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2024 Mundo cane

Tal como se reseñó en la última columna del año pasado, el 2024 se presenta complicado, tanto en lo geopolítico como en lo geoeconómico, y como se adelantó en la primera de este año, en el 2024 nos espera un año de elecciones en 76 países, en algunos casos, una ratificación de procesos democráticos, mientras que en otros países, las votaciones tendrán poco o nada de democráticas, pero lo concreto, que los resultados de las mismas, en casos puntuales, tendrán una potencial influencia en el tablero global, es por esto, que a continuación a través de algunos ítems tomados de referencia, nos valdrá para entender este complicado 2024.
Es así, que a través de la Polemología, podremos abordar el primer ítem, que nos muestra que la posibilidad de una escalada del conflicto entre el Estado de Israel y la organización terrorista palestina HAMAS, una guerra que el domingo ppdo., cumplió tres meses, en cierta manera ya se está dando, con los ataques de Hezbollah sobre la región fronteriza norte, sumado al accionar de los Hutíes desde Yemen, sobre la ruta marítima del Mar Rojo, que ha involucrado la intervención de las armadas de los EE.UU., Reino Unido y recientemente Dinamarca.
A su vez, tras la operación selectiva llevada a cabo por las FDI, el pasado 2 de enero, en Beirut, Líbano, que eliminó al jefe de HAMAS en tierras libanesas, Saleh al Arouri, y lo mismo con la muerte de Wissam al Tawil, oficial de alto rango de Hezbollah y cuñado del sheik Hassan Nasrallah, la tensión con la organización político-terrorista chiita ha aumentado, no sólo por la potencial reacción de ésta, sino también, por los efectos jurídicos en el plano del Derecho Internacional, que lleva al Estado Libanés a presentar una protesta formal, debido a que toda respuesta militar de Israel sobre objetivos, sean de HAMAS o de Hezbollah, en territorio del Líbano, es susceptible de una reacción diplomática del gobierno de Beirut, lo que podría abrir una confrontación armada, involucrando al Estado libanés, lo que potenciaría una escalada regional, más allá de los esfuerzos que llevan a cabo Washington y Riad, para que esto no suceda.
A lo señalado, hay que sumar dos interrogantes, el primero, ¿cuál será el futuro de Gaza y los gazatíes?, y en esto no hay un consenso dentro del actual gobierno israelí, lo que nos lleva al segundo interrogante, ¿cuál será el perfil del futuro gobierno?, habida cuenta, que sólo el 15% de israelíes apoyan al 1er. Ministro Netanyahu, sumado al revés político que sufrió la iniciativa de quitar a la Corte Suprema, la facultad de Discrecionalidad, para fallar sobre leyes fundamentales, y si bien, Netanyahu por ahora cuenta con una mayoría en la Kneset, no sorprendería el retiro de ese apoyo, tanto de los moderados como de la ultraderecha y partidos religiosos, en función de la postura que adopte el primer ministro respecto a las discrepancias por el futuro de Gaza.
Siguiendo en el escenario de Oriente Medio, hay seguir la larvada crisis interna en Irán, más allá del atentado de días pasados, en la ciudad de Kermán, durante la conmemoración de otro aniversario de la muerte del general Qassem Soleimaní, que causó más de ochenta muertos y 200 heridos, reivindicado por la organización terrorista sunita DAESH, y el régimen de Teherán va a celebrar elecciones parlamentarias el próximo marzo, donde el malestar de cierta parte de la sociedad iraní, en particular el colectivo femenino, podría reflejarse en las urnas, pero además debemos recordar, el accionar de grupos armados opositores al régimen que operan en suelo iraní, como ser, la Guerrilla Fedaí del Pueblo de Irán, la Organización de la Lucha del Kurdistán iraní y los Muyahidines del Pueblo, y de fondo, la cuestión de la posible y probable sucesión del Líder Supremo, Alí Jamenei, que en julio cumpliría 85 años y su salud se deteriora cada vez más.
El otro ítem lo abordaremos desde lo geoeconómico, para entender como el conflicto y las crisis en Oriente Medio, afectarán la economía mundial, que sin tener en cuenta una posible escalada, ya con el actual accionar de los Hutíes sobre la ruta del comercio marítimo en el Mar Rojo, ocasionarán una crisis con costes en el Comercio Internacional, similares a los ocasionados cuando se dio el bloqueo del Canal de Suez en el 2021, y esto afectará a los sectores industriales y producirá una suba del precio del petróleo, lo que plantea un desafío a la Globalización y al Libre Comercio, promoviendo la cuestión de la Autonomía Estratégica.
Y continuando con la visión geoeconómica, nos muestra que pese a los conflictos y las crisis en el 2023, la economía mundial alcanzó resultados mejores a los esperados, pero el año que se inicia, no se repetirán las mismas perspectivas, de hecho, un Informe de la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, estima que el crecimiento global del PBI alcanzará apenas el 2,7%, frente al 2,9% que se alcanzó en el 2023.
Esto se verá con claridad, en tres potencias europeas, Alemania, Francia e Italia, que es posible que no alcancen el 0,8% de crecimiento económico, lo que ubicaría a las economías de la U.E. cercanas a la recesión, mientras algo diferente sucede con los EE.UU., donde la Inflación decrece y las tasas de interés se mantendrán bajas, al menos durante el primer semestre, pues la segunda mitad del año, estará protagonizada por las elecciones presidenciales de noviembre, que plantean la posibilidad de un cambio de inquilino en la Casa Blanca, con lo que esto implica, tanto en el plano interno como en política exterior estadounidense.
