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Ana Frank

Annelies Marie Frank, Ana Frank, nació el 12 de junio de 1929 en Fráncfort del Meno. Su hermana, Margot, era un poco más de tres años mayor.

Las cosas no iban bien en Alemania: había poco trabajo y mucha pobreza. Al mismo tiempo, Adolf Hitler, conseguía cada vez más seguidores para su partido, odiaba a los judíos y los culpaba de todos los problemas en el país. La suma de estos factores hizo los miembros la familia Frank decidiesen mudarse a Ámsterdam. Otto comienza allí una compañía que se dedica al comercio de pectina, una sustancia para la preparación de mermelada. Ana, su madre y su hermana Margot llegaron a Ámsterdam un poco más tarde, en 1934.

La niña se adaptó rápidamente y se sintió como en casa en los Países Bajos. Aprendió el idioma, encontró amigas y fue a una escuela holandesa en el vecindario. Su padre trabajó arduamente en la compañía, pero no le fue fácil comenzar una nueva vida. Intentó establecer un negocio en Inglaterra, pero no lo consiguió. Finalmente, encontró la solución sumando al comercio de pectina, la venta de hierbas y especias.

El 1 de septiembre de 1939, cuando Ana tenía 10 años, la Alemania nazi invadió Polonia, lo cual marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Poco después, el 10 de mayo de 1940, los alemanes invadieron los Países Bajos y el ejército holandés se rindió cinco días después.

Los ocupantes introdujeron numerosas leyes y regulaciones que dificultaban la vida de los judíos. Se les prohibió asistir a los parques, cines y tiendas, entre otras cosas. Debido a estas reglas a Ana se le permite ir cada vez a menos lugares. Su padre pierde el control de su compañía, porque los judíos ya no podían ser propietarios de empresas. Todos los niños judíos debían ir, separados, a una escuela judía.

Para su 13er cumpleaños, el 12 de junio de 1942, Ana recibió como regalo un cuaderno de firmas que ella utilizó como diario. No mucho después, el 6 de julio de 1942, la familia se ocultó en un anexo en la parte de atrás del edificio de Prinsengracht 263, donde ahora funciona el Museo Casa de Ana Frank).

Tras un llamamiento hecho por el gobierno en el exilio a la población holandesa de conservar diarios, apuntes y documentos que sirvieran para documentar la ocupación nazi, en la primavera de 1944 Ana decidió reescribir su diario.

Pero los nazis fueron avanzando lentamente. Los judíos debieron usar una estrella de David y había rumores que todos deberían abandonar los Países Bajos. Cuando Margot recibió, el 5 de julio de 1942, un aviso para presentarse a trabajar en la Alemania nazi, sus padres desconfiaron. No creyeron que se tratase de un trabajo y decidieron esconderse al día siguiente. Pasaron a la clandestinidad para escapar de la persecución.

Las cosas se pusieron aún peor cuando el jefe de familia fue citado por la Gestapo.

Un día después de la citación, la familia Frank decidió ir a un escondite ubicado en el edificio Prinsengracht, 663, Ámsterdam; lugar donde laboraba el papá de Ana. Las cosas en la nueva “Casa de Atrás” como la llamaron, tomaron un tinte diferente y se tuvieron que adaptar a nuevas reglas como no abrir las cortinas y permanecer la mayor parte del tiempo en silencio para evitar ser descubiertos por las personas que trabajaban en el edificio, pues, supieron que a sus amigos y conocidos judíos habían empezado a llevarlos hacia Westerbork, el gran campo de concentración en la provincia de Dentre.

No mucho tiempo después llegan cuatro personas más para esconderse en la Casa de atrás. El lugar era un poco apretado, Ana debía andar sigilosamente y, muchas veces, tenía miedo.

Finalmente, sus habitantes fueron denunciados, aunque, como veremos, su denunciante permanece en el anonimato. Karl Josef Silberbauer fue el suboficial que, con el rango de SS Oberscharführer (Sargento mayor) del Sicherheitsdienst (SD, servicio de seguridad nazi) en los Países Bajos, detuvo a Ana Frank y su familia en 1944. El 4 de agosto de 1944 se le mandó investigar una denuncia, por orden de su superior Julius Dettmann. Según la información, había judíos ocultos en Prinsengracht 263. Acompañado de miembros de la Grüne Polizei encabezados por Marteen Kuiper, interrogó a Victor Kugler sobre la entrada al escondite. Posteriormente, fueron arrestados Kugler y su socio Johannes Kleiman, Otto Frank, Edith Frank-Holländer, Margot Frank, Anne Frank, Hermann van Pels, Auguste van Pels, Peter van Pels y Fritz Pfeffer, mientras que a Miep Gies y Bep Voskuijl se les permitió marchar. Los detenidos fueron llevados a los cuarteles de la Gestapo, desde donde fueron enviados a diferentes campos de concentración nazis.

El mal ambiente era bastante normal en el escondite; por esta razón, los ocho judíos ocultos no entablaron una relación de amistad. Después de habitar en la Casa de Atrás durante un año, Ana conoció a Peter, el hijo de la familia Van Daan y los dos jóvenes se enamoraron. La mayoría de las noches las pasaban en la habitación de él, mirando por la ventana las estrellas y la luna. Esos fueron los momentos más felices que Ana vivió durante su estadía en el escondite. Todos estos episodios los escribía en su diario.

El 1 de agosto de 1944 Ana terminó de escribir su diario, pero el 4 fueron encontrados por los agentes de la Gestapo, quienes detuvieron a todos los habitantes de la casa y los llevaron a diferentes campos de concentración.

Después de permanecer durante un tiempo en los campos de Westerbork y Auschwitz, Ana y Margot, su hermana mayor, fueron llevadas a Bergen-Belsen. Ambas murieron durante una epidemia de tifus a causa de las malas condiciones de higiene.

De todos los habitantes de la “casa de atrás”, solo sobrevivió el padre de Ana.

¿Cuándo comenzó Ana a escribir? En su cumpleaños, Ana escribió que solo esperaba poder confiarle todo a su diario y que éste será de gran apoyo para ella y comenzó a escribirlo dos días después de su cumpleaños, el 14 de junio de 1942.

Anna Frank escribe por última vez en el diario el 1º de agosto de 1944, tres días antes de que la Gestapo arreste a los habitantes del anexo.

El delator permanece como un misterio. Ahora, casi 76 años más tarde, un equipo de expertos encabezado por un agente jubilado del FBI emplea la ciencia forense moderna y criminología con la esperanza de dar luz a uno de los más famosos casos sin resolver de la historia, pues La teoría sostiene que la niña, su familia y los otros judíos fueron encontrados en su escondite por casualidad. La policía ciertamente allanó el edificio de Prinsengracht 263 donde se ubicaba la “Casa de Atrás”, como llamó Ana Frank al escondite donde pasaron dos años sin salir para evitar ser detenidos.

Otto Frank, único superviviente de la familia, recuperó tras la guerra el diario íntimo de su hija, descubierto por una holandesa que los había ayudado a ocultarse.

Solo 38.000 de los 140.000 judíos que vivían en Holanda sobrevivieron al Holocausto. Se trata de una de las cifras de muertos más elevadas de Europa y de una mancha negra en la historia de país, cuyo gobierno pidió este año perdón.

La adolescente, de 15 años, murió de tifus a principios de 1945 en Bergen-Belsen, Alemania, pocos meses antes de que los Aliados liberaran el campo el 15 de abril.

 

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