La historia de Daniel Shapira: un relato de resiliencia y búsqueda de identidad

En un país marcado por la dictadura militar y la desaparición de personas, la historia de Daniel Shapira es un testimonio conmovedor de la resiliencia y la búsqueda de identidad. Nacido en noviembre de 1977, Daniel fue separado de su madre y su tía a los 11 meses de edad cuando fueron “chupados”, después de que su padre fuera secuestrado y desaparecido en abril de ese mismo año.

La madre de Daniel, Andrea Yankilevich de 24 años, y su tía, Claudia Yankilevich, eran estudiantes universitarias y militantes políticas en la década de 1970. Su padre, Daniel Shapira de 25 años, era estudiante de abogacía y tenista profesional. La familia estaba comprometida con la lucha social y política, lo que los convirtió en blanco de la represión militar.

Al momento del secuestro de su padre en 1977, Andrea estaba embarazada de un par de meses. Un año después, en 1978, fue secuestrada junto con su hermana y su hijo de 11 meses de edad. La abuela de Daniel, Eva, comenzó a buscar a sus hijas y a su nieto, y después de una intensa búsqueda, lo encontró en los tribunales de San Martín el 12 de octubre de 1978, en el día de Yom Kippur.

La historia de Daniel es un ejemplo de la lucha de muchas familias argentinas que buscaron a sus seres queridos durante la dictadura militar. Su relato también destaca la importancia de la identidad judía y la comunidad en la reconstrucción de su vida después de la tragedia.

La búsqueda de identidad y la comunidad judía

Después de ser encontrado por su abuela, Daniel fue criado en un entorno judío y encontró apoyo en la Sociedad Hebraica Argentina. La institución lo becó y le brindó un sentido de pertenencia y apoyo, por lo que destaca la importancia de la identidad judía en su vida y cómo la comunidad lo ayudó a superar los desafíos que enfrentó. Su relato también destaca la importancia de la resiliencia y la búsqueda de identidad en un contexto de trauma y adversidad.

En el último tiempo Daniel se ha acercado más al estudio de las fuentes judías y hace un año se realizó su Brith Milá que en las circunstancias de su nacimiento fue imposible de realizar. “Es recobrar del todo mi identidad”.

Un parto complicado

Daniel nació con un handicap físico complicado. Su mama debería haber dado a luz en una cesárea, pero las circunstancias en las que se encontraba donde debía ocultarse y mantenerse en la clandestinidad lo impidieron. El Bebe tragó líquido amniótico lo que le significó a Daniel tener dificultades en sus extremidades, especialmente en su andar y motricidad fina. Nada de esto le impidió realizar deportes, Basquetbol y Tenis. Incluso participó en una maratón paraolímpica en San Silvestre Brasil.

Búsqueda de Identidad

Durante 5 años Daniel participó de la agrupación hijos donde muchos como él buscaban recuperar su identidad y conocer la barbarie que vivieron sus padres. En tal sentido Daniel es claro. La diferencia entre una guerra y un genocidio planificado es que los desaparecidos no tuvieron derecho a un juicio. Si habían cometido ilícitos debían ser juzgados y sentenciados por ello. En las reflexiones surge el alto porcentual de judíos que se involucraron en los 70 contra las dictaduras militares en una lucha utópica. Los padres de Daniel pertenecían a un sector socioeconómico acomodado pero que se comprometió con el bienestar común.

Trabajo en el Estado

Desde hace 20 años Daniel trabaja en el Estado, 12 años en la secretaria de deportes y luego vinculada a la misma en el ministerio de educación.

Un relato de resiliencia y esperanza

La historia de Daniel Shapira es un testimonio de la resiliencia y la esperanza en medio de la adversidad. Su relato es un recordatorio de la importancia de la búsqueda de identidad y la comunidad en la reconstrucción de la vida después de la tragedia. Su historia también destaca la necesidad de recordar y reflexionar sobre el pasado para construir un futuro más justo y solidario.

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