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¿Por qué los jóvenes pierden el interés en la ciencia?

Un investigador se planteó una pregunta sobre la actual educación en el área de las Ciencias. ¿Por qué los jóvenes de temprana edad no suelen elegir carreras científicas para su futuro?

Involucrándonos en esto, el ser humano comienza a investigar desde que nace. En sus distintos estados evolutivos pasa por la observación, el descubrimiento, el análisis y la creatividad.
El hecho es que la gran mayoría de los jóvenes, al tener que elegir entre las distintas opciones para continuar con sus estudios, optan por no estudiar Ciencias.

El Licenciado Huck, en base a esta problemática,  decidió que una forma de averiguar por qué sucede esto, era entrevistando a distintos alumnos de la  clase.

De sus entrevistas obtuvo varias conclusiones acerca de cuáles son las razones por las que los jóvenes no quieren estudiar Ciencias, que se pueden resumir en los siguientes núcleos problemáticos:

“La ciencia no da de comer”

“Hay que estudiar mucho”

“La ciencia es aburrida”

A continuación, el investigador realizó un breve análisis de cada una de estas cuestiones:

“La ciencia no da de comer”

Huck llegó a la conclusión de que es una de las principales causas por las que los jóvenes no estudian Ciencias en la universidad. En muchos de los casos en los que el entrevistado manifestó interés por la ciencia, argumentó que no estudiará algo relacionado con ella, porque en este país no se le da la importancia debida y no existen muchas oportunidades económicas para los científicos, que deben contentarse con un exiguo sueldo de investigador o docente; o bien, emigrar a otro país en donde se los valore más correctamente. Este problema escapa al ámbito académico, y debe ser resuelto por autoridades nacionales y provinciales, que desgraciadamente no tienen a la ciencia entre las prioridades de sus agendas políticas. Lo que sí podemos decir es que hasta que no se revalorice el papel del científico-investigador-docente, es prácticamente imposible que esta situación cambie.

“Hay que estudiar mucho”

Esta cuestión sí entra dentro nuestro campo de estudio, es decir dentro del ámbito académico, pero también es un problema de la sociedad en general, y en muchos casos comienza en el hogar. Es más grave de lo que aparenta; esta simple frase nos revela la gran tendencia que tenemos los argentinos hacia la “ley del menor esfuerzo”, sumado a una gran dosis de conformismo y falta de interés hacia la superación personal. Dentro de los hogares y las escuelas, se debería priorizar una cultura orientada hacia el estudio, la dedicación y la perseverancia; y no hacia conformarse con lo mínimo necesario. El sistema educativo hoy en día provoca que los alumnos busquen fundamentalmente promover las materias, sin importarles lo que puedan aprender de ella. La escuela (especialmente a nivel secundario o Polimodal) está vista por los jóvenes como un medio y no como un fin, es “un mal necesario” antes de poder estudiar la carrera que uno realmente quiere. Es imperativo que el sistema educativo se centre en el alumno y no simplemente en la adquisición sistemática de parte de estos de conocimientos memorizados antes del examen. Es decir, necesitamos que la educación forme al alumno de modo que este tenga una actitud de búsqueda permanente de nuevos conocimientos y de superación constante. Todo esto llevaría a la creación de una “cultura de estudio” en los estudiantes, que al crecer y con el paso del tiempo la trasmitirían a toda la sociedad.

 

“La ciencia es aburrida”

Es aquí donde debemos detenernos y reflexionar más detenidamente, ya que si bien en los hogares pueden inculcarle a uno un sentimiento o punto de vista determinado con respecto a la ciencia, el principal (y generalmente el primer) acercamiento a ella, se da en la escuela. Usualmente esto sucede en la primaria (ahora E.G.B.) con una aburrida charla sobre la importancia del método científico, dada por un profesor que ni siquiera lo conoce, y que luego hace copiar a los alumnos en sus cuadernos los “pasos” que sí o sí deben seguirse en el curso de una investigación, de forma tal que se interpreta que una investigación no es algo creativo sino una mera sucesión de tareas preestablecidas. Sumado a eso, la escasez de clases prácticas (por ejemplo, experimentos) hace que los alumnos vean a la ciencia como algo ajeno a la vida cotidiana, y que solo sucede en un papel. Tomando como un ejemplo el caso de la física, en la escuela media común, no suelen realizarse trabajos prácticos de laboratorio; herramienta muy útil a la hora de trabajar temas como las incertezas en las mediciones, o determinar la aceleración de la gravedad mediante el período de oscilación de un péndulo simple. La realización de este tipo de clases hace que el estudiante se sienta compenetrado con el tema, que vea que la ciencia no es algo tan lejano como muchos piensan, y que pueda entender conceptualmente los fenómenos estudiados. Podemos decir entonces, que el “contenido de todo material de aprendizaje debe necesariamente estar basado en el conocimiento experiencial del estudiante y en los conocimientos inmediatos previamente adquiridos por él en el salón de clases” Esto implica que, un conocimiento escolar divorciado de las necesidades intelectuales del estudiante difícilmente pueda inducir algún impacto significativo en su formación. Se requiere entonces, que toda nueva información que se presente al estudiante sea conceptualizada a la luz del conocimiento previo inmediato, siempre teniendo en cuenta las circunstancias del medio cultural y social del estudiante que son las que deben enmarcar todo el proceso educativo. Es imperativo reestructurar todo el sistema de enseñanza de las distintas ciencias tanto en la Educación General Básica (E.G.B.) como en el Polimodal, tratando de que adquiera un conocimiento significativo de los distintos temas a tratar, pero sobre todo, teniendo como objetivo que el alumno sienta interés por lo que le está tratando de enseñar. Esto último es lo único que garantiza que el alumno actual sea un futuro estudiante universitario de ciencias.

En conclusión, en base a todo lo expuesto, el entrevistador llegó a una deducción. Fue decir que los jóvenes pierden interés en la ciencia debido a las características del modelo educativo vigente y a la influencia negativa que reciben de parte de la sociedad en general. Para revertir esta situación es fundamental desarrollar la capacidad de los profesores de transmitir no solo conocimientos, sino también una formación integral alumno. Además, se necesita un cambio de fondo en las condiciones laborales de los docentes e investigadores, ya que hasta entonces el alumno no vislumbrará condiciones favorables para su futuro profesional. Por último, todos deberíamos comprometernos para crear una cultura que privilegie la búsqueda del conocimiento, la dedicación y la perseverancia; ya que el cambio en la sociedad solo es posible con la participación de todos. Por otro lado, sería conveniente que las escuelas cuenten con la infraestructura y los materiales necesarios para poder realizar clases prácticas, especialmente en materias como física, química o biología. Pero hasta que estos no sean provistos, es posible que los profesores agudizando el ingenio, realicen prácticos con materiales que utilizamos a diario. Por último, aunque existan carencias en los conocimientos con los que egresan los estudiantes de la escuela media; si los temas científicos se presentasen en forma adecuada, de los estudiantes con inclinación natural a la ciencia, probablemente un mayor porcentaje encontraría en ella su vocación.

Denise Szlukier, estudiante de Química y Biotecnología

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.

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