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Las Cumbres de los BRICS y el G-7 y el relato “argento”

Profesor Luis Fuensalida

La semana y el fin de semana pasado, la Argentina participó de las reuniones de dos poderosos bloques, el de los BRICS primero y el del G-7 luego, y para comprender el fuerte peso específico de ambos, me parece bien hacer una breve reseña de lo que son estos dos grupos, para entonces al final entender cual es el rol que juega nuestro país.

El o los BRICS, es un bloque económico que se fundó en noviembre del 2006, originalmente constituido por Brasil, Rusia, India y China, y luego, a partir del 2011 se sumó la República Sudáfricana, y reúne a las cinco economías emergentes, en el marco de la cooperación Sur-Sur, y representa a una población de aproximadamente 3.162 millones de personas, con un PBI de unos u$s.34.500 billones y abarca una extensión de 39.176.433 Km cuadrados, lo que configura un bloque de considerables dimensiones estratégicas y una cantidad y variedad de RR.NN. enorme, y al que fue invitada por primera vez la Argentina en el 2014, en oportunidad de la cumbre celebrada en la localidad de Fortaleza, Brasil.

Fue el economista británico Terence James O´Neill quién propuso las siglas BRICS, y escribió un ensayo titulado, “Building Better Global Economic, BRICS”, en el que describió a esta asociación de Estados con alta población, con economías emergentes y en ascenso, con clase media en expansión y con un crecimiento superior a la media, herederos del potencial económico que se hallaba hasta entonces limitado a los miembros del G-7, EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, Italia y Canadá, y estimó en una proyección al 2050, que los BRICS representarán más del 40% de la población mundial y llegará a tener un PBI combinado de aproximadamente u$s. 134.950 billones. En este trabajo, O´Neill considera que China e India, serán los proveedores globales dominantes en tecnología y servicios, y que el bloque posee un potencial enorme, mayor a los actuales del G-7.

La última reunión de los BRICS, se celebró de manera virtual, el pasado 23 de junio, y su sede fue Beijing, a cargo de su presidente pro tempori, el 1er. mandatario chino Xi Jimping, y a la reunión asistió el presidente Alberto Fernández, quién solicitó que Argentina sea miembro permanente del bloque, además de no haber hecho ninguna alusión condenatoria a la invasión rusa a Ucrania, sólo reconoció que el conflicto agravó las asimetrías a nivel global, y propuso una mesa de paz para lograr un alto a las hostilidades, y además señaló que Argentina es un proveedor seguro y responsable en los ámbitos, de la tecnología aplicada, en el de la biotecnología, en el energético y en el de los alimentos, para finalmente, no olvidar de adular las políticas implementadas por el anfitrión para terminar con la pobreza extrema en China, y de que es necesario un cambio del sistema financiero internacional, sin olvidar su alegato por la soberanía de las Malvinas.

Ahora bien, pasemos a conocer que es el G-7, es un foro político gubernamental constituido por lo Estados cuyo peso político, económico y militar son más que relevante a nivel global, y como lo señalé antes, lo conforma, EE.UU., Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Japón y Canadá, y representan alrededor del 56% de la riqueza neta mundial, con un 46% del PBI global.

Su origen data del año 1973, cuando el entonces el Secretario del Tesoro de los EE.UU., George Shultz se reunió con los ministros de economía y finanzas de Francia, Reino Unido, Japón y Alemania Occidental, más tarde, en 1975 se aprobó el ingreso de Italia y lo propio pasó con Canadá en 1977, sin olvidar que en 1998, también se integró a Rusia, por lo que pasó por un tiempo a constituir el G-8, pero luego de la anexión unilateral de la península de Crimea en el 2014, Rusia fue excluida del bloque.

El pasado fin de semana, se celebró una nueva cumbre del G-7, en Baviera, Alemania, en el que el anfitrión, el canciller Olaf Scholz, presidente pro tempori, recibió a los presidentes Joe Biden y Emmanuel Macron, a los 1ros. ministros Boris Johnson, Mario Draghi, Justin Trudeau y Fumio Kishida, y por la U.E., a Ursula von Der Leyen, presidente de la Comisión Europea y a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, y desde la primera reunión de trabajo se trató la situación de la economía global y el conflicto ucraniano.

La agenda del bloque estuvo principalmente signada por la posición asumida por la 1ra. potencial mundial, EE.UU., cuya hoja de ruta se centró en tres puntos:

1) Aumentar la presión diplomática y económica sobre Rusia
2) Propuestas concretas para afrontar la suba de los precios de la energía y los alimentos, y
3) Apuntar a la asociación con los países en vías de desarrollo.

Pues bien, en relación al primer punto, en el año 2021 la exportaciones de oro de Rusia representaron aproximadamente €14.600 millones, suficiente para menguar los efectos de las sanciones financieras aplicadas por Occidente, motivo por el cual se insta a presionar aún más sobre Moscú.

