“La mezquita de Floresta fue un soporte local de los terroristas”

El 17 de marzo, se cumplieron 29 años del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires. Acto de terror que los argentinos recordamos con impotencia, tristeza y se traduce en una herida en la memoria colectiva.. Lamentablemente casi tres décadas después, seguimos sin respuestas claras y sin condenas ejemplares, que honren la memoria de las víctimas para reivindicar su derecho a la vida denigrado por los terroristas, cuyo objetivo era atacar a Israel en territorio Argentino.

Luis Fuensalida, ex director de Interpol en Argentina compartió recuerdos del día del ataque. Este fue su análisis:

“Recuerdo que en 1992 había ascendido a subcomisario, era el tercer jefe de sustracción de automotores, y para el momento del ataque terrorista estaba en mi oficina en el departamento central analizando una causa judicial en trámite”.

Consultado sobre la “extraña” ausencia de la custodia policial que dejaron sus puestos de guardia minutos antes del atentado a la embajada así como en el de la AMIA, Fuensalida expresó: “Cuando fue el atentado a la AMIA nos ofrecimos con otro compañero judío para ir en comisión a la dependencia que estaba instruyendo las investigaciones del caso, pero nos fue denegada la comisión. Con eso te estoy respondiendo”

Acerca de la conexión local del terrorismo en el país, más especificamente en el momento del atentado: “Había dos familias, los Assad y Sain, que eran parte de la mezquita Al-Tauhid del barrio de Floresta, dicho sea de paso uno de los tres centros de reunión y discusión del islamismo radical chiita en la Argentina, junto con la mezquita de Cañuelas y la de San Miguel de Tucumán. Ellos serían parte del soporte local que requería Hezbollah y salieron de la Argentina con la apoyatura de cómplices”.

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