El incidente ocurrió un día después de una manifestación de miles de policías en París que buscaba llamar la atención pública sobre el malestar general dentro de la institución, frente al aumento de la tasa de suicidios dentro de la fuerza, y la reforma del sistema de pensiones. Tras conocerse la noticia, el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro, Edouard Philippe y el mencionado Christophe Castaner acudieron al lugar del ataque, en el corazón de la ciudad, a metros de Notre Dame, que quedó totalmente cerrado al tráfico y al acceso de peatones.