irresponsabilidad colectiva en aras de pequeñas ventajas particulares o sectoriales momentáneas. Incapacidad de articular consensos y una compulsión permanente a la repetición.

El país del Tango “Cambalache” que vive en la nostalgia de un tiempo pasado glorioso, con un presente decadente y expulsivo.

Desde el atentado a la AMIA a las características de la realidad e idiosincrasia argentina, a la comunidad se le sumó una alta exposición, fragmentación e intereses antes inexistentes.

Ayer de manera inédita la Mutual salió con un comunicado abalado por unanimidad por su comisión directiva repudiando declaraciones vertidas por el Dr. Alberto Indij, ex presidente de DAIA ,en nuestra emisora,  a partir de un artículo que plantea la conveniencia del Juicio en ausencia para los prófugos de la justicia Argentina.

Así como en el orden político Nacional la causa ha sido utilizada con intereses diversos, de orden interno y de política exterior, en la comunidad se la ha utilizado para posicionamientos e intereses de todos los colores.

En este contexto vemos con tristeza, cómo desde hace años la dirigencia comunitaria se desangra en luchas por el poder, protagonismo, recursos y subsidios económicos del Estado.

Cabe parafrasear al Martín Fierro, “Si los hermanos se pelean, los devoran los de afuera”.