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Covid 19, de mito, verdades y mentiras

Profesor Luis Fuensalida

Por el Prof. Luis Fuensalida

Es innegable, que la pandemia del Covid19 ha dado lugar a teorías conspirativas de todo tipo, la mayoría de ellas, carente de evidencia científica o elementos fácticos, un campo fértil para la estupidez humana, la prueba está que una de las que cuenta con más seguidores, es la que refiere que hay un grupo de personas que controlan el mundo, más allá de los gobiernos y organismos internacionales, y ellas son las responsables, y esto quedó reflejado en varias encuestas y que dieron los siguientes porcentajes, en España el 55%, en Polonia el 47%, en Italia el 45%, en los EE.UU. el 37%, en Francia el 36% y en el Reino Unido el 28%.

Según el Dr. Stephan Lewandowsky, titular de la cátedra de Psicología Cognitiva de la Universidad de Bristol, Inglaterra, “…cualquier situación de miedo donde la gente siente que pierde el control de su vida, hará que algunos se vuelvan susceptibles a las teorías conspirativas, y una pandemia es un caso supremo de algo que atemoriza y la deja sin certezas…”, sin embargo, y es el propósito de la columna de hoy, mostrar ciertos eventos y circunstancias, que se pueden corroborar fácticamente, y que puede darnos una visión más profunda y compleja del antes y el pos pandemia Covid 19.

Lo cierto es, que la pandemia ha comprometido la estándares de Seguridad Biológica a nivel global, y que más allá de cualquiera de las teorías conspirativas creadas en torno a ella, lo que realmente está en juego es el conocimiento, las materias primas y las tecnologías y ciencia de punta, que constituyen el campo donde se está y seguirá desarrollándose el conflicto entre los EE.UU. y CHINA, al menos es lo que voy a tratar de demostrar.

En principio, los virus son microorganismos  infecciosos simples, que sólo contienen en su interior material genético ARN o ADN, que se encuentran cubiertos por proteínas, cuya función es ayudar que el material genético del virus penetre en una célula sana y así iniciar la reproducción e infectar al organismo a través de una expansión exponencial, y el Coronavirus, es una familia viral conocida que afecta a los humanos, los casos más comunes son la gripe común, con sus variantes anuales, y más virulentos, el SARS o Síndrome Respiratorio Agudo Grave o el MERS, Síndrome Respiratorio de Oriente Medio.

Quizás para muchos es la primera vez que escuchan el MERS, que se originó en Arabia Saudita, allá por Junio del 2012, cuando ingresa en el hospital Dr. Soliman Fakeeh, de la ciudad de Yeddah, un paciente sin antecedentes de enfermedades pulmonares, cardíacas ni renales, ni tampoco era fumador, pero con un cuadro clínico de tos, dificultades respiratorias y fiebre, siendo atendido por el médico egipcio Ali Mohamed Kaki, quien luego de intensos estudios arriba a la conclusión que se trata de un SARS o coronavirus desconocido y remite una muestra en Mayo del 2013 al Centro Virológico Erasmus, en Rotterdam, Países Bajos, prosiguiendo los estudios el Dr. Ron Fouchier, prestigioso virólogo, dando así origen al descubrimiento del virus MERS o betacoronavirus humano 2c EMC, esto provocó una protesta formal del Reino Saudita pues habían de esta forma perdido los derechos sobre la muestra, pero a pesar del enojo saudita, el Centro Erasmus obtuvo la patente del virus y se firmaron acuerdos muy redituables con distintas empresas farmacéuticas para la producción de vacunas y medicamentos, a través de lo que se denomina Acuerdos de Transferencia  de Material.

Uno de estos acuerdos fue firmado con el Laboratorio Nacional de Microbiología del Canadá, cuyo director era el Dr. Francis Plummer y es así como el Coronavirus llegó a los laboratorios canadienses en Winnipeg a mediados del 2013, donde las investigaciones estuvieron a cargo del mencionado Dr. Pummer, una eminencia a nivel mundial en el estudio del VIH 1 algo para tener en cuenta y ya verán el porqué.

Pero antes de seguir en Canadá, voy a retroceder en el tiempo y a trasladarme a China, pues en el año 2008 Beijing inicia el Programa Plan de Mil Talentos, cuyo objetivo era reclutar  y capacitar personal científico, investigadores en innovación y emprendimiento tecnológico, para el espionaje y robo de material sensible que manejara Occidente, programa vinculado supervisado por el Ejército Popular chino, que dirige la estrategia de fusión militar-civil, priorizando el campo de investigación de armas biológicas, que lo ubica a la vanguardia de la expansión y explotación, y que se condice con el objetivo en el ámbito biológico de elaborar estrategias  utilizando Armas Genéticas que les posibilite lo que ellos denominan “una victoria sin sangre”.

