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Si Irán continúa expandiéndose, estamos cada vez más cerca de un atentado en la región

Radio Jai- Israel no debe detener su avance en Rafah      

Por Luciano Mondino

El poderío de los Ayatollah, los clérigos chiitas que tomaron el poder de la sociedad iraní a partir de la vuelta de Jomeini en 1979, se continúa erigiendo bajo el puño de hiero de la Guardia Revolucionaria Islámica (declarada como organización terrorista por cada vez más países alrededor del mundo) y filtrando en la sociedad iraní a través de los tantos grupos de elite como la Policía de la Moral, el órgano represivo que terminó con la vida de la joven kurda Mahsa Amini en septiembre de 2022 y quienes patrullan la rigurosidad de la interpretación extrema del Corán y la ley islámica en la sociedad civil. La población de Irán, desde 1979, está bajo la represión y asfixia de un sistema que perturba la estabilidad ya no sólo del Medio Oriente, sino del mundo entero.

“Con el acuerdo en Bolivia, Irán está preparando el terreno para volver a atacar en la región”.  

Argentina es el país de la no respuesta: no hay respuesta sobre el atentado a la embajada de Israel en 1992; no hay respuestas al atentado contra la AMIA en 1994; no hay respuestas por el asesinato del fiscal Alberto Natalio Nisman en enero de 2015; no hay respuestas de porque Cancillería compartió un encuentro con Mohsen Rezai, uno de los iraníes acusados por la justicia argentina; no hay respuestas tampoco de porque un avión iraní piloteado por las Fuerzas Quds aterrizó en territorio nacional luego de estar dos días en Ciudad del Este, el hub criminal de la Triple Frontera. En un país donde no hay respuestas las amenazas entran mucho más fáciles porque la impunidad permite el paso del tiempo y el paso del tiempo acarrea al olvido.

El terrorismo puede atacar en todo momento y en todo lugar, pero es verdad que podrá hacerlo con más comodidad en aquellos países donde la seguridad es mínima. La lucha antiterrorista exitosa es también una lucha ideológica: para reducir casi al mínimo las posibilidades de sufrir un atentado hay que luchar decididamente contra la radicalización y contra los espectros de radicalización que florecen en todos los rincones de la sociedad y que se evidencian en redes sociales. Hoy en Argentina tanto la lucha ideológica como la operativa están siendo derrotadas: la ideológica porque existen grupos pro-iraníes y pro Hezbollah en el país que están al servicio de un llamado al mejor estilo de los lobos solitarios, esos lobos que actúan por fuera de la manada. Desde que Hezbollah fuera declarada como organización terrorista en 2019 por el gobierno de Mauricio Macri, portar insignias o movilizar referencias a dicha organización es un delito contemplado como promoción del terrorismo y debe ser denunciado.

Hoy existen personas que en sus redes sociales exhiben banderas e imágenes a favor de la organización terrorista libanesa que es el brazo armado de Irán y que los une un relato profundamente violento, antisemita e irritable. En este sentido, ¿cuál es el objetivo que un grupo de personas que frecuenta la mezquita At Tauhid en Buenos Aires estén conectadas con personas físicas en cuyas redes sociales promueven el terrorismo? Las redes sociales son justamente espacios cibernéticos donde las voluntades se encuentran y donde la operatividad se vuelve posible.

Ante el silencio del Ministerio de Asuntos Exteriores, el gobierno y la justicia, la República Islámica de Irán ha promovido la firma de un acuerdo con Bolivia, amplificando esa base ideológica que en los últimos años ha unido al Socialismo del Siglo XXI y el islamismo iraní, dos polos que se presumen opuestos, pero que desde los años de Hugo Chávez han sido lo suficientemente robustos como para que se dijera que en realidad Venezuela debía ser llamada como la República Islámica de Venezuela o el patio trasero de Teherán.

Un acuerdo en materia de defensa y seguridad entre Irán y Bolivia replicaría una penetración muy similar a la de la década de los ochenta cuando desde Teherán se promovió una red clandestina de inteligencia, a través de Mohsen Rabbani, para hacer inteligencia terrorista y poder concretar los atentados contra la embajada de Israel en 1992 y contra la AMIA en 1994.

¿No han pasado demasiadas cosas como para que la intromisión iraní ya no sea una cuestión de seguridad hemisférica? Los Ayatollah se animan a convertirse en los directores de orquesta cuyas partituras están fuertemente influenciadas por el sentimiento antiestadounidense, antiisraelí y por supuesto con un pronunciado antisemitismo en el mundo de América Latina y el Caribe. La base ideológica que Irán tiene en la región es lo suficientemente robusta como para calar profundo y presentarse como parte del concierto de naciones intentando esconder debajo de la alfombra que hay cinco ciudadanos iraníes (uno de ellos de enorme envergadura en el actual gobierno) que deben responder ante la justicia por el asesinato de más de cien personas y 500 víctimas sobrevivientes.

La idea de pacto o memorándum en Bolivia recuerda al año 2013 cuando, a través de la diplomacia clandestina, el entonces gobierno de Cristina Kirchner formuló un acuerdo con los iraníes que luego sería denunciado por el muerto fiscal Nisman en 2015. Nisman, como se sabe, fue asesinado horas antes de exponer su denuncia frente al Congreso de la Nación en enero de ese año.

Al mismo momento en que Irán promoverá alcances y acuerdos con el país sudamericano, en una especie de revival de los acuerdos entre Irán y Argentina de hace una década, Luis D’elía (uno de los acusados por el fiscal Nisman de ser uno de los nexos de la República Islámica de Irán para obtener la impunidad y hoy candidato a gobernador por el espacio liderado por Guillermo Moreno) viajaría a Teherán para promover un acercamiento en la exportación de urea al Mercosur y así intentar paliar un faltante que afecta al sector rural en Argentina y Brasil.

De más está decir que Luis D’elía, que no sólo carga unos antecedentes sombríos, no tiene facultad alguna para negociar nada en nombre del organismo ni mucho menos de Argentina que, por medio de su Cancillería, ha decidido despegarse del viaje del piquetero.

Que Luis D’elía viaje a Teherán indica que los lazos de los que habló Nisman en el 2015 siguen vivos y que la vinculación con el país persa sigue viva a pesar de los capítulos terroristas que impactaron en Buenos Aires y sobre los que Irán se niega a cooperar judicialmente. Lo más inquietante es que la expedición del piquetero es para conseguir urea, un elemento utilizado en fertilizantes y que puede usarse para explosivos cuando se mezcla con materiales hipocloritos. Existen informes de incautación a las FARC, organización narcoterrorista colombiana, como también antecedentes del nitrato de urea en explosivos que atacaron el World Trade Center en febrero de 1993.

Irán desde la década de los ochenta ha construido una estructura que hoy no está adormecida, sino que sigue operando para exportar los intereses de Teherán mucho más lejos que su vecindario próximo en Medio Oriente. Si los Ayatollah tienen hoy una forma de atacar a Israel fuera de la región es a través de América Latina, terreno que conocen y que hoy sigue padeciendo su intromisión.

Nota exclusiva de del Licenciado Luciano Mondino para Radio Jai 

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