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Tres dolores y tres dilemas: consideraciones sobre el Conflicto en Medio Oriente

Profesor León Trahtemberg

Por León Trahtemberg

Como alguien que carga con tres dolores y tres dilemas, me encuentro en una posición particular para comentar sobre el complicado tapiz del conflicto en Medio Oriente. Mis dolores son profundos y personales: el dolor por las vidas perdidas y las heridas sufridas por todos los pueblos de la región, el dolor por la necesidad de Israel de responder a las atrocidades de Hamas, y el dolor por mis hijos y nietos, cuya vida cotidiana está marcada por la angustia en una tierra donde el estudio y el juego deberían ser la norma, no la excepción.

El panorama actual del Medio Oriente es uno donde el conflicto va más allá de las diferencias religiosas y culturales, y se enmarca en una lucha global por el control de recursos energéticos como el petróleo y el gas. La influencia de actores como Irán y Rusia es notable, con Irán buscando desestabilizar a Gaza y Líbano y Rusia beneficiándose de su monopolio en el suministro de gas a Europa. Ante esto, Estados Unidos responde con los Acuerdos de Abraham (la paz entre los países petroleros de la península arábiga con Israel), intentando reducir la dependencia europea del gas ruso y cambiando así el tablero geopolítico.

Este complejo entramado de intereses pone de relieve cómo el conflicto Israel-Palestina desde 1948 se convirtió en una herramienta en manos de las grandes potencias, con implicaciones que van más allá de sus fronteras. En este contexto, Israel no solo enfrenta desafíos internos y externos locales, sino también la difícil tarea de navegar en un mundo donde su existencia y acciones son a menudo malinterpretadas o explotadas por intereses ajenos a su realidad cotidiana, y en no pocos casos, por las predisposiciones antisemitas históricas sumadas a los nutrientes provenientes de la Francia de Gobineau (XIX) y la Alemania de Hítler XX).
Inevitablemente mi perspectiva es personal, pero también es informada por una comprensión de las complejidades geopolíticas que moldean nuestra realidad. Reconozco la urgencia de Israel en defenderse de amenazas reales, a la vez que lamento profundamente la pérdida de vidas inocentes en ambos lados del conflicto. Es un equilibrio delicado, que de mediar una voluntad conciliatoria multilateral simétrica reduciría el costo en vidas humanas.

En este contexto, Israel enfrenta un desafío continuo a su seguridad y existencia. Los recientes ataques han golpeado el ADN de su seguridad, recordando trágicos antecedentes como los pogroms de Europa Oriental y los países árabes, y el Holocausto en Europa Occidental. Luego del retiro de Israel de Gaza en el 2005 que resultó funesto para la seguridad de Israel y la creación del Estado Palestino, la incertidumbre sobre cómo un alto al fuego podría llevar al desarme y expulsión de Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano es palpable, especialmente dado su creciente poderío militar y su persistente declarado objetivo de eliminar a Israel. Ya van más de diez mil misiles disparados contra civiles en Israel sin una sola condena de la ONU que solo corre a condenar a Israel como agresor en su campaña de defensa, ahondando su inutilidad como organización internacional.

El 7 de octubre es como el kristallnacht del posterior Holocausto. Los pocos judíos anti israelíes que la prensa gusta entrevistar que prefieren deslegitimizar a Israel son como los capos de los ghettos que se aliaron con los nazis para no tener que enfrentar el destino común de su odiado pueblo. La diferencia es que a estos Israel no los mata, ni permitirá que este Kristallnacht escale al Holocausto.

Si no estallaba ahora la lucha de Israel contra el terrorismo fanático islámico de Gaza ¿cómo imaginan los analistas y periodistas que se iban a usar los 200,000 cohetes y misiles que Hamas y Hezbollah contrabandearon desde Irán por Egipto y Siria a Gaza y a Líbano? ¿Qué objetivo imaginan tendrían los miles kilómetros de túneles internos con salida final en territorio israelí y centenas de almacenes de pertrechos militares y cuarteles de comando militares construidos en mezquitas, colegios, residencias y hospitales usando el dinero de donaciones para educación, saludy alimentación de los gazatíes?

