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El Consejo Europeo insta a España y a Europa a legislar contra el antisemitismo

En uno de sus aspectos más importantes la declaración pide a los estados miembros que adopten la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés), en la que se recogen de forma muy clara los comportamientos discriminatorios contra el estado judío y los intentos de deslegitimación y demonización contra sus ciudadanos, es decir, los que impulsa el movimiento BDS.

Así, la Unión Europea urge al gobierno de España a adoptar una definición de antisemitismo -que por otra parte es la más habitualmente manejada a nivel internacional-, que deja claramente fuera de la ley las campañas BDS que se están impulsando en nuestro país desde ámbitos de la extrema izquierda y hasta por miembros de formaciones políticas con una importante representación parlamentaria como Podemos.

Una ola de antisemitismo
La declaración del Consejo Europeo, que ha sido adoptada por unanimidad, tiene varios aspectos importantes, empezando porque reconoce que en los últimos años se ha observado “un preocupante crecimiento en el número de manifestaciones del discurso y los crímenes de odio, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en Europa” y que esto “ha afectado a minorías y otros grupos vulnerables, incluyendo los judíos”.

No se trata de una observación superficial, tal y como señala el propio documento en el caso de ataques a las comunidades judías y sus miembros la Unión dispone de datos recogidos en información oficial de los 28 estados miembros, y también en una gran encuesta publicada este mes de diciembre, que se ha desarrollado durante este año 2018 y que ha contado con entrevistas a más de 16.000 judíos en trece países de Europa, entre ellos España.

Este estudio refleja varias conclusiones muy preocupantes como que “el antisemitismo impregna la esfera pública, reproduciendo y grabando estereotipos negativos sobre los judíos”.

Lo peor es que, además, un 89% de los encuestados perciben que estas actitudes y comportamientos antisemitas han crecido en los últimos años.

Este antisemitismo se manifiesta en situaciones de acoso que han experimentado nada más y nada menos que el 79% de los encuestados, un 28% de ellos en los doce meses previos a la realización de la encuesta.

Con estos datos no es de extrañar que los miembros de las comunidades judías de Europa se sientan menos seguros, tal y como recoge el propio estudio. Además, el documento del consejo reconoce también que estas comunidades se sienten particularmente vulnerables a los ataques terroristas, después de que tanto éstos como los incidentes violentos de todo tipo también se hayan incrementado en los últimos años.

En uno de los párrafos más importantes del documento, el Consejo Europeo recuerda que “todos estos ataques y todos los tipos de daños que sufran los ciudadanos europeos judíos atentan contra los valores fundamentales y los derechos humanos que están en el corazón de la Unión Europea, tal y como señala el Artículo 2 del Tratado de UE”

Una “parte integral e inseparable” de Europa
La declaración del Consejo Europeo es, como no podía ser de otra forma, una llamada a la acción para incrementar la lucha contra el antisemitismo y la protección de los ciudadanos judíos que son “una parte integral e inseparable de nuestras sociedades europeas” y de las que son ciudadanos de pleno derecho que deben disfrutar como los demás “de la sensación de seguridad y bienestar” dentro del territorio de la Unión.

El consejo se compromete, por tanto, a “asegurar un futuro para los judíos” en el que puedan “vivir con la misma sensación de seguridad y libertad que el resto de ciudadanos de la Unión Europea” y advierte garantizar la seguridad de los judíos europeos “es una necesidad inmediata” que requiere “la acción de los estados miembros y las instituciones de la UE”.

A partir de estos puntos previos es cuando la declaración conmina a los estados miembros a un total de 13 acciones en diferentes campos para solucionar este problema, entre las que están, por ejemplo, “incrementar sus esfuerzos para consolidar la seguridad de las comunidades, las instituciones y los ciudadanos judíos”; o tomar “medidas apropiadas” en el terreno legal contra os crímenes de odio y asegurar que éstos “se investigan y se persiguen de una forma efectiva”.

Otra medida interesante es que se invita a los estados miembros a “introducir en su currículo escolar formación sobre todas las formas de intolerancia, racismo y crímenes de odio”, así como en la preparación de personal que trabaje en los campos de la seguridad y la Justicia, así como en los cursos de integración para inmigrantes.

En este sentido, hace un llamamiento también a “enfatizar la importancia del recuerdo del Holocausto”, tanto en el campo de la educación como en el de la investigación.

“Adoptar la definición de antisemitismo de la IHRA”
En uno de los puntos más importantes de la declaración el Consejo conmina a los estados miembros a poner en marcha una estrategia para “prevenir y combatir todas las formas de antisemitismo como parte de sus estrategias para la prevención del racismo, la xenofobia, la radicalización y el extremismo violento”.

En este sentido, es transcendental que se pide a los estados de la Unión que adopten “la definición de antisemitismo que usa la IHRA como una herramienta útil en la educación y la formación, incluyendo a las autoridades policiales en sus esfuerzos por identificar e investigar ataques antisemitas más eficiente y eficazmente”.

¿Qué dice la definición de antisemitismo de la IHRA?
La IHRA adoptó su actual definición en mayo de 2016 , tras años de trabajos para perfilarla. La definición se compone de un único párrafo, que es este:

El antisemitismo es una determinada percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. La manifestación retórica y física de antisemitismo está dirigida hacia individuos judíos o no judíos y/o sus bienes, hacia instituciones de la comunidad judía e instalaciones religiosas.

Pero además, aporta una serie de frases “que pueden servir como ejemplos” de comportamientos antisemitas y que son realmente útiles a la hora de deslindar si una actuación determinada puede ser considerada o no antisemita.

Entre ellos hay algunos con los que determinadas formas de antisionismo quedan claramente definidas como antisemitas: negar al pueblo judío su derecho de autodeterminación, que es lo mismo que negar el derecho a existir de Israel; o hacer comparaciones entre la política actual de Israel y las de los nazis.

Por último, otro de los comportamientos que la definición pone como muestra de antisemitismo entra de lleno en lo que constituye la base del BDS: “Hacer a los judíos responsables como colectivo de acciones del estado de Israel”.

Porque esto es exactamente lo que hace el BDS: castigar a ciudadanos, empresas e instituciones judías -en muchas ocasiones ni tan siquiera israelíes- por las políticas que en teoría desarrolla Israel. Además, habitualmente se hace una caricaturización grotesca de las políticas del estado judío y se le acusa falsamente, por ejemplo, de un apartheid que es completamente ridículo: ya que los ciudadanos de Israel tienen los mismos derechos sea cual sea su religión y su origen.

Además, la IHRA también denuncia como “discriminación antisemita” que se nieguen a los judíos “oportunidades o servicios disponibles para otros”, algo que recuerda que es “ilegal en muchos países” y que, de nuevo, coincide con los programas de boicot que, por ejemplo, niegan a empresas o ciudadanos la posibilidad de trabajar para corporaciones municipales. Un comportamiento que en España ya han señalado como fuera de la ley muchos jueces tras las demandas planteadas por ACOM contra las instituciones que han implantado a nivel municipal acuerdos de BDS0.

Fuente: ACOM

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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