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El conflicto ruso – ucraniano a las puertas del invierno boreal, presente y posible evolución

En la columna de hoy, volveremos a analizar el presente y probable evolución del conflicto ucraniano – ruso, que ya está transitando su décimo mes y a las puertas del invierno boreal, con lo que esto significa, en particular, en el centro y norte de Europa, y donde hasta la fecha, ninguno de los dos contendientes principales hayan podido alcanzar sus objetivos de máxima, lo que explica la continuidad de la guerra.

 

La próxima temporada invernal preanuncia que la crisis energética sigue siendo un grave problema para Europa, más allá de Ucrania, que sigue soportando los bombardeos rusos que provocan el corte de electricidad en todo su territorio, y agrava el panorama del Viejo Continente, pues si en un invierno sin conflicto, la energía aumenta un 10%, esto trasladado al escenario demográfico, significa también un aumento de la mortalidad de más del 0,5%, en particular en la franja etaria de la tercera edad, pero que en la actual coyuntura bélica, con el estrangulamiento energético aplicado por Rusia, cobraría más víctimas fuera de Ucrania que lo que las armas rusas ocasionan en el territorio ucraniano.

 

Pero tanto la guerra en si misma, como la inflación en los precios de la energía, que afecta a toda Europa, coloca al Banco Central Europeo en una difícil situación que desnuda las debilidades financieras del bloque, pues si sube las tasas de interés para controlar los precios, y si la suba es alta, puede provocar desestabilización en los países más débiles.

 

Por su parte, la cabeza de la OTAN e histórico aliado de Europa, los EE.UU., con la actual administración Biden, está embarcado en una gran campaña de subvenciones y proteccionismo, que se aplica en una ayuda a los sectores energéticos, industrial y del transporte, y en cuanto el apoyo militar y financiero a Ucrania, es muy superior al que lo hace la U.E., pues ninguno de los restantes miembros de la OTAN han cumplido con el objetivo de destinar el 2% de sus PBI al sector Defensa, algo que nos recuerda a Donald Trump y ese período de tensiones entre Washington y Bruselas, que parece puede renacer en el marco de una guerra prolongada, lo que sería beneficioso para el presidente Putin y por supuesto, de manera accesoria a Xi Jinping, quién más allá de su último encuentro con Joe Biden, China representa el desafío mas importante para los EE.UU.

 

Esto explica, por que el presidente Biden le ha pedido a su par ucraniano, Volodomir Zelenski, que deje su posición negativa a participar en conversaciones de paz, y refleja lo complejo de la posición estadounidense, puesto que Washington considera que un conflicto prolongado no sólo ya ha causado daños a la economía global, sino que incluso Kiev, puede ir perdiendo el apoyo de otros países, pues los efectos negativoa han generado preocupación no sólo en algunos miembros de la U.E., sino también en Latinoamérica y África, en particular, por los costos en materias primas, alimentos y combustibles, más allá, que en la última reunión del G7, sus miembros se han manifestado por el final del conflicto, y que el asesor en Seguridad Nacional de los EE.UU., Jake Sullivan declaró que, la posición de Washington es conseguir una paz duradera pero justa, y que no se aceptará que Rusia mantenga su presencia en territorio ucraniano tomado por la fuerza o por dudosos plebiscitos.

 

Ahora bien, en el marco europeo, por ejemplo la 1er. ministro de Finlandia Sanna Marin declaró, que la invasión rusa a Ucrania ha expuesto la debilidad de Europa y sus errores estratégicos para enfrentar a Rusia, incluso ha desnudado las diferentes posiciones dentro de la U.E., por el caso, mientras los países del Báltico y Polonia requieren de sus socios una postura más dura contra Rusia, otros como Alemania, Francia, Hungría, Italia y Grecia, son menos firmes.

 

Por su parte, el Secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que el presidente Putin trata de utilizar el invierno como arma con sus bombardeos masivos a la infraestructura energética de Ucrania, y que la Alianza, pese a los costes que representa el apoyo a Kiev, lo seguirán haciendo no sólo con armas sino también con el suministro de energía, por lo cual se reunirán los ministros de Relaciones Exteriores de la Organización con el canciller ucraniano Dimitri Kuleva.

 

Para Zelenski, esta estrategia que esgrime Putin, es un Crimen contra la Humanidad, para los miembros de la OTAN son Crímenes de Guerra, sin embargo, y aunque sea cruel, en la Historia de las Guerras, la utilización del clima ha sido una arma ya utilizada, y en especial el Invierno fue aprovechado por Rusia, algo que sufrió primero Napoleón y luego Hitler, y no olvidemos, que desde la 1ra. Guerra Mundial los civiles y las infraestructuras de todo tipo han sido considerados blancos por las partes beligerantes, algo que hoy recibe la hipócrita calificación, “Daños Colaterales”, pero que nos recuerda definitivamente, que las guerras son nefastas.

