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Yerba mala nunca muere

El atentado terrorista perpetrado el pasado 23 del actual, el que se analizará más adelante, es hasta el momento, el último sufrido por Rusia desde hace 25 años, por eso sería importante realizar una apretada síntesis, comenzando por los ataques con bombas en septiembre de 1999, los mismos se dieron en Volgodonsk, en la región rusa del sur y en Buynaksk, en la República de Daguestán, que causaron más de 300 muertos y unos 1.700 heridos, en aquel entonces, hubo encontradas opiniones en cuanto a la autoría de los mismos, por un lado, el Kremlin culpó a rebeldes chechenos, por otro, se sospechó de haber sido orquestados por los servicios de inteligencia rusos, cualquiera hayan sido los verdaderos autores, los ataques fueron suficiente para justificar el masivo envío de tropas en el marco de la 2da Guerra de Chechenia, lo que catapultó la popularidad del entonces 1er ministro ruso, Vladimir Putin, y que posibilitó su llegada a la presidencia.

Tres años más tarde, y ahora sin duda alguna que los atacantes fueron terroristas chechenos, los que tomaron el teatro Dubrovka, en pleno centro de Moscú, cuando se llevaba a cabo un recital, haciéndose con más de 900 personas como rehenes, emitiendo una proclama donde se exigía el retiro de las tropas rusas de Chechenia, sin embargo, tras tres días de negociaciones, el presidente Putin ordenó el accionar de fuerzas especiales y el uso de gas, las consecuencias, los 40 terroristas muertos pero también 130 de los rehenes. Más allá de los resultados señalados, el Kremlin llevó a cabo una fuerte ofensiva contra los separatistas chechenos y la Duma aprobó un paquete de leyes antiterroristas, que alcanzaban ciertas restricciones a algunos derechos civiles.

En el 2004, se produjo la ocupación de una escuela en la localidad de Beslán, en Osetia del Norte, en el Cáucaso, tomando de rehenes a unas 1.100 personas, entre los cuales había 777 niños, la célula terrorista chechena era liderada por Shamil Basayev, y exigían no sólo la retirada de tropas rusas, sino también el reconocimiento de la independencia de aquella región. Tras tres días de retención del establecimiento educativo, y según las autoridades rusas, después que los terroristas detonaron explosivos en el interior del mismo, irrumpieron las fuerzas especiales, y como consecuencia, murieron 31 terroristas y 334 rehenes, entre estos 183 niños.

Ya en la década del 2010, se reiteraron los ataques terroristas suicidas llevados a cabo por elementos femeninos de las milicias yihadistas de la región norte del Cáucaso, las denominadas “Viudas Negras”, que eran esposas de yihadistas abatidos por las fuerzas armadas o de seguridad rusas, es así, que en marzo se perpetraron dos ataques en el Metro de Moscú, resultando 40 víctimas fatales y más de un centenar de heridos.

Al año siguiente, en el 2011, tuvo lugar el atentado suicida en la terminal internacional del aeropuerto de Domodedov, en Moscú, que causó 37 muertos y más de 170 heridos, y dos años después, en la ciudad de Volgogrado, primero estalló una bomba en un autobús, y luego en diciembre se cometieron otros dos atentados explosivos, uno en la estación de tren y el otro, nuevamente contra un medio de transporte público de pasajeros, el saldo de estos ataques fue de más de 40 víctimas fatales.

Pasaron cuatro años, y en el 2017, tuvo lugar el atentado con explosivos en el Metro de San Petersburgo, con 15 muertos y más de 45 heridos, tanto este ataque como los señalados en Volgogrado, no hubo reivindicaciones o exigencias como las que se dieron en los atentados en Beslán y en el teatro Dubrovka, sin embargo, todos fueron respondidos por las autoridades rusas con durísimas operaciones especiales en la región norte del Cáucaso y le ha permitido hasta el presente a Vladimir Putin, para consolidar su poder y restringir derechos civiles, legitimando este accionar en el marco de la guerra contra el terrorismo.

El atentado del 23 de marzo ppdo., es hasta el momento el ataque terrorista más grave acontecido en estos 25 años, y ha sucedido apenas a una semana de las amañadas elecciones presidenciales rusas, que han posibilitado la reelección del presidente Putin por seis años más, esta vez el blanco fue en la sala de conciertos del complejo comercial Crocus City Hall en las afueras de Moscú, que ha causado más de 140 muertos y más de 180 heridos, algunos de gravedad, y fue reivindicado por el Estado Islámico K o ISIS-K, una rama del Daesh en la región de Korasán.

Esta organización terrorista, también conocida como Khurasan Wilayah, se formó en enero del 2015, su perfil es el Islam Yihadista salafista, creada por Hafiz Saeed Khan y secundado por Abdul Rauf Aliza, el primero fue muerto en julio del 2016 durante una operación aérea de los EE.UU., y con anterioridad, el segundo de los nombrados en febrero del 2015 fue abatido por acción de un dron del ejército estadounidense, pasando el liderazgo al iraquí Abu Ibrahim al Hashem al Qurash, quién también fue abatido en febrero del 2022.

