Dos veces 7

‘¿Sabías que en Israel, el duelo y la fiesta están separados solo por un minuto? Ese tránsito entre el duelo y el júbilo es la esencia de Israel. Este año, más que nunca, ese minuto nos define.’

Resulta un poco petulante citarse a uno mismo, pero escuchándome en perspectiva esta conclusión me pareció merecedora de ser compartida en este 77º Iom Hazikaron/Haatzmaut: https://www.instagram.com/reel/DJB7eQuu913/?igsh=MTdtamVhNnl2NGdjbw%3D%3D

Este año Israel está celebrando 77 años. Dos sietes juntos, como si uno (el 7 de octubre) no hubiera alcanzado. Ayer, cuando entraba la tarde en Israel y el país se disponía al dolor que antecede la celebración, un pariente muy cercano me dijo: es el peor Iom Hazikaron de mi vida.

Amanecí hoy ojeando la prensa israelí on-line. Encuentro poco de ceremonias y conmemoración. Por el contrario, encuentro disturbios en una sinagoga reformista en Raanana, alguna tímida declaración del tímido Presidente Herzog, artículos de opinión sobre Netanyahu y su corte y, salpicados, algunos relatos de pérdida y heroísmo.

Anoche pudimos ver en directo el Acto organizado por la Organización Sionista del Uruguay. Más allá de los sobrios y tradicionales discursos y plegarias (cuatro rabinos comunitarios se pararon inequívocamente juntos frente al público cerrando para siempre la absurda brecha entre denominaciones), el acto consistió en la acumulación de historias y testimonios. Lo que en Israel ocupa 24hs, el acto lo condensó en menos de 90 minutos. El efecto se logró con creces.

Parafraseando Pesaj: ¿en qué es diferente esta fecha este año respecto a todos los años?

La respuesta es obvia: #Oct7. 19 meses más tarde, nada es igual. El dolor, que cada Iom Hazikaron embargaba a los dolientes, este año, después de una guerra que no parece tener fin, se ha colectivizado. La pérdida y el heroísmo no se cuentan en años sino en días. Porque (casi) cada día hay un caído y cada día recordamos que permanecen 59 rehenes en Gaza.

Ayer Haaretz, versión en inglés, titulaba así un artículo de una tal Linda Dayan sobre el tema: ‘hasta que no termine la guerra estaremos atrapados en un Día de Recordación interminable’.

Creo que el titular resume muy bien lo que muchos sentimos este año. Nunca es muy aconsejable leer la ‘letra chica’ de Haaretz; lo importante, en momentos de fuerte valor sentimental y significativo, es rescatar los valores que sobrevuelan las ideologías y el partidismo.

El poderío militar y tecnológico sin sustento moral y ético deja flancos descubiertos. Ya lo supimos el 7 de octubre de 2023.

Ojalá en año podamos conmemorar y celebrar sin rehenes y embarcados en un proceso de reconstrucción nacional que estamos necesitando urgentemente.