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A veces es preferible tarde que nunca

Como continuación de mis tres artículos anteriores que han abordado el tema de los ataques terroristas en la Argentina, en 1992 a la embajada de Israel y en 1994 a la sede de la AMIA, ambos en Buenos Aires, y del accionar y responsabilidad criminal que recae sobre los mismos en la República Islámica de Irán y su acólito libanés la organización terrorista Hezbollah, el presente expondrá la estructura financiera montada en la región tripartita entre Argentina, Brasil y Paraguay, conocida como la “Triple Frontera”.

En las últimas horas se ha anunciado una serie de medidas de investigación financiera que llevará a cabo las autoridades impositivas argentinas, en el marco de la lucha contra el terrorismo y su financiamiento, y en el centro de la cuestión están las actividades en la Triple Frontera, por parte del llamado “Clan Barakat”.

A modo introducción, la inmigración libanesa en Latinoamérica se dio por primera vez a finales del Siglo XIX, en particular hacia la Argentina y Brasil, algo que está demostrado en los archivos de la Dirección Nacional de Migraciones argentina que documenta que más de 80 mil inmigrantes provenientes de Líbano y Siria, arribaron al Río de la Plata entre 1880 y 1925.

Pasó medio siglo para que se diera otra ola migratoria proveniente del Líbano, que vivía entre 1975 y 1990 una cruenta guerra civil. Aprovechando esta coyuntura, a mediados de la década de 1980 la organización libanesa chiita Hezbollah comenzó su labor de capacitación de jóvenes de ascendencia libanesa, musulmanes chiitas, e ir constituyendo células, un claro ejemplo de este accionar de clérigos de esa rama del Islam, es la de Mohsen Rabbani, quién llegó en 1983.

Buenos Aires, se constituyó a partir de la presencia y actividad de Rabbani en base operativa y logística del Hezbollah y de la inteligencia iraní, y la región de la Triple Frontera en el centro de apoyo financiero. El auge de este punto tripartito compuesto por, Ciudad del Este en Paraguay, Foz Iguazú en Brasil e Iguazú en Argentina, que se origina a finales de los 70 y va creciendo hasta convertirse en uno de los centros comerciales más grande de Sudamérica.

Junto con ese crecimiento del comercio lícito, creció el ilícito, en sus diferentes expresiones: tráfico de drogas y armas, falsificación de documentos, fraudes, contrabando, tráfico de personas y lavado de activos. También fue en aumento la población musulmana, en particular chiita, y con ello la apertura de instituciones culturales, de fomento y educativas, y religiosas, así es como se levantó la mezquita Profeta Mahoma en Ciudad del Este, patrocinada por Mohammad Yousef Abdala, uno de los primeros agentes del Hezbollah en esa región a mediados de 1980.

En los anteriores artículos, mencioné a este personaje junto a Salman el Reda y a Farouk Omairi, señalados como algunos de los principales agentes de la organización terrorista libanesa en aquella región. También hice referencia a las agencias de turismo que funcionaban como pantallas, por ejemplo, Piloto Turismo, propiedad de Abdala y Omairi, quienes eran parte importante de la denominada “Red Barakat”, cuya cabeza era Assad Barakat, el representante director del mismo líder del Hezbollah, Hassan Nasrallah.

Hoy las autoridades de investigación financiera de la Argentina han iniciado un procedimiento que debió realizarse hace al menos veinte años, es decir, atacar el sistema nervioso de la organización terrorista libanesa, su red financiera, y para muchos hoy se hace conocido el “Clan Barakat”.

Pues bien, Barakat llegó al Paraguay en 1985 y pronto se convirtió en un prominente representante de la colectividad libanesa y exitoso comerciante. En sus inicios, vivió en lado brasileño, en Foz, y diariamente cruzaba el puente de la Amistad hacia Ciudad del Este.

Su primer comercio fue, Casa Apollo, que se dedicaba a la comercialización de electrodomésticos a nivel mayorista, y estaba ubicado en la Galería Page. A posteriri abrió, Barakat Importación & Exportación Ltd., que utilizó para recaudar fondos para el Hezbollah.

