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Conociendo al Terrorismo Yihadista – 2ª Parte

En la columna del miércoles pasado, hice una somera descripción de la relación entre el Narcotráfico y el Terrorismo Yihadista, y como esta versión radical del Islam, busca justificar teológicamente sus objetivos teleológicos, y hoy, abordaré las diversas formas con que se financia el Terrorismo Yihadista.

Pues bien, muchas veces para ilustrar y comprender como funcionan o se estructuran distintas organizaciones, nos valemos de la analogía con el cuerpo humano, y en el caso de los grupos terroristas, en general, las diferentes vías y formas de financiación que estos utilizan, tiene funciones análogas a nuestro sistema nervioso, por lo tanto, si cortamos los circuitos financieros de una organización terrorista, su estructura quedará prácticamente inerte y finalmente podrá ser neutralizada.

En el año 2015, la ONU expidió la Resolución 2.
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199, en la que se señalaban las diferentes actividades, ilegales en su mayoría pero también algunas no convencionales, que llevan a cabo las organizaciones terroristas yihadistas, Estado Islámico o DAESH y la red Al Qaeda, y sus franquicias.
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En aquel entonces, el DAESH se extendía y controlaba un vasto territorio de Siria e Irak, donde existen una cantidad significativa de pozos de petróleo, y como comercializaba el hidrocarburo en el mercado negro, obteniendo durante el tiempo de su existencia como protoestado, miles de millones de dólares, que financiaron sus operaciones, la compra de armamentos, y sus gastos logísticos menores, y al igual que el petróleo, no debemos olvidar, el latrocinio de obras y piezas arqueológicas que luego se comercializaron ilícitamente, y que también le proporcionaron grandes ganancias, sin embargo, tras las campañas llevadas a cabo por las coaliciones lideradas, tanto por los EE.UU. como Rusia, el DAESH perdió la mayor parte del territorio que poseía, y se atomizó, y comenzando un proceso, que como lo denominé en la columna anterior, se “alqaedanizó” y de esta forma sigue al presente activo en algunas regiones del MONA, y del Africa Subsahariana a través de franquicias, pero su financiación sigue, a través de otros circuitos, tal como se describió el miércoles pasado, con el Narcotráfico, a través de la producción y distribución de todo tipo de drogas y estupefacientes, o de la facilitación de precursores químicos al Talibán, o bien a dar seguridad a las redes del tráfico.

Por supuesto que, el petróleo, las obras de arte y arqueológicas y las drogas, no son los únicos recursos o bienes, con que el terrorismo yihadista se vale para financiarse, también debemos señalar, el contrabando de oro, plata, cobre y diamantes, como asimismo cereales, ganado, electrónica, y cigarrillos, con los cuales mantienen o aumentan sus activos líquidos o son canjeados por armamento.

Luego tenemos otras maneras de autofinanciación, como ser el secuestro y la extorsión que dan lugar al “pago de rescates”, una fuente de ingresos, que no sólo refuerzan su capacidad operacional, sino también le sirve para apoyar sus actividades de reclutamiento, y todo esto, se traduce en sus capacidades para llevar a cabo atentados.

Por otro lado, tenemos a las “Donaciones”, las que pueden se lícitas aunque no por medios convencionales, por ejemplo cuando provienen de ONGs., Mezquitas e Instituciones de Fomento ubicadas en distintas partes del mundo, en donde se hallan radicadas importantes comunidades musulmanas y, las donaciones provenientes de privados, en particular de Arabia Saudita, Qatar y Kuwait, y todas se canalizan a través de un sistema no formal de transferencias de activos que está por fuera de los mercados financieros, que se denomina Hawala.

Este canal informal de transferencia de fondos de un punto a otro, se hace a través de proveedores o hawaladars, y las ventajas son: los menores costes operativos, prácticamente carecen o de escasa documentación, rapidez, seguridad y que es casi imposible de fiscalizar, pues están por fuera del sistema financiero formal internacional.

La rapidez del sistema esta dado en el mecanismo utilizado, que puede ser a través de, llamado telefónico, fax o email, recibiendo el destinatario la suma de dinero dentro de las 24 horas de iniciada la operación y en cuanto a las comisiones de hawaladars son muy bajas.

El impacto sobre la economía y la seguridad es importante, en el caso de la primera sus efectos, de manera directa o indirecta, repercuten macro económicamente, tanto en las cuentas monetarias del lugar donde se origina la transferencia como en el lugar de destino, pues al no registrarse las transacciones, no se podrá determinar incrementos de activos o pasivos, sin olvidar en el déficit fiscal consecuente, pues los participantes de la hawala no pagan impuestos, y para las agencias gubernamentales y organizaciones destinadas al control financiero internacional se les hace prácticamente imposible practicar un control efectivo, estimándose que el flujo de dinero que se mueve a través de este sistema informal de transferencias anualmente, es varios miles de millones de dólares, lo que nos lleva al impacto en la seguridad internacional, pues estas remesas de activos son utilizadas para la fuga de capitales, blanqueo de dinero y financiación del terrorismo.