 

Mientras tanto, el pasado 1 de diciembre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la entrevista en Beijing le pidió al presidente Xi Jinping, que utilice su influencia con su par ruso, Vladimir Putin, para que respete las fronteras internacionales y cese de utilizar amenazas del uso de armas nucleares, y que confía en el rol de China como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin al conflicto.

 

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró que Moscú está dispuesto a escuchar las propuestas que haga Kiev, como sus aliados de Occidente e incluso Washington, y recordó que en marzo de este año, en Estambul, Turquía, Rusia asistió a las negociaciones con Ucrania para llegar a un Acuerdo, sobre la seguridad para Kiev, siempre y cuando aceptara su estatus de Estado neutral, es decir, no formar parte de la OTAN, y también que Washington tiene responsabilidad en actuar directamente en el conflicto mediante el suministro de armas y capacitación militar, en una guerra contra Rusia usando a Ucrania, lo que no excluye, que se pueda concretar una reunión entre los presidentes Biden y Putin para poner fin al conflicto, aunque también aseguró, que Moscú no aceptará ningún tribunal que investigue las acciones de las fuerzas rusas en Ucrania, declaraciones estas, que realizó en el Kremlin, debido a que por las sanciones no pudo viajar a Lodz, Polonia, para la reunión ministerial de la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa.

 

Más allá de las declaraciones del canciller Lavrov, el presidente Putin sigue manteniendo aliados europeos, es el caso de la Bielorrusia de Lukashenko, la Hungría de Orban y la Turquía de Erdogan, con quién se reunió en Astana, Kazajistán, donde ambos trataron la creación de un polo  gasífero en territorio turco, pero no abordaron el tema de una mediación de Erdogan en el conflicto con Ucrania, tampoco se puede pasar por alto las declaraciones del canciller chino Wang Yi, quién afirmó que China está dispuesta a profundizar su alianza estratégica con Rusia, y que cualquier intento en afectar las relaciones y el progreso de ambos Estados, nunca tendrán éxito, y esto podría leerse como que China y Rusia son los desafíos geopolíticos trascendentales para los EE.UU.

 

Sin embargo, no todo es armonía entre los aliados del Kremlin, más exactamente, dentro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la alianza militar creada por Rusia, que reúne en su seno a, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirginstán y Tayikistán, pues entre las dos últimas hay tensiones por cuestiones territoriales, a lo que se suma un pase de factura de Erevan a Moscú y a los otros miembros de esta organización, por no haber recibido ayuda militar durante el último conflicto con Azerbaiyán, lo pone en duda el futuro de la alianza a la vez que continúa creciendo la influencia de Turquía y China en la región del Cáucaso y el Asia Central.

 

Por otro lado, opositores rusos al presidente Putin se reunieron en Jablonna, en la inmediaciones de Varsovia, Polonia, donde reside el exdiputado de la Duma, Ilya Ponomarev, para buscar crear una alternativa democrática al régimen de Putin, reunión a la que asistieron 51 dirigentes políticos rusos, y tal como lo manifestó el activista de DD.HH. exiliado, Andrei Sidelnikov, es un primer paso para reconstruir una verdadera república.

 

Finalizando la columna de hoy, las conclusiones son las siguientes, el conflicto ruso – ucraniano, que se inició a finales del mes de febrero ppdo., en diciembre y con el comienzo del invierno boreal, entra en una fase donde la estrategia de Moscú estará enfocada en la destrucción de los recursos vitales para Kiev, en particular energéticos, de manera tal de debilitar la moral y la resistencia del pueblo ucraniano, a la vez de agravar la situación social, económica y financiera del resto de los países de la U.E., por el caso, la quita del petróleo a los miembros del G7 y aquellos Estados asociados, que pretenden imponer un tope al precio del hidrocarburo ruso, en u$s.60/barril, cuando el mismo es de u$s.100/barril, y además hay que tener presente, que si bien Rusia ha sido golpeada tanto en lo militar con retiradas forzadas, como en lo económico con las sanciones, aún no está derrotada, y que en cuanto a su frente interno, no sería raro que de prolongarse el conflicto más allá de la temporada invernal, el presidente Putin prevea la designación de un sucesor que obligaría a Ucrania, la OTAN y a los EE.UU., a iniciar conversaciones para poner fin a la guerra, mientras este fin de semana la Flota del Pacífico de Rusia reforzó con baterías de misiles la isla Kuriles, al norte de Japón, y como se señaló anteriormente al tratar este conflicto, la invasión rusa es una violación a la soberanía de Ucrania, un Estado que nunca fue una verdadera democracia y padeció siempre de una corrupción endémica, y si bien no se justicia la acción emprendida por Putin, que no ha sido acertada ni estratégica ni tácticamente, la percepción de la expansión de la OTAN hacia sus fronteras, es real y es un incumplimiento a lo acordado entre el presidente George Bush –padre- y el premier Mijail Gorbachov, por lo cual, la frase elegida, y que sería relevante para todas las partes, es de Henry Kissinger que se preguntó, “…¿Se  convertirá Europa en un participante activo en la construcción del Orden Internacional, o se consumirá en sus propios problemas?…”

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