El objetivo del ISIS-K es, en principio restaurar el Islam radical sunita en la región de Korasán o Jorasán, que se extiende en buena parte del centro, oeste y sur de Oriente Medio, por esa razón sus acciones se han llevado a cabo no sólo contra objetivos militares y civiles, estadounidenses, rusos y de la OTAN, sino también contra Irán, grupos talibanes pakistaníes y el propio Talibán afgano, pese a encontrarse en Afganistán, en la localidad de Achin, provincia de Nangarhar, límite con Pakistán, su sede central, y hasta el presente, pese al accionar del Talibán contra ISIS-K, tiene dificultades para desmantelar las células urbanas, y en las regiones rurales que domina la organización terrorista.

Entre sus acciones terroristas, están atentados con explosivos a una escuela de niñas en Kabul, el ataque al aeropuerto internacional Hamid Karzai contra tropas estadounidenses, y más recientes encontramos el atentado en Kermán, Irán, en oportunidad de la conmemoración de la muerte de Qasem Soleimaní, en enero de este año, y el del 23 de marzo ppdo., pero no fue el primero contra Rusia, pues en octubre del 2015, el blanco fue el vuelo 9268 de la aerolínea rusa Kogalymania, cuando sobrevolaba el norte de la península del Sinai, tras despegar del aeropuerto internacional de Sharm El Sheik, estallando en pleno vuelo y causando la muerte de los 217 pasajeros y 7 tripulantes.

El ISIS-K, acusa a Rusia de las matanzas de musulmanes en Afganistán, Chechenia y Siria, y se ha propuesto priorizar entre sus objetivos, aquellos vinculados con el gobierno, la población y los interese rusos, de hecho, tanto la CIA como el MI6, el 8 de marzo alertaron al Kremlin, que miembros activos del ISIS-K, tenían planeado llevar a cabo ataques terroristas, recomendando a ciudadanos estadounidenses y británicos, a la no concurrencia de eventos multitudinarios, como exposiciones, shows y recitales.

Por su parte, el Buró Federal de Seguridad de Rusia, afirmó haber abortado, a principios de este mes de marzo, un acto terrorista contra una sinagoga en Moscú, planificado por una célula del ISIS que estaba en la provincia de Kaluga, y cuyos integrantes fueron abatidos durante el operativo.

Ahora bien, respecto al atentado del viernes pasado, en la sala de conciertos del Crocus City Hall, el gobierno ruso ha comunicado, que los cuatro terroristas que tomaron parte en el ataque han sido arrestados, cuando intentaban cruzar la frontera con Ucrania, y que previamente se habían dirigido hacia Bielorrusia, pero les habría sido imposible transponer la frontera con ese país, dos de estos atacantes fueron identificados como Saidakrami Rachabalizoda y Dalerdzhon Mirzoyev, quienes el domingo comparecieron ante el Tribunal Basmanny de Moscú, en audiencia que se celebró a puertas cerradas por razones de seguridad, además de los otros dos apresados, Fariduni Shamsudin y  Muhammad Faizov, también habría al menos siete personas más detenidas, totalizando once, los acusados o sospechosos de tomar parte en el atentado, en su mayoría tayikos, razón por la cual, los presidentes Vladimir Putin y Emomali Rahmon de Tayikistán, acordaron intensificar la cooperación antiterrorista.

Por su parte, el domingo 24 fue desalojado el centro comercial London Mall, en San Petersburgo, por una alerta de una bomba en el mismo, y si bien habría dado negativo el hallazgo de un artefacto explosivo, fue detenido un individuo que no es ciudadano ruso, y el mismo día, fue detenida una mujer por haber dado un falso aviso de una bomba en un avión, que estaba por despegar del aeropuerto internacional de Moscú con destino a Ereván, Armenia.

Si bien, el ISIS ha difundido por el canal Telegram el video del ataque del viernes, grabado en directo, y públicamente ha reivindicado como de su autoría el atentado, las declaraciones del presidente Putin, parecen instrumentalizar la matanza en contra de Ucrania, si bien no ha realizado una acusación directa, es llamativo que no haya mencionado al ISIS, mientras  el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, ha publicado en su cuenta de Telegram, “que todos los implicados, directa o indirectamente en el ataque terrorista, son objetivos legítimos”, y la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajarova, dijo que el sangriento atentado debía ser condenado globalmente, algo que han hecho las principales potencias, entre ellas los EE.UU. y China, mientras el presidente ucraniano Zelensky, arremetió duramente contra los dichos de Putin, en cuanto a insinuar que Kiev estuviera relacionado de alguna manera con los atacantes y el atentado en si mismo.

