“Las universidades son cooptadas por agendas pro-Hamás disfrazadas de activismo estudiantil” – Freddy Silva

En una entrevista con Leo Moumdjian, el periodista Freddy Silva, con trayectoria en medios de Estados Unidos, México y Bolivia, abordó temas de coyuntura vinculados al escenario político, educativo y social norteamericano. Desde Tampa, Florida, reflexionó sobre las protestas universitarias relacionadas con el conflicto en Medio Oriente, el financiamiento público de instituciones privadas como Harvard y los desafíos del sistema de salud estadounidense.

Silva sostuvo que las manifestaciones pro-palestinas en universidades norteamericanas pueden tener una base legítima, pero advirtió que muchas han sido “cooptadas por intereses ideológicos internacionales” y que algunas “terminan operando como plataformas pro-Hamás”. Criticó el rol de fundaciones como Open Society, Ford y Rockefeller por su influencia en movimientos progresistas que, según él, también moldean la agenda universitaria actual.

Otro eje central de su análisis fue el financiamiento público que reciben instituciones privadas como Harvard. Citó un informe de la Heritage Foundation que indica que universidades de la Ivy League recibieron en 2022 más de 1.800 millones de dólares en subsidios para investigación, con cláusulas que les permiten un uso discrecional de los fondos. “¿Cómo puede una universidad con 53 mil millones en inversiones seguir financiándose con el dinero de los contribuyentes?”, cuestionó Silva.

Finalmente, el periodista se refirió al sistema de salud estadounidense, señalando que tras el Obamacare, “no se instauró un sistema gratuito, sino un modelo obligatorio de contratación privada con penalidades económicas”, lo cual, en su visión, no resolvió el acceso igualitario a la salud. Además, expresó su preocupación por la falta de beneficios directos a los ciudadanos que financian investigaciones públicas cuyos resultados luego quedan en manos de laboratorios privados.

“Los ciudadanos pagan por investigaciones que podrían beneficiar a toda la humanidad, pero al final no acceden ni a los descubrimientos ni a los medicamentos. El dato mata el relato”, concluyó Silva, invitando a los oyentes a investigar y contrastar fuentes para formar opiniones informadas.

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