La pregunta sobre cómo convivir con un enemigo así en la frontera hasta el siguiente enfrentamiento es crítica. Los gobiernos islámicos han demostrado a través de Saddam Hussein (Irak), el Rey Hussein (Jordania)Assad (Siria), Khomeini (Irán) que no tienen reparos en masacrar a millones de militantes contra sus connacionales igualmente islámicos en nombre de Allah, sin ninguna consideración ética, que dicho sea de paso tampoco tiene Rusia al bombardear a Ucrania con decenas de civiles muertos. Ni qué decir de Egipto que si abriera la frontera con Gaza ayudaría a los miles de gazatíes islámicos que buscan refugio temporal alejados de las bombas. Es a través de Egipto que los países islámicos podrían ayudar a los gazatíes. Pero valgan verdades, no les interesa comprarse ese reto. Que se ocupe Israel de hacer el trabajo sucio. Ningún país árabe quisiera tener a Hamas en su territorio.

¿Tiene que exponerse Israel a eso, en una región que solo entiende la fuerza de las armas, a comparación de Occidente que entiende la fuerza de la negociación? Cómo comparar la conducta de guerra de los países islámicos con el esfuerzo israelí de pedir a los habitantes de hospitales, colegios, mezquitas y residencias que las abandonen porque serán bombardeados como objetivos militares? ¿Es esa actitud comparable con las masacres terroríficas con sus connacionales que los propios gobernantes islámicos han hecho por el solo hecho de querer expresar su desacuerdo con su gobierno?
Eso lo entienden muchos gobernantes pero condenan a Israel porque prefieren transitar por lo que creen políticamente correcto, aunque tras las bambalinas lo apoyan y alientan a completar su misión en defensa de las democracias occidentales cristianas.

En este mundo de dobles estándares, Israel sigue evidenciando un nivel humanístico que en ningún país islámico se puede observar. La opción militar, aunque dolorosa por las muertes que deja en el camino, se presenta como una de las prioridades para salvaguardar la seguridad y continuidad del pueblo judío e indirectamente la vigencia de la democracia que no existe en ningún país islámico de la región. Hasta hoy no he podido leer ninguna otra fórmula que resuelva el fanatismo islámico y su odio a Israel y los judíos de cualquier país del mundo.
Aún la existencia de un Estado Palestino con fronteras acordadas no eliminaría estas amenazas que se han expresado tanto con gobiernos de izquierda de Golda Meir, Yitzhak Rabin, y Shimon Peres, como de derecha de Menachem Begin, Ariel Sharon y Benjamin Netanyahu.

Aspiro a dar una perspectiva que ayude a entender la complejidad de este conflicto en una región en la que los primeros pobladores fueron los descendientes de Abraham así como la promesa judía del NUNCA MAS. A pesar de los complejos desafíos, mi esperanza se mantiene en que alguna forma de paz, basada en el respeto mutuo y la comprensión, pueda algún día prevalecer, aunque la realidad actual sugiera un camino arduo y lleno de incertidumbre. Quizá sea en la próxima generación. Y esa incertidumbre, es la última clave del dolor que carga consigo el espíritu de esta columna.

En FB: https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/pfbid02GESHazFcvaujtKtgkHpsCu7VsgUsVAvDHDmcwPkxDUrWjduMnr3Nn8mPSZBT9NwDl

ANEXO:

