“Mi padre no quería que sea doctor, sino actor”

“Estoy feliz y contento de seguir con lo mismo, de no parar.

Si me levanto, miro el cielo y veo a la gente, ya estoy contento. Siempre adelante, seguir caminando, eso me mantiene vivo”, comenzó relatando Berliner.

“Desde chiquito me enseñaban a mi, me guiaron por el camino del arte.

Mi padre no quería que sea doctor, sino actor. Yo estudio toda mi vida, quiero saber más de lo que se, porque aún no se nada”, agregó.

Consultado sobre sus momentos de enseñanza, cuando fue profesor de teatro en la escuela Scholem Aleijem, Max lo recordó con cariño: “Es parte de lo que yo puedo dar, sigo dando y quiero que aprendan y que sepan, que se miren a la cara, como lo hago yo con todos”.

“Llegué de Varsovia a los 5 años. De chiquito mi padre ya me puso pantalón largo y me sacó a la calle, no quería que sea cualquier cosa. Estoy contento de estar, todo fracaso significa éxito, y hay que seguir buscándolo. He tenido totalmente una vida feliz, cada minuto que vivís, es un minuto feliz en la vida, contemplando, sin asustarse, seguir luchando por lo que uno quiere.

Mi padre me encaminó así y lo logró”, concluyó.