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El reiterado pastor mentiroso

En junio de 2014, la prensa informaba -para sorpresa de muchos – que la esposa del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, estaba siendo tratada en un hospital israelí. Pocos días antes, Hamas (que en ese momento tenía un gobierno de alianza con la Autoridad Palestina) había secuestrado a tres adolescentes israelíes: Eyal Yifrah (19), Naftali Frankel (16) y Gilad Sha’ar (16). Abbas demoró cuatro días en condenar en forma lavada y mezquina el triple secuestro, pero igual su esposa llegó a Israel.

Amina Abbas estaba entonces convaleciente en un hospital privado de Tel Aviv después de someterse a una cirugía de trasplante de rodilla. Un informe de Yediot Aharonot dijo que la esposa de Abbas se encontraba en el Hospital Assuta, considerado uno de los mejores de Israel. “La mujer del Presidente de la Autoridad Palestina se sometió a una operación de la pierna. Ella estuvo, en una habitación privada en la sala de ortopedia del hospital. La seguridad estaba de guardia las 24 horas del día, sin que nadie, excepto los médicos y enfermeras pudieran entrar”.
Los tres adolescentes fueron asesinados, en julio comenzó una guerra entre Israel y el terrorismo de Hamas, y todos recordamos no sólo la guerra y los dolores que provocó, sino también las incitaciones a la violencia antisemita desde los gobiernos populistas latinoamericanos de entonces, todos muy consustanciados con el terrorismo pero calladitos la boca mientras la esposa de Abbas se curaba en Israel.

Por supuesto que hubo discusiones muy fuertes en Israel de por qué se permitía que la cónyuge de uno de los mayores demonizadores de Israel tuviera los mejores cuidados médicos en el país que su esposo quería (y quiere) destruir. Pero Israel siempre se ha comportado igual, a pesar de las controversias sobre salvar vidas y las diferencias políticas, incluso las más extremas.

Este antecedente viene muy al caso esta semana, cuando el negociador palestino Saeb Erekat, que por 30 años ha negociado nadie sabe muy bien qué pero sí ha usufructuado todos los lujos de los que goza la nomenklatura palestina en Ramallah, ha llegado a Israel y está en condiciones muy delicadas internado en el hospital Hadassah de Jerusalem atacado de Covid 19.

Por supuesto que las críticas en Israel llueven desde todos lados. Y así como había base para enojarse y mucho en 2014 por atender a la esposa de quien preside la Autoridad Palestina, ahora también las discusiones se basan en la fétida historia de Erekat en relación a Israel. Pero de vuelta, la ética de salvar vidas que no está en el manual de un terrorista, sí está en muchos países, y en Israel siempre.

La periodista Jana Beris nos recuerda que Saeb Erekat en el 2002, cuando Israel lanzó el operativo “Muro defensivo” contra la infraestructura armada de los grupos terroristas Hamas y Jihad Islámico en Cisjordania, a raíz de la continua recurrencia de atentados suicidas contra blancos civiles israelíes (la gota que rebasó el vaso fue la explosión de un terrorista suicida en el hotel Park de Natanya en la noche de la Pascua judía, en la que murieron más de 30 civiles, varios de una misma familia) uno de los operativos fue contra la base de dichas organizaciones en el campamento de refugiados de Jenin. Saeb Erekat afirmó que Israel había cometido una “masacre” y había matado a 500 palestinos inocentes, por lo cual le acusó de crímenes de guerra. Al terminar los enfrentamientos en Jenin quedó en claro que lo ocurrido había sido algo totalmente distinto. Habían muerto entre 53 y 56 palestinos, la enorme mayoría miembros de los grupos terroristas, y 23 soldados israelíes, lo cual confirmó que lo que había habido allí era un enfrentamiento armado, un combate entre el ejército israelí y los grupos terroristas. Asimismo, Erekat ha machacado sin piedad por cuanto medio se lo ha permitido, que Israel practica “apartheid”. ¡Vaya extraño apartheid este que brinda su medicina a los líderes de los que quieren destruir al Estado!.

Erekat es junto a Abbas y ni que hablar Hamas, los que sostienen que jamás reconocerán a Israel como Estado judío; ha alentado las olas de atropellamiento de vehículos contra civiles israelíes; apoya con fervor la entrega de dinero a las familias de terroristas que asesinan civiles israelíes. Ese es el Saeb Erekat que estando muy grave con coronavirus llegó al hospital que está en la capital de Israel para que le salven su vida, mientras que él y su gobierno(por llamarlo de alguna manera) rompieron los vínculos de cooperación con Israel, enfadados por las cosas que no son (como la mentira del apartheid) y con ello impiden que los palestinos puedan llegar a los hospitales israelíes como siempre ha sucedido. Del Covid se puede salvar la cúpula de la nomenklatura. Los demás, son lo de menos.

Una de sus hijas declaró a la prensa, como informa Jana Beris, entre otras cosas, que Erekat está en un hospital en la capital de Palestina y que en Palestina no tienen equipamiento para tratarlo. La muchacha, criada entre el odio y la mentira, ni siquiera asume en qué lugar de la Tierra está parada, y hace como que no sabe que los millones que le llegan a su padre y sus cómplices no van para la ciencia sino para pagar terroristas y repartir botines entre la nomenklatura. Hace tiempo que decimos que el relato palestino está hecho pedazos. Los Acuerdos de Abraham les dieron un golpe fuerte. Erekat dijo que eran una puñalada en la espalda y ahora está atendido por médicos israelíes en Jerusalem.

Rusia, China, Turquía, Venezuela, Cuba van a seguir tratando de sostener el relato imposible. Van a usar las agencias de Naciones Unidas para estirar letanías sobre bases que no resisten los hechos. Esta semana volvió a hacerse pedazos el cuento del pastor mentiroso. En 2014 lo hizo la familia de Abbas. Ahora, con más redes sociales, más información, en medio de una pandemia arrasadora que destruye todo, los palestinos cantan al apartheid con música de Roger Waters, y su relato se lo despedazan los propios árabes.

Hay que leer los mensajes desde Emiratos y Bahrein hacia la Autoridad Palestina, subrayándoles la hipocresía y la crueldad. Les guste o no a Venezuela y sus cómplices, mientras ellos difaman e incitan al antisemitismo en foros internaciones que ahora hasta son virtuales, en Israel se salvan vidas sin mirar a quien.

Por Eduardo Kohn.

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.

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