Con este dato, volvamos a Winnipeg, cuyo laboratorio trabaja en colaboración con entidades canadienses y extranjeras, en la prevención, identificación  y preparación de los vectores  contra las más peligrosas enfermedades transmisibles, y en una de sus dependencias señalada como Laboratorio 101, el que reúne el nivel BSL4, el más alto en seguridad para manipular virus tan peligrosos como el del Ébola, Lassa y Nipah, llegó la muestra del SARS Saudi o MERS, procedente de Rótterdam, para su estudio.

Ahora bien, quedémonos en Winnipeg, pero vayamos al año 1996, cuando llega al laboratorio la Dra. Xiangguo Qiu, prestigiosa viróloga china, casada con el Dr. Keding Cheng, especializado en bacteriología, quién también era el responsable del régimen de becas para estudiantes y profesionales chinos en el campo biológico, con el citado laboratorio nacional canadiense.

En el 2014, la Dra. Qiu arribó tras años de estudios e investigación sobre el virus del ébola, a identificar primero 8 anticuerpos contra el virus, que finalmente darían lugar a un cóctel de 3, cuya administración permite al organismo iniciar en forma natural un proceso antiviral, lo que a su vez dio lugar a la producción del medicamento ZMapp, que permite la cura a la enfermedad, y le valió a la Dra. Qiu y a su colaborador el Dr. Gary Kobinger, el importante Premio a la Innovación Científica del Canadá.

La capacidad de la Dra. Qiu la llevó a ser nombrada Jefe de la Sección de Desarrollo de Vacunas y Terapias antivirales en el programa de patógenos, además de profesora en el Depto. de Microbiología Médica de la Universidad de Manitoba, Canadá y en paralelo, profesora asociada en Universidad de Tianjin, China, y de esta manera le posibilitó trabajar con estudiantes chinos becados en el Laboratorio de Winnipeg, pero algo que luego llamará la atención de la autoridades canadienses, es que si bien durante el período lectivo la Dra. Qiu viajaba periódicamente a China, en el período 2017/2018, lo hizo con mayor frecuencia, y al menos media docena de veces concurrió al laboratorio nacional de Bioseguridad de Wuhan, el cual se encuentra en un complejo militar, dependiente del Instituto de Virología de la citada ciudad, el primero en China con contar con los estándares de seguridad nivel 4, es decir BSL4, los mismos que el de Winnipeg, y donde se desarrolla el Programa de Guerra Biológica y ubicado a 32 km. del Mercado de Mariscos de Huanan, epicentro del brote del Covid 19, y también visitó la Academia de Ciencias de China, la Universidad de Tsinghua, la Academia de Medicina de su país, y el Instituto de Biotecnología de Beijing.

Llegamos así a principios de Julio del 2019, cuando las autoridades de Laboratorio Nacional de Microbiología prohibieron el ingreso del matrimonio de científicos, la Dra. Qiu y el Dr. Cheng, y una veintena de becarios chinos, bajo los cargos de incumplimiento de protocolos, algo que esta dentro de lo meramente administrativo, pero lo extraño es la intervención de la Real Policía Montada del Canadá, que basó sus investigaciones en los delitos emergentes a la existencia de transferencia de conocimientos y material viral, en marzo del 2019, del Canadá a China, no respetando los requisitos de seguridad, la propiedad intelectual e investigación, por lo cual se dictó la expulsión de los científicos y sus alumnos y colaboradores, algo que agregó más tensión a las relaciones entre los dos países, que pasaba por su peor momento con la detención Meng Wanzhou, la ejecutiva de Huawei, en el aeropuerto de Vancouver a requerimiento de los EE.UU. por los cargos de espionaje y fraude.

La sustracción de material viral no fue el primer caso que sufrió el Laboratorio Nacional de Microbiología, en el 2009, el científico Michel Yao fue arrestado por el FBI en el paso fronterizo entre Manitoba y Dakota del Norte, llevando 22 virales, uno de ellos con genes no contagiosos del virus del ébola, quedando mal parado el laboratorio, pues no había informado de la desaparición de dicho material, y tuvo que ser reconocida la falencia por el Director Francis Plummer.