Las empresas de Barakat tenían el objetivo también de transferir información, la circulación de dólares falsos, el contrabando informático y la ciberpiratería, y recaudar donaciones forzadas de dinero de comerciantes de Ciudad del Este.

No hay duda que Barakat era miembro del ala terrorista de la organización libanesa, transmitiendo toda información sensible, para las actividades en la región, a la División de Asuntos Internacionales de Hezbollah en el Líbano. En el 2000, asistió a una reunión de la organización, llevada a cabo en la Triple Frontera, donde se analizaron objetivos israelíes.

Un año después, tras los ataques del 11 de septiembre en New York, las autoridades paraguayas con apoyo de las agencias estadounidenses, llevaron a cabo un allanamiento a la Galería Page, y en particular al local Casa Apollo, de Barakat, donde se encontraron elementos probatorios de su directa vinculación con Hezbollah, como ser: un recibo de la mencionada organización terrorista fechada el año anterior, por u$s.3,5 millones girados por Barakat, archivos electrónicos y cerca de 60 videos que ilustraban operaciones de Hezbollah con explosivos, y cientos de recibos de la Fundación Mártires del Hezbollah. Como consecuencia del operativo, fue detenido el asistente ejecutivo de Barakat, Sobhi Fayyad.

Pero las actividades de Barakat no se limitaron a suelo paraguayo, en Iquique, zona franca en Chile, abrió en el 2001 dos empresas pantalla, Saleh Trading Ltd. Y Barakat Ltd. Importación & Exportación, el objeto de las mismas, el lavado de activos de sus actividades en la región de la Triple Frontera. Esto dio lugar a una investigación por terrorismo por parte del Ministerio del Interior de Chile.

También sus nexos comerciales y financieros se extendieron a New York y a Miami, montando empresas ficticias para recibir remesas internacionales, y se registran al menos media docena de viajes del nombrado a los EE.UU.

En el 2002, Barakat fue arrestado por las autoridades federales brasileñas, y con su detención quedó al descubierto su relación con la mezquita Husseinia Imán Al Jomeini de Foz Iguazú, donde fue subdirector financiero de la misma.

Las acciones de Barakat también trascendían el marco continental, por ejemplo sus planes en Africa, en particular Angola, donde agentes del Hezbollah viajaban regularmente munidos de pasaportes paraguayos falsos, y aún estando detenido, siguió vinculado con las Tríadas chinas de Hong Kong, en el comercio ilícito de la piratería informática, en la ruta Hong Kong-Iquique- Ciudad del Este.

En el 2003, la Justicia argentina solicito su detención con miras a su extradición, por su accionar respecto a los ataques terroristas de 1992 y 1994, sin embargo, Brasil lo extraditó al Paraguay, donde fue condenado por evasión fiscal, y en el 2007 el gobierno de Asunción le quitó la ciudadanía paraguaya.

Dos de sus hermanos, Hatim y Hamzi Barakat, se encargaron de la Galería Page y los negocios en Chile, su primo se hizo responsable de las actividades financieras y por ende, de las recaudaciones y giro de transferencias hacia Oriente Medio.

Con Barakat encarcelado, Ali Muhammad Kazan quedó como líder del Hezbollah en la Triple Fontera, secundado por Muhammad Chamas y Saleh Fayyad en el área de contrainteligencia.

Hace casi 15 años, las investigaciones llevadas a cabo, probaron que desde 1995 hasta 2003, Barakat envío más de u$s. 50 millones al Hezbollah, incluso se secuestró una carta firmada por el líder de la organización, Hassan Nasrallah, donde expresaba su gratitud a Barakat por su colaboración en el programa “Protección para Hermanos y Mártires”.

La red del Clan Barakat, tranquilamente puede ser definida como el puesto de mando regional del Hezbollah, por eso, a mi criterio, se tardó en demasía en implementar las reciente publicitadas medidas de las autoridades fiscales argentinas, pero no hay duda que deben ser aplicadas a fondo, pues reitero, la estructura financiera de toda organización terrorista es el sistema nervioso que debe ser desbaratado para prevenir y neutralizar todo accionar criminal, por eso tomando una frase popular, ” mejor tarde que nunca.”.

Levi Ben David

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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