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El huracán Harvey: un testimonio personal

Una descripción más exacta y aterradora de lo que estamos experimentando es el hecho de ver a personas conocidas que casi se ahogan en sus propias casas, saliendo en las noticias como una historia de rescate y mostrándonos lo mal que la historia hubiera podido terminar. Ver a tanta gente perder sus casas, sus autos y todos sus bienes por un incesante aluvión de agua que casi les quita también la vida.

El Centro Médico de Texas en Houston, el más grande del mundo, y otros hospitales que se vieron afectados por el huracán, debieron ser evacuados. El hospital MD Anderson, un centro líder en el tratamiento de cáncer que tiene pacientes de todo el mundo, se vio inundado casi por un metro de agua y se vio obligado a clausurar la atención de los pacientes externos y posponer las cirugías. Las calles se convirtieron en ríos, los aeropuertos cerraron y la ciudad quedó en gran medida inaccesible.

Houston ya conoció inundaciones y huracanes. La experiencia nos ha enseñado algunas cosas y tratamos de planificar sabiendo que tenemos que actuar con rapidez. A pesar de eso, no podríamos haber imaginado lo que nos aguardaba. En el área de Fondren Northfield, donde las calles se inundaron, el domingo mi esposo Ranaan usó una canoa para ayudar a regresar a sus hogares a las personas que se habían quedado varadas en casas de amigos el sábado por la noche, cuando comenzó la tormenta. También llevó medicamentos y alimentos a gente que se había quedado sin electricidad.

En Meyerland, donde la inundación fue más devastadora, se utilizaron botes para las misiones de rescate. La gente tenía en sus casas más de un metro y medio de agua. En la Sinagoga de la Unión Ortodoxa, el mismo equipo de voluntarios liderado por Jenelle Garner después de la inundación del Día de los Caídos en la Guerra (Memorial Day), unió sus fuerzas antes de que comenzara el huracán Harvey, pero se vió enfrentado a un desafío completamente inesperado. Sus hijos adolescentes, Yari y Akiva, junto con su amigo Noa, rescataron ayer a muchas personas en un bote inflable. Garner afirmó que después de las primeras quince personas que rescataron, dejaron de contar a cuántos ayudaban, y que siguieron rescatando gente en lanchas hasta después de la medianoche. A pesar de que aquellos que experimentaron inundaciones previas en el área construyeron las casas más elevadas para impedir futuras inundaciones, también ellos se vieron afectados y debieron ser rescatados junto con las familias que se habían refugiado en sus hogares. La Academia Robert. M. Beren, la escuela local, está funcionando como refugio para estas familias destituidas.

Después de llegar a tierra, el huracán Harvey se convirtió en una tormenta tropical. Su peligro es su curso lento, porque continúa depositando grandes cantidades de agua sin dar ninguna señal de alejarse. Mientras escribo esto, casi 48 horas después de que comenzara la tormenta, mi teléfono sigue alertándome de inundaciones en mi barrio. Además de la masiva cantidad de agua acumulada que no tiene en dónde drenar, han pasado varios tornados por diferentes áreas alrededor de Houston, incrementando el peligro. Mientras la lluvia continúa intermitentemente, miles de personas están sin electricidad y sin agua potable, experimentando desbordes de aguas residuales, lo que presenta complicaciones y condiciones muy desagradables.

Durante este desastre confiamos en las noticias para mantenernos informados, pero incluso eso se vio afectado. El estudio del noticiero de la estación local de TV se inundó y debieron evacuar mientras transmitían en vivo. Al observar las noticias y ver la ciudad completamente transformada bajo una capa de agua, uno se siente indefenso. Es muy difícil ver a la Cruz Roja y a la Guardia Costera efectuando rescates desde helicópteros y botes y oír que todavía va a seguir cayendo más lluvia. Pero nos llena de esperanzas ver la respuesta, la generosidad de otras personas, tanto individuos como grandes instituciones, ofreciendo su ayuda a aquellos en necesidad.

Se establecieron refugios y enviaron camiones con alimentos y equipamiento; vecinos y extraños vienen y literalmente sacan a la gente del agua para llevarla a un lugar seguro.

La ciudad y la comunidad deberán evaluar el grado de las pérdidas y enfrentar la enorme tarea de limpiar y reconstruir. Sabemos que nos apoyaremos mutuamente y saldremos de esto todos juntos. También sabemos que no podremos lograrlo sin la ayuda de quienes están fuera de Houston y esperamos que las personas que están lejos y no sufrieron esta tragedia puedan entender cuánto precisamos su ayuda.

Pueden ayudar donando en estos enlaces:
Federación judía de Houston
https://secure3.convio.net/jfna/site/Donation2;jsessionid=00000000.app358a?df_id=3860&mfc_pref=T&3860.donation=form1

Fondo de ayuda de la Federación Judía para los afectados por el huracán Harvey
https://donate.juf.org/HurricaneHarvey

Jabad Lubavitch Texas
http://www.chabadhouston.com/templates/blog/default_cdo/aid/734229

Fondo de ayuda para Houston de la OU
https://www.ou.org/giving/houston-relief-fund

Fuente: Aish Latino

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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