Como lo señalé con anterioridad, el Dr. Plummer era una destacada figura científica en el estudio del VIH 1, y es aquí donde la libre asociación de pensamientos queda para cada uno de ustedes, ¿Por qué?, por un lado, un grupo de científicos en forma temprana, en relación al estallido de la pandemia del Covid19, elaboró un trabajo que, sin entrar en explicaciones y lenguaje científico, concluía que el SARS2 o Covid 19 era resultado de un proceso artificial y no natural, a través de la manipulación genética con el VIH1 del Sida, y que por esto el virus había obtenido la capacidad de infectar a la especia humana, por el lado opuesto, distintos equipos de trabajo de la comunidad científica, concluyó que el informe anterior estaba equivocado, y que si bien la inserciones del Covid19 son similares a los del VIH1, estas se encuentran en otros virus y que no sería producto de manipulación genética viral, y que el error estuvo en comparar segmentos de proteínas excesivamente cortos, pero más allá de las opiniones científicas opuestas, lo que le da al tema un condimento propio del cine negro, es justamente la repentina muerte del Dr. Plummer, en febrero del 2020, en Nairobi, Kenia, cuando estaba invitado a un simposio científico, y según el informe forense, la causa fue un paro cardiorrespiratorio no traumático.

Lo concreto es, que se apuntaron los cañones a la comunidad científica china, en particular al laboratorio de Wuham, y trajo a la palestra una obra del escritor estadounidense Dean Koontz, que hace 40 años escribía sobre el diseño de un virus hacia el año 2020 en un laboratorio militar ubicado justo en aquella ciudad, Wuham, y esto se diseminó por la redes sociales, además para sumar a la especulación que los estudiantes chinos becados en el laboratorio canadiense fueran parte del Programa Plan de los Mil Talentos, que antes mencioné, es un informe del Tte.Cnel. microbiólogo retirado, Danny Shohan, de las FDI, que señalaba la vinculación de los becarios con las instalaciones militares de Wuham, cuyo laboratorio reunía los requisitos de bioseguridad 4, antes explicado, y estaba autorizado para la investigación de los virus de la fiebre hemorrágica, ébola, Npah y fiebre de Crimea-Congo, lo que formaba parte de un programa mayor que involucraba  al Instituto de Veterinaria Militar que estudiaba el virus de la fiebre del Valle del Rift y el Instituto de Microbiología de Beijing, que hacia lo propio sobre el virus de Marburgo, y para el científico-militar israelí, esto resulta altamente sospechoso, pues sólo el virus del Npah está presente en China y países limítrofes, por lo que no se justifica el estudio de los otros patógenos.

Pues bien, no soy partidario de las teorías conspirativas, la pandemia del Covid19 deja al descubierto la interacción entre la guerra comercial y la puja en el campo de la ciencia y tecnología de punta entre los EE.UU. y China, y donde el caso del Laboratorio de Winnipeg, Canadá, es un ejemplo, al igual que el del Jefe del Dto. de Química y Biología de la Universidad de Hardvard, el Dr. Charles Lieber, arrestado por el FBI el pasado 28 de enero del 2020, por haber presentado declaraciones falsas en cuanto a su relación con la Universidad Tecnológica de Wuham, China, o el de la teniente del Ejército Popular Chino, Yanquing Ye, acusada de actividades de espionaje dentro del Dto. de Física-Química e Ingeniería Biomédica de la Universidad de Boston o el del Dr. Zaosong Zheng, que trabajaba en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, de Boston, quién fue arrestado en el aeropuerto Logan, de la citada ciudad, con 21 virales en su equipaje, cuando intentó volver a China.

Si nos guiamos por las realidad construida por los hechos ciertos y comprobados y dejamos atrás la información producto de la difusión de rumores, o de presuntos estudios pseudocientíficos o las fake news, que causan un daño adicional al ya producido por la pandemia, me quedo con una cuestión de patentes y propiedad intelectual, de transferencia de tecnología de manera irregular, de la importancia que tiene la industria farmacéutica, me quedo con la competencia entre el bloque occidental liderado por los EE.UU. y la potencia en ascenso, China, me quedo con que los intereses de algunos complejos sanitarios no coinciden con la conformación de entes de control sobre la relación entre la transferencia científica tecnológica y la legislación a respetar, sin olvidar que los Estados líderes en el campo de biotecnología son reacios a implementar los estándares de verificación de lo normado en la Convención sobre Producción del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Biológicas y Tóxicas.

Hasta aquí, lo que tiene de Mito y de Realidad la pandemia del Covid19, ahora es el tiempo de hablar de la Mentira, esa que construye el gobierno nacional, queriendo vendernos que estamos dentro de los 20 países que han vacunado a su población, cuando la realidad es que el 57% ha recibido una sola dosis y apenas el 18% con las dos, y esto nos ubica en un puesto por debajo de Rusia, que esta nro. 74, con el 19% de personas vacunadas con ambas dosis, por eso, en el mejor de los casos, creo que el presidente Fernández e integrantes de su gabinete son unos ineptos en haber entablado un acuerdo de provisión de vacunas con un país donde el 81% de sus habitantes no han completado el programa vacunatorio, y responsable de las más de 105.000 muertes, por eso finalizando mi columna de hoy, el gobierno nacional me recuerda la obra del genial dramaturgo William Shakespeare, “Mucho ruido y pocas nueces”.

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