Con respecto al segundo punto, es indudable que el conflicto ucraniano ha provocado un shock en el campo energético, donde la posición de los Estados del Golfo se ha mostrado renuentes a elevar la producción del petróleo, ante lo que Washington propuso establecer un precio tope, y en cuanto a la cuestión de los alimentos a nivel global, en el que hasta ahora el G-7 no ha tenido éxito, además que los buenos oficios del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres en las conversaciones entre Kiev y Moscú, por el levantamiento del bloqueo ruso a la ciudad portuaria de Odessa, que no tuvieron resultados positivos, decanta en el tercero punto

Es por esto, que el 3er. punto tiene como destinatarios a los países en vías de desarrollo, que pueden proveer recursos alimenticios, y de allí la invitación cursada por el canciller germano a Narenda Modi, 1er. ministro de la India y a los presidentes, Macky Sall de Senegal, Cyril Ramaphosa de Sudáfrica, Joko Widolo de Indonesia y Alberto Fernández de Argentina, todos países que además se han abstenido del voto condenatorio a Rusia en el ámbito de la ONU, y que en el caso de los mandatarios de Argentina, India y Sudáfrica, reunidos en la cumbre de los BRICS, en la que participó el presidente Vladimir Putin, son reacios a la sanciones impuestas al Kremlin, y en el que este tema es sensible o no encuadra en el alineamiento geopolítico adoptado por estos Estados, con el condimento adicional, pero muy importante, que es la relación con China y acuerdos firmados con Beijing en el sector de las inversiones.

Por su parte, en cuanto a los países africanos, el presidente senegalés Macky Sall, quién esta ocupando la presidencia pro tempori de la Unión Africana, dijo: “…estamos atrapados entre el martillo de la guerra y el yunque de las sanciones…”, con lo que ha dejado plasmada la posición de muchos países, no sólo africanos, sino también asiáticos y latinoamericanos, que se abstienen a tomar partido por uno de los bandos en conflicto, pero si preocupados por sus efectos, y esto podría hacer posible un quiebre a nivel global entre el G-7 junto a la U.E. y los países del resto mundo, lo que marcaría agudizamiento de la inestabilidad mundial.

Con respecto al presidente Fernández, prácticamente repitió los argumentos que días antes manifestó en la cumbre de los BRICS, y mantuvo una reunión bilateral con el premier británico, Boris Johnson, por el tema Malvinas, pero obtuvo como respuesta del 1er. ministro inglés, la afirmación de defender el derecho de autodeterminación de los kelpers, terminando el encuentro con un compromiso mutuo en fortalecer las relaciones bilaterales.

Sin embargo, para mi lo más relevante de esta reunión del G-7, es lo manifestado por el presidente Joe Biden, en relación a la próxima cumbre de la OTAN, que se llevará a cabo esta semana en España, en donde el mandatario estadounidense tiene como objetivos: revalidar las alianzas para enfrentar tanto a Rusia como a China, ya que son fines complementarios y no opuestos, y adoptar un nuevo modelo estratégico, que por primera vez incluye a China y los desafíos que plantea la visión expansionista del gigante asiático, es decir, involucrar a la OTAN en la cuestión Asia-Pacífico, tácitamente el problema Taiwan, sin olvidar que en esta reunión de la Alianza, llega con una Turquía que hasta ahora se niega a aceptar el ingreso de Suecia y Finlandia.

Por último, y en relación a la reunión del G-7, el presidente Joe Biden subrayó y reiteró la importancia de la unidad del bloque.

Finalizando mi columna de hoy, a mi entender ambas cumbres reflejan ni más ni menos, que detrás de una declamada Multipolaridad, que alaba el presidente Fernández, se puede vislumbrar la puja entre las dos grandes potencias mundiales, EE.UU. y China, y en este cuadro de situación geopolítico, el gobierno argentino ha confirmado una vez más que está alineado a las autocracias y las dictaduras, y sino recordemos la frase del presidente Fernández dicha en febrero ppdo., en ocasión de su visita oficial a China, “…nos sentimos muy identificados con todo el trayecto de la Revolución hasta el presente y compartimos una misma filosofía política…”, más allá de la ofrenda floral que colocó en el mausoleo de Mao Tsedong, considerado un sangriento dictador por el resto del mundo. También no olvidemos que en ningún momento y en ninguno de ambos foros donde asistió, realizó una condena a la invasión rusa a Ucrania, a lo que podemos sumar el reciente incidente del avión venezolano-iraní, donde el gobierno nacional intentó con incongruencias y sandeces justificar lo injustificable, pero que muestran el tipo de vínculos que lo une con la narcodictadura de Maduro y la teocracia de Irán, pero lo más tragicómico y contradictorio del relato “argento” del presidente Fernández es solicitar formar parte de los BRICS, cuando no cumple su gestión con ninguna de las pautas que caracterizan a los miembros del bloque, por señalar una de las ya apuntadas, la expansión de la clase media, y en cuanto a su intervención en la cumbre del G-7, mostró que esta alineado con China, con Rusia y con la Izquierda Latinoamericana y no con Occidente, en fin por todo esto he elegido como frase, “…El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia, su virtud inherente es, la distribución igualitaria de la miseria…”. Winston Churchill.

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