En relación a lo señalado, el Ministerio del Interior de Francia, el viernes ppdo., tomó la medida de judicializar el caso de 67 mezquitas ubicadas en París y sus alrededores, por sus vinculaciones y cooperación con los grupos yihadistas, y ampliará las investigaciones sobre las casi 2,700 mezquitas que se levantan en suelo francés, con el objetivo de detener a elementos terroristas, anular el reclutamiento y cortar el financiamiento.

Pero, el terrorismo yihadista también utiliza sistemas financieros de última generación, como es la utilización de criptomonedas o bitcoin.

En los últimos meses, los servicios de seguridad y de inteligencia de Occidente, en el área específica de rastrear el financiamiento de organizaciones terroristas, han coincidido que cada vez son más los grupos yihadistas que están utilizando el bitcoin y otras monedas digitales.

Uno de los primeros grupos que experimentó en el campo monetario digital, fue el Consejo Mujahidin Shura, con sede en la Franja de Gaza, que en el 2016 utilizó bitcoin para recaudar fondos, sin embargo, en esos primeros tiempos de experimentación, por utilizar una sola dirección digital fue fácilmente neutralizada y sólo pudo obtener algunos miles de dólares.

Pero, no hay que subestimar nunca al enemigo, y de los errores cometidos han ido aprendiendo y han visto que las criptomonedas son un medio idóneo para guardar y transferir divisas sin que las autoridades gubernamentales puedan llevar a cabo acciones como cerrar cuentas o congelar las mismas, y que cualquier persona – real o ficticia- puede crear una cuenta Bitcoin y recibir criptomonedas, sin necesidad de dar un nombre y domicilio real, y donde en los mercados en línea, se puede comprar con bitcoin desde drogas hasta armas portátiles y mueven anualmente algo más de u$s.1.000 millones, siendo muy poco el éxito de las agencias gubernamentales en la detección y/o congelamiento de cuentas.

Veamos el caso de la organización terrorista palestina, Hamas, que tradicionalmente ha sido financiada por donaciones de Qatar, pero que la disponibilidad de esos fondos se ha visto dificultada por el bloqueo llevado a cabo por Israel con la cooperación de Egipto, sin embargo, desde año ppdo., su rama militar, las Brigadas Al Qassam, a través su sitio web se puede acceder a una dirección única de Bitcoin encriptada a donde se puede enviar la criptomoneda y esas donaciones son casi imposible de rastrear.

El sitio en cuestión, tiene el logo de las Brigadas Al Qassam con una bandera verde y un AK47, y está disponible en siete idiomas, donde uno puede acceder a un video instructivo que explica como adquirir y enviar Bitcoins, de manera segura para que no sea detectado por las autoridades gubernamentales, y si bien las recaudaciones no son elevadas, si son útiles para financiar actos terroristas que no demanden grandes sumas, y además el uso que se le está destinando a las criptomonedas es cada vez mas sofisticado y como dice el dicho popular, “llegó para quedarse”, la utilización de Bitcoin y otras monedas digitales será parte del financiamiento de las organizaciones terroristas, como es el caso de Hamas, y al que se suma el DAESH, algo que ha quedado plasmado en las palabras de la Subsecretaria para Terrorismo e Inteligencia Financiera del Depto. del Tesoro de los EE.UU., Sigal Mandelker, que expresó: “ …es algo relativamente nuevo para ellos, pero estoy segura que veremos más en el futuro inmediato…” y que se corresponden con los dichos de Itsik Levy, Director Ejecutivo de Whitestream, la empresa de inteligencia israelí, especializada en el rastreo de transacciones de criptomonedas, que expreso: “…los terroristas están aprendiendo a enviar y a recibir monedas digitales de una forma más inteligente…¿porqué no habrían de aprovecharlo?…”.

Finalizando mi columna de hoy, y coincidiendo con el experto israelí mencionado, me planteo, ¿ si países como Venezuela, Irán y hasta Rusia, han tomado la decisión de crear sus criptomonedas para eludir el bloqueo ocasionado por las sanciones económicas y financieras aplicadas por EE.UU., porque no las organizaciones terroristas yihadistas?, lo que nos plantea nuevos desafíos para enfrentar su accionar a nivel global y digital, y que nos impone una efectiva y eficiente cooperación internacional, que posibiliten la creación de reglas internacionales que se apliquen a las bolsas de criptomonedas para lograr una mayor fiscalización e identificación de los operadores, pues como lo señalé al inicio de esta columna, la estructura financiera de toda organización terrorista, es el sistema nervioso que le permite su accionar, y atacándola con éxito, se logrará la neutralización de la misma. Januka Sameaj Lekulam!!.-

*Luis Fuensalida es especialista en asuntos internacionales. Fue Comisario Inspector y Jefe de Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina.

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