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Día Mundial de la Salud

Durante los últimos 20 años la ciencia ha hecho considerables avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer

El cáncer sigue siendo letal.

En 2018, la enfermedad provocó la muerte de 9,6 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y se espera que, para 2030, la cifra supere los 13 millones.

Una de las causas por las que cada vez más personas mueren producto de la enfermedad es el aumento de la esperanza de vida a nivel global.

Sin embargo, durante los últimos 20 años la ciencia ha hecho considerables avances en el diagnóstico y tratamiento de esta condición.

Las tasas de supervivencia de los pacientes han aumentado, a la vez que la comunidad científica experimenta con nuevos tratamientos.

Hay mucho que todos podemos hacer para reducir el riesgo de padecer cáncer. Según la OMS, entre el 30% y el 50% de las muertes por esta enfermedad se pueden prevenir.

Eliminar factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, el exceso de peso corporal y los alimentos procesados (además de mantenerse activo) puede ayudar a evitar algunos tipos de cáncer.

“Cuando usamos la palabra cáncer, en realidad nos referimos a más de 200 enfermedades diferentes”, comenta el doctor Salvador Macip, especialista en cáncer de la Universidad de Leicester.

“Algunas de ellas las tenemos casi bajo control: las tasas de supervivencia en los casos más comunes como el cáncer de mama y próstata actualmente superan el 80%. Para para otros, como el de cerebro, pulmón o páncreas, tenemos pocas opciones”.
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Según Macip, los esfuerzos para tratar la enfermedad toman tres direcciones principales simultáneamente: la detección temprana, los nuevos medicamentos y la prevención.

“Seguimos avanzando en todas estas áreas y las tasas de supervivencia global seguramente seguirán aumentando en los próximos años”, afirma.

Innovadores tratamientos como la terapia genética, la inmunoterapia y la experimentación con el microbioma humano son algunas de las alternativas más prometedoras para detectar y tratar la enfermedad.

Entonces, ¿qué es lo más reciente en la lucha contra el cáncer?

1- Cambios epigenéticos
Los expertos consideran que el diagnóstico temprano puede ser crucial para reducir la mortalidad por cáncer y un lugar crucial para buscar pistas es la sangre.

Investigadores del Centro de Cáncer Princess Margaret, en Canadá, han encontrado una manera de detectar cambios epigenéticos en muestras de sangre, con el fin de comprobar si ciertos genes están activados o desactivados.

Esto puede indicar no solo la presencia del cáncer, sino también la tipología que padece el paciente.

La investigación aún se encuentra en sus primeras etapas, pero este enfoque sería capaz de identificar la enfermedad incluso antes de que la persona comience a desarrollar síntomas.

2- El “momento de la penicilina”
La inmunoterapia está de moda en este momento.

En 2018, el inmunólogo estadounidense Jim Allison recibió el Premio Nobel de Medicina por el gran avance científico que significó su técnica conocida como el “momento de la penicilina”, en la investigación del cáncer.

Los descubrimientos de Allison abrieron una nueva ventana al tratamiento contra la enfermedad.

En esencia, la inmunoterapia se basa en el argumento de que nuestro sistema inmunológico ha estado siendo engañado para que ignore las células cancerosas. Y ese proceso puede revertirse con anticuerpos desarrollados de manera especial.

Un paciente famoso por beneficiarse de esta terapia fue el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, quien padeció un cáncer agresivo que pudo ser eliminado de su hígado y cerebro a la edad de 91 años.

3- El microbioma
Investigadores del Centro para el Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas, encontraron que un microbioma más diverso contribuye a mejores resultados de inmunoterapia entre pacientes con melanoma.

Los científicos descubrieron que aquellos con un grupo más diverso de bacterias “buenas” en sus intestinos podían ayudar a su sistema inmunológico a combatir mejor el cáncer.

La relevancia de este descubrimiento es la posibilidad de cambiar nuestro microbioma con bastante facilidad mediante dieta y ejercicio, proporcionando así formas menos invasivas y más accesibles para mejorar la posibilidad de combatir el cáncer con éxito.

4- Terapia de genes
Otro avance prometedor es el medicamento de terapia génica Kymriah, que se usa para tratar a pacientes jóvenes con leucemia linfoblástica aguda, cuando todos los demás tratamientos han fallado.

Desarrollado por investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia, el tratamiento consiste en extraer las células T (un glóbulo blanco que es un soldado de infantería en nuestro sistema inmunológico) sanas de un paciente y reprogramarlas para que reconozcan el cáncer.
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Las células T supercargadas se vuelven a introducir en el paciente para que encuentren y maten las células cancerosas.

Durante los ensayos clínicos con este procedimiento, el 83% de los pacientes entraron en remisión a los tres meses, y aproximadamente la mitad de ellos permanecieron sanos dos años después.

El medicamento ha sido aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, este tipo de inmunoterapia es muy costoso.

5- La prevención es más efectiva que la cura
Prevenir, coinciden los científicos, es una de las alternativas más recomendables cuando de cáncer se trata.

Por eso es recomendable administrar determinadas vacunas para enfermedades que son potenciales desencadenantes de esta condición.

Por ejemplo, un programa de inmunización introducido en Escocia hace 10 años logró eliminar una cantidad sustancial de casos de precáncer cervical en mujeres jóvenes, según una investigación reciente publicada en el British Medical Journal.

La vacunación de rutina se administró a niñas de 12 y 13 años contra el virus del papiloma humano, una infección de transmisión sexual que a menudo puede desencadenar cáncer de cuello uterino.

Los investigadores descubrieron que la vacuna había provocado una reducción del 90% en las células precancerosas.

El uso de esta vacuna en Escocia es aproximadamente del 90%, pero incluso las mujeres no vacunadas mostraron una reducción de la enfermedad.

Estos resultados sugieren que la interrupción de la transmisión del virus del papiloma en Escocia ha creado una “protección de rebaño” sustancial.

Fuente: El comercio

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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