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“Tratamos con la medicina, y lo peor es que no sirve, trae los efectos opuestos, que son más inflación y recesión”. Martín Kanenguiser

Radio Jai -Martín Kaninguiser, economista

El economista Martín Kanenguiser, es editor digital en el área de Economía de un importante portal de noticias, y cuenta con postgrados en Relaciones Internacionales y Historia Contemporánea.

En diálogo con Radio Jai, brindó su diagnóstico de la economía argentina y analizó históricamente los procesos que atravesó y atraviesa la Argentina en los temas de inflación.  Explicó que “las nuevas generaciones no conocen sobre regímenes de alta inflación, y que, si nos remontamos a los años ochenta y noventa, podemos ver cifras de hasta cuatro dígitos como fue el de la hiperinflación en los años 1989 y 1990”

Indicó que actualmente hay cuatro o cinco países que viven esta situación, la de más de dos dígitos de inflación, como Zimbabwe, Siria, Sudán, Líbano y Venezuela, un número muy pequeño en el marco de los 190 integrantes que tiene el Fondo Monetario. Es decir, que no estamos viviendo en un mundo inflacionario como en los ochenta, en el que todos los países de la región tenían problemas con los precios. La mayoría de ellos que han tenido una alta inflación por la invasión rusa a Ucrania, están comenzando a ver alguna curva descendente, y que es probable que este año tengan una inflación aún un poco más baja, debido a que ha descendido la presión en los costos de combustibles y de fletes.

“Está bajando la inflación en el mundo, mientras que, en Argentina, el gobierno se fija como meta un 60 por ciento de inflación, aunque los analistas pronostican tener un ciento por ciento como fue la del pasado año”, remarcó.

Las medidas que aplica el gobierno como el de los “precios justos” fracasa como en general fracasan. Opinó que, debe reconocerse que Massa, que desde que asumió la cartera de economía está aplicando una receta clásica, está ajustando el gasto, las cuentas públicas y subiendo las tasas de interés del Banco Central, y que esos dos elementos claves deberían estar dando efecto, pero que no lo dan porque hay una inercia inflacionaria tan elevada, que cualquier componente que apliques, nunca será suficiente.

“Argentina combina la peor de las situaciones porque está aplicando un ajuste, y eso tiene consecuencias recesivas” analizó. Dijo que los economistas privados hablan de un cuadro de “estanflación”, es decir, un estancamiento y alta inflación que probablemente viva la Argentina este año. “Tratamos con la medicina, y lo peor es que no sirve, trae los efectos opuestos, que son más inflación y recesión”.

Evaluó un escenario difícil, ya no para el gobierno de Alberto Fernández, quien no tiene margen de credibilidad, señaló que la preocupación es sobre el margen de acción que vaya a tener el próximo gobierno para tratar de derrotar todo esto.  

Explica el economista que en la Argentina hubo dos hiperinflaciones seguidas, una en 1989 y otra en 1990, lo que hizo aplicar un programa shock como fue el de la convertibilidad; lo que permitió durante diez años, que la Argentina no tuviera inflación, aunque eso acumuló otros problemas, como el de seguir manteniendo alto el déficit fiscal, una rigidez laboral importante, y demás cuestiones que llevaron finalmente a una crisis entre los años 1998 y 2001, a que todo “explotara por los aires”.

Acerca de si hoy se podría pensar en una dolarización, Kanenguiser indicó que el principio de la economía, que no tiene que ver con posturas ideológicas, “antes de aplicar un programa de shock, tiene que haber una crisis profunda”.

Lamentablemente la Argentina, contrariamente a otros países que toleran guerras, o como Venezuela con cinco millones de refugiados, y una crisis humanitaria, nuestro país tiene una tolerancia a la alta inflación. Dijo que convivimos con un seis por ciento mensual y no vemos en las calles que la gente reclame. Si hubiera tolerancia para un programa de shock, que provocaría una devaluación del cincuenta por ciento, suba de tarifas parecida a la que ocurrió en el gobierno de Macri, una liberalización de los contratos laborales, es decir todo los que los manuales dicen que hay que hacer para salir de una crisis, el especialista opina que los argentinos no estaríamos dispuestos a esto.

Sobre Sergio Massa indicó que está aplicando un programa de ajuste, algo que el gobierno de Alberto Fernández no había realizado antes: suba de tasas de interés, ajuste, jubilaciones en baja en términos reales. “Este programa de ajuste no alcanza porque como cualquier medida de este tipo, tendría que haber arrancado con una fuerte devaluación”, sostuvo.

 “Se dice que la Vicepresidenta no permitió ese ajuste devaluatorio que debería haberse hecho cuando subió Massa y por eso estamos viviendo de parche en parche”, comentó.

Respecto de cómo se podrían generar las condiciones para las inversiones de los propios argentinos, muchos de los cuales, frente a la situación de nuestro país, deciden invertir afuera, el economista explicó que en 2016 se ofreció un blanqueo en el gobierno de Macri con la promesa de bajar los impuestos y que luego ese mismo gobierno empezó a subir, y mucho más el actual gobierno, es muy improbable que alguien quiera invertir.

Por otra parte, indicó que hay una gran competencia en el mundo, que hay unos 200 países en los que se puede invertir y entonces se pregunta: “¿Cuál sería el incentivo para poner el dinero en tu propio país, (o si sos un extranjero), en un país que no te deja sacar los dólares?

Sin embargo, la parte positiva es que la Argentina actual, a diferencia de lo que sucedía en los noventa, tiene unos sectores estratégicos, algunos consolidados y otros que están apareciendo. Hoy nuestro país tiene un agro sofisticado, tiene energías renovables como el litio, hidrógeno verde, activos que están y que sin duda podrían posicionar a la Argentina, no hay que ir a buscarlo: “Está Vaca Muerta, el litio, el hidrógeno verde, entonces la Argentina puede ser un jugador, si hubiera un esquema racional de política”.

Acerca de lo que va a recibir el próximo gobierno, el analista indicó que se encontrarán con un dólar atrasado, precios atrasados, a pesar de la alta inflación, porque hay precios, como el de las tarifas de los servicios o las jubilaciones que están por debajo de ella. Dijo que hay demandas sociales que van a salir a “florecer” cuando el peronismo no esté en el poder, y que, por lo tanto, va a haber que actualizar esos precios atrasados, lo que provocará más inflación y recesión. Además, una deuda que el gobierno reestructuró y que se deberá empezar a pagar, tanto al Fondo Monetario como a los bonistas, una serie de desafíos de corto plazo. Y lo más importante de todo, la falta de credibilidad: la gente expresa esa falta de credibilidad no demandando pesos y ese es el efecto subyacente que explica la inflación.

 “Tal vez, una dolarización de facto, como lo señalan algunos economistas, incluso Melconian, en la que el dólar corra como moneda legal al igual que el peso”, consideró. Advierte Kanenguiser, que esto no asegura una solución, pero que probablemente, haga que la situación sea mejor que la actual.

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Redacción prof Cita Litvak

 

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