El análisis posterior al atroz evento, en el ámbito interno de Rusia plantea dos escenarios políticos posibles, por un lado podría significar un golpe para Putin, quien siempre se presentó como el garante de la seguridad y el orden, que seguramente trae a la memoria de muchos de sus votantes, los temores de atentados ocurridos en guerras pasadas, como las ya señaladas en el Cáucaso, pero por otro lado, puede decantar en un escenario opuesto, alineándose detrás del presidente, para enfrentar la amenaza terrorista, con lo cual Putin, ratificaría su  poder. En lo que hace al ámbito exterior, como ya lo hizo Putin en la guerra chechena, pero esta vez en el marco del conflicto ruso-ucraniano, redoblar los ataques sobre Ucrania, a quién si bien no acusó expresamente, dejó entrever que el hecho que los cuatro terroristas aprehendidos dirigiéndose a la frontera con Ucrania, no descarta alguna relación indirecta con Kiev, además le serviría para aumentar la convocatoria de reclutamiento, sin descartar las seguramente operaciones militares de castigo que se llevarán a cabo especialmente en Siria, en los enclaves del ISIS, sin descartar otros lugares de Medio Oriente.

Finalizando la columna, mis conclusiones son las siguientes, 1) más allá de la opacidad en la información, a la que nos tiene acostumbrados el Kremlin, y tomando como verdadero, que el atentado fue autoría del ISIS-K, los motivos que llevaron a los yihadistas a cometer el mismo, están en el importante rol de Rusia en la guerra civil en Siria, apoyando a la dictadura de Bashar al Assad y formando parte de la coalición contra el Estado Islámico, que llegó a ocupar y controlar medio territorio sirio y medio iraquí, además no olvidemos el escenario actual en el Sahel, en particular en Níger, Malí y Burkina Faso, donde se ha acrecentado la presencia de Moscú y del accionar del Grupo Wagner contra los grupos yihadistas que forman parte de la franquicia del Daesh y a su vez, aprovechando el conflicto ruso-ucraniano, Rusia se ha vuelto en el objetivo, en donde hay miles de elementos radicalizados en Chechenia, Osetia del Norte y en las ex repúblicas soviéticas de la región del Cáucaso y la periferia del Mar Caspio, algo que ya en mayo del 2023, la revista Foreign Policy había publicado, “La rama afgana del Estado Islámico, está reclutando, recaudando fondos e incitando a la yihad, mientras Rusia está ocupada en su guerra con Ucrania…”, al referirse a la “rama afgana”, es el ISIS-K, y no olvidemos que el 15% de la población rusa es musulmana y mayoría en las regiones antes citadas; 2) hasta el momento, el presidente Putin está reticente a reconocer la autoría del Estado Islámico en el atentado del 23 de marzo, y realizando imputaciones tácitas o indirectas a Ucrania, tal como pasó con el presidente iraní Ebrahim Raisi, cuando se perpetró el atentado en Kerman, Irán, en enero ppdo., acusando expresamente a Israel del mismo, pero luego tuvo que reconocer la autoría del ISIS, y 3) el Estado Islámico en su apogeo, durante la segunda mitad del decenio pasado, llegó a conformar un “proto-Estado”, con territorio, población y un llamado Califato, las acciones en su contra terminaron por destruir su estructura, y como una bola de mercurio que al aplastarla se atomiza en muchas pequeñas, hoy han encontrado en la región de Korasán y en el noreste de Afganistán, su nuevo espacio, y su nefasta ideología sigue viva, algo que en realidad podemos encontrar sus orígenes en 1928, con Hassan Al Bana y la creación de Los Hermanos Musulmanes, y Sayyed Qutb, el formador de las células clandestinas para llevar a cabo la Yihad, y que sostuvo “que la religión era la verdadera y única división de la Humanidad, más que la racial o los nacionalismos”, con el tiempo, tres discípulos de éste, el palestino Abdullah Azzam –padre de la Yihad Global-, el saudita Osama Ibn Laden, su sucesor y el egipcio Ayman al Zawahiri, sientan la base de Al Qaeda, y en el 2003 se conforma Al Qaeda de Irak, al mando del jordano Abu Musab al Zarqawi, quién antes morir en el 2006 deja su legado, que expresaba, primero acabar con los musulmanes disidentes y apóstatas, segundo acabar con los no musulmanes, y esta visión era a la inversa de la de Osama Ibn Laden, lo que marca la grieta entre lo que se constituirá como Estado Islámico y Al Qaeda, finalmente la idea de Al Zarqawi se concreta en el 2014 cuando el iraquí Abu Bark al Bagdadi se proclama Califa y se estructura el proto-Estado, y los atentados reseñados a lo largo de la columna de hoy, muestran que el Estado Islámico, el DAESH, el ISIS-K, está activo y es una amenaza global, por eso la frase elegida, no es académica, es de nuestro acerbo coloquial, “Yerba mala nunca muere”.-

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