Ahora bien, para el siguiente ítem, nos valdremos del análisis geopolítico, para entender el escenario europeo, pues se celebrarán elecciones, donde es muy factible que ganen espacio los partidos políticos de derecha, en particular, algunos euro-escépticos y radicales, y con respecto al conflicto ruso-ucraniano, se estancará , sin grandes cambios territoriales, Kiev será presionada para aceptar una solución al conflicto, en base al actual cuadro de situación, que involucra la pérdida de entre el 15% y 20% de su territorio, pues Occidente reducirá su apoyo, particularmente el de algunos miembros del bloque europeo, debido a los costes que le significan y a la ya señalada situación económica que deberán afrontar.
En cuanto a Rusia, en columnas anteriores se señaló y se fundamentó, el porqué de los escasos efectos negativos de las sanciones económicas y financieras impuestas a Moscú, y esto, junto a la airosa salida de Putin de la Crisis de Junio del año pasado, le aseguran al presidente ruso, que afirmará su poder en las elecciones del próximo 17 de marzo, lo que extendería su mandato hasta el 2030.
Por otra parte, Rusia será la sede de la próxima reunión de los BRICS, donde buscará obtener apoyos y éxitos en el ámbito diplomático global, en lo inmediato podemos ver como su aliado incondicional y proxi, Bielorrusia, se integrará a la Organización de Cooperación de Shanghai, que lidera China.
Y ya que nombramos al Gigante Asiático, si bien superó la crisis económica derivada de la pandemia del COVID, su modelo productivo tiene graves problemas, el volumen de transacciones se redujo un 16,5% y solo unas 15 compañías mantuvieron su ritmo habitual, por su parte, las medidas económicas y financieras adoptadas para solucionarlos se ven ralentizadas, por el efecto de la crisis inmobiliaria, cuyo peso en el PBI nacional se estima en cerca del 30%, tal es así, que en las principales ciudades, Beijing, Shanghai, Shenzhen y Canton, se ha experimentado una caída en el consumo, de un 2% interanual con respecto al año pasado, todo lo cual, más allá del resultado de las próximas elecciones en Taiwán, alejan la posibilidad de una invasión militar a la isla, es por esto, que las decisiones que tome el presidente Xi Jinping este año, serán significativamente relevantes para el futuro geopolítico y geoeconómico de China.
Por su parte, los BRICS se reunirán en octubre próximo en Moscú, con la oficialización de su ampliación por la adhesión del Reino Saudita, Egipto, Etiopía, EAU e Irán, recordemos que Argentina renunció a formar parte de dicho bloque económico.
En cuanto a África, y nuevamente valiéndonos de la geopolítica, en este 2024, se incrementará la inestabilidad en la región del Sahel, en particular en Camerún, Chad y Guinea Biseau, donde son altas las posibilidades de Golpes de Estado, mientras que en Sudán y Etiopía, continuarán con sus guerras civiles, por su parte, se celebrarán elecciones en Senegal y en la República Democrática del Congo, con pocas garantías democráticas y cuyos resultados podrían generar desestabilizaciones en la región.
Y si hablamos de procesos eleccionarios, además del que se celebrará el sábado próximo en Taiwán, el pasado domingo se llevaron a cabo las elecciones en la República de Bangladesh, que registró una gran abstención de votantes, solo el 40% del padrón, en comparación con las del 2018 que fue del 80%, un boicot propiciado por la oposición liderada por el Partido Nacionalista de Bangladesh o BNP, por lo tanto dio como ganador al oficialismo de la actual primer ministra Sheij Hasina, del partido de centro-izquierda, Liga Awami, pero de una verdadera significancia geopolítica y económica, tenemos entre abril y mayo, comicios en la India, como así también en el vecino Pakistán, mientras tanto, la guerra civil que sufre Myanmar, podría provocar la caída del actual gobierno, y concluyendo con Asia, en el Cáucaso, Azerbaiyán adelantará las elecciones para febrero, en que se reafirma la figura de su presidente, Ilham Aliyev, que será el anfitrión de la Cumbre COP29, por lo cual, las tensiones con Armenia por el paso hacia el enclave azerí de Najichevan, quedarán frizadas.
Y ahora, en lo que respecta a Latinoamérica, Brasil será sede del G20, las tensiones entre Venezuela y Guyana por el litigio territorial de la región del Esequibo, podrían escalar, entre otras cosas por los resultados que se den en los comicios presidenciales en Venezuela, pero también se celebrarán elecciones en Méjico y en el Salvador, y por supuesto no se puede obviar que como resultado del resultado eleccionario de noviembre pasado en nuestro país, el realineamiento de Argentina en el marco geopolítico global.
Finalizando la columna, el panorama para este 2024, se podría sintetizar en un escenario mundial más polarizado y conflictivo, donde se evidencia un declive del sistema de la ONU, con desprestigio de algunas de sus agencias, como la ACNUR, o con un Consejo de Seguridad que es ineficiente e ineficaz para prevenir, gestionar o solucionar las crisis y los conflictos, tal como ha quedado demostrado con las guerras en Ucrania y la de Israel contra la organización terrorista HAMAS, con un Occidente en deriva geopolítica, mientras que países no occidentales del llamado Sur Global, muestran un alineamiento al eje China-Rusia, y como paradoja, a fines de julio próximo, se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos de Paris, el que no estará ajeno a las tensiones geopolíticas, mostrando como en otras olimpíadas, que el evento no es solo deportivo, sino una vidriera de lo político, por eso en este escenario de Mundo Cane, la frase final es de Winston Churchill, que dijo: “Hay una cantidad terrible de mentiras sobre el Mundo, y lo peor es que la mitad de ellas son verdades…”.- AM ISRAEL JAI.-

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