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El doble discurso aumenta la incertidumbre

Hace 45 años, la Asamblea General de Naciones Unidas con votos automáticos del entonces bloque soviético declaraba que el sionismo era igual al racismo. Unos años después la misma Asamblea General lo derogaba. Pero la memoria queda porque aunque muchos de los que votaron entonces hoy son países muy diferentes, Rusia, que no es la URSS, parece, más de una vez, hermano mellizo de lo que la URSS hacía y pregonaba en su política respecto del Medio Oriente.

También hace 45 años, se creaba bajo el marco de Naciones Unidas un Comité llamado “por el ejercicio de los inalienables derechos del pueblo palestino”. Ni entonces ni ahora, se negaba en Naciones Unidas los derechos de los palestinos. La URSS de entonces, y hoy en día, Rusia, China, Irán, Turquía, Cuba, Venezuela lideran ese reconocimiento, que además no lo rechaza nadie. Lo que sí se rechaza es lo que lideran estos países y varios más: haber formado hace cuatro décadas y media un Comité que en lugar de hacer su trabajo de buscar caminos de paz y acuerdos, ha utilizado sus fondos, bastante altos por supuesto, para deslegitimar la existencia de Israel. Resultado: gastan el dinero, se nombran autoridades del Comité con altos sueldos, incitan al antisemitismo, apoyan el terrorismo, y el pueblo palestino que quizás tuvo alguna ilusión con la creación de un Comité de título tan largo, ha visto como los corruptos que los gobiernan no han hecho nada por su bienestar social y económico, y esta Comisión de Naciones Unidas hace un show anual con largas declaraciones, una votación que como la mayoría de las votaciones de la Asamblea General dan vergüenza, e inmediatamente después, todo sigue igual, o sea, peor.

El Comité recibe anualmente tres millones de dólares. Además de conferencias y reuniones para demonizar al Estado de Israel y no asumir que su relato ya superó a los propios Estados árabes, ¿qué hace?. Si Naciones Unidas fuera seria, debería investigar donde van sus fondos. Pero, por supuesto, nadie se investiga a sí mismo.

Sin embargo, las contradicciones se suman. En los Acuerdos de Abraham, se establece específicamente que el objetivo de los mismos es promover “el espíritu de coexistencia, entendimiento y respeto mutuo”. Emiratos Árabes Unidos es observador en el Comité de ONU que estamos mencionando. O cumple con lo que firmó o se queda en el Comité. Pero seguir sentado en dos sillas simultáneamente es un ejercicio política y físicamente imposible. Varios países árabes quieren normalizar sus relaciones con Israel como Emiratos y Bahrein lo han hecho, Sudán está en camino, y hay relacionamiento aún no oficial con Arabia Saudita y otros. Israel sabe que esa normalización prioriza los intereses estratégicos y económicos de esos países y que ningún proceso de encuentro después de 70 años de confrontación es sencillo, pero no se puede estar en dos lugares a la vez. Si se firma sobre la base del respeto mutuo, no se puede levantar la mano en Naciones Unidas en una letanía de presuntas resoluciones y acumular 17 votaciones contra Israel que parece que ni siquiera leen antes de votarlas, mientras pasan por alto brutales violaciones a los derechos humanos de las cuales países como Irán hasta se jactan de hacerlas cuando cuelgan a los llamados enemigos del Estado en la plaza pública.

Este lunes se reunirá el Comité por los derechos inalienables del pueblo palestino. La resolución ya está redactada. En el capítulo siete, párrafo 99,el Comité señala:”… hace notar las preocupaciones expresadas por los dirigentes palestinos y la reacción de la comunidad internacional al acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos…”. O sea que el lunes, Emiratos y Bahrein recibirán este mensaje y deberían dar un paso más por el respeto mutuo que firmaron con Israel. Y deberían también decir en Naciones Unidas lo que ya dijeron en Washington: este relato de las autoridades palestinas se agotó.

En su párrafo 100, el Comité volverá a condenar a Israel por uso excesivo de la fuerza en 2018 cuando decenas de miles de palestinos de Gaza apoyados por Hamas y su armamento atacaban la frontera de Israel. A Israel no le dieron entonces y ahora lo repiten, el derecho a la defensa de sus fronteras y su soberanía.

¿Qué van a votar Bahrein y Emiratos el lunes? Esta lista del Comité que votarán los que no quieren paz en Medio Oriente y que no deben votar los que sí apuestan por la convivencia, incluye felicitaciones a la vergonzosa actitud de las Naciones Unidas de alentar al boicot contra empresas israelíes que producen bienes en territorios en disputa sin importarles que los que trabajan allí son en palestinos en su mayoría. Y hay más en siete capítulos de literatura y sobre todo, mucho odio.

Pero es muy largo, por lo que citamos un párrafo más, muy clarificador de lo que venimos apuntando: “El Comité está preocupado por la propagación sin precedentes del COVID 19 en todo el Territorio Palestino Ocupado y aplaude las rigurosas medidas que el Gobierno del Estado de Palestina ha adoptado para contenerla en la región. El Comité insta a la comunidad internacional a que preste atención a la grave situación”. El Comité además miente. Ya sabemos lo que la Autoridad Palestina le ha hecho a sus compatriotas prohibiéndoles atenderse en Israel y rechazando insumos médicos.

Por lo tanto, Bahrein y Emiratos deberán mostrar otra cara. Si hacen lo de siempre no sólo se contradecirán sino que darán una pésima señal.

¿Qué hará América Latina?. Siempre se espera que el mundo, no sólo América Latina, esté a la altura de las circunstancias. Este lunes quizás tampoco sea el momento, lo cual sería una lástima porque el mundo no avanza al compás de Naciones Unidas, sino al ritmo de los hechos y la realidad.

*Eduardo Kohn (Montevideo, 1949) es Doctor de Relaciones Internacionales y. Director de Latinoamérica en B´Nai B´rith.

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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