Así discrimina la ONU a Israel n

Jerusalén, Israel, 4 de noviembre de 2019

Discurso de la Asesora Legal de UN Watch, Dina Rovner para el panel sobre el doble estándar contra Israel en la 2019 Christian Media Summit
Muchas gracias por la presentación. Como dijo Rachel, soy la asesora legal de UN Watch. Nuestra misión es monitorear a las Naciones Unidas bajo los parámetros de su propia Carta – los principios de universalidad e igualdad sobre los que la ONU fue fundada.
Una de nuestras actividades principales es combatir la discriminación sistémica anti-Israel en las Naciones Unidas. El doble estándar contra Israel en la ONU es generalizado. No voy a tener tiempo de pasar por todo pero permítanme comenzar con un panorama general.
Asamblea General
Cada año, la Asamblea General adopta alrededor de 20 resoluciones contra Israel y solo 5 o 6 contra el resto del mundo combinado, con una dedicada a Irán, otra a Siria y otra a Corea del Norte. La Asamblea General no adopta ninguna resolución sobre violadores sistemáticas de los derechos humanos como Cuba, China o Arabia Saudita.
CSW y OMS
Otros organismos de la ONU como la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) condenan a solo un país en sus reuniones anuales: Israel.
Al condenar solo a Israel, la CSW le da un pase libre a violadores sistemáticos de los derechos de la mujer como Arabia Saudita, donde el sistema de guardianes masculinos es extremadamente restrictivo y le da a parientes hombres la autoridad para tomar decisiones críticas sobre las mujeres, y a Irán donde las mujeres enfrentan penas de prisión por desafiar las normas del hijab obligatorio.
Al condenar solo a Israel, la OMS ignora las crisis masivas de salud como el bombarde de hospitales y convoys médicos en Siria y el hambre masivo en Venezuela y el colapso de su sistema de salud que causó que millones huyan.
Consejo de Derechos Humanos (CDH)
Voy a empezar con el ítem 7 de la agenda – En cada sesión del Consejo de Derechos Humanos hay 10 items en la agenda. Israel es el único país que es debatido bajo un ítem especial para un país específico – el ítem 7. Todo el resto de los países y sus situaciones de derechos humanos son discutidas bajo el ítem 4, que aplica a todos los países.
Resoluciones – Cada año, en el Consejo de Derechos Humanos Israel es condenada en al menos 5 resoluciones, mientras que hay solo 3 sobre Siria, donde cientos de miles han sido asesinados desde 2011 y donde millones han sido desplazados. Otros países como Irán que ejecuta a niños, Corea del Norte que mantiene a decenas de miles como presos políticos en campos de prisioneros, y Myanmar que es acusada de genocidio en contra de los Rohingya musulmanes son objeto de 1 o 2 resoluciones por año, y alguno de los peores abusadores como China, Cuba, Rusia y Arabia Saudita no son señalados en ninguna resolución.
Tono de las resoluciones – Y no se trata solamente del número de resoluciones, sino del hecho de que el lenguaje de las resoluciones en contra de Israel es diferente al de todas las demás. Las resoluciones sobre Israel están cubiertas de hipérboles tendenciosas y sistemáticamente suprimen hechos que podrían contradecir o mostrar un contexto que podría ofrecer equilibrio, mientras que las resoluciones sobre los otros países contienen elogios y apoyo para los gobiernos.
Después tenemos sesiones especiales – Israel ha sido objeto de más sesiones especiales en el Consejo de Derechos Humanos que cualquier otro país. En los primeros seis mese del Consejo, durante plena crisis en Darfur, el Consejo organizó 3 sesiones especiales sobre Israel y solo 1 sobre Darfur. Hacia el final de 2009, la mitad de las sesiones especiales del CDH habían sido sobre Israel.
Comisiones de Investigación – Similarmente, han habido más comisiones de investigación sobre Israel que sobre cualquier otro país. Y todas estas comisiones de investigación reciben mandatos tendenciosos que prejuzgan la culpa de Israel y le dan un pase libre a Hamás y a otros grupos terroristas. Por ejemplo, la resolución S-28/1, que creó la más reciente comisión de investigación sobre las Marchas del Retorno en Gaza, pedía una investigación sobre el contexto del «asalto militar de Israel contra protestas civiles de gran escala», y no mencionaba a Hamás. También asumía que se habían cometido crímenes de guerra.
Relator Especial sobre Palestina –La ONU tiene 9 expertos sobre situaciones de países específicos. Pero solo el experto sobre Palestina tiene un mandato tendencioso que le permite condenar solo una parte del conflicto por violaciones – Israel – e ignorar completamente las violaciones cometidas por la otra parte del conflicto. El lenguaje del mandato es «para investigar las violaciones de Israel contra los principios y las bases del derechos internacional…» Así que cada vez que le preguntamos a Michael Lynk – que es el actual Relator Especial sobre Palestina – porqué no se ocupa de las violaciones palestinas de los derechos humano como los arrestos arbitrarios, tortura, censura de parte de la Autoridad Palestina y de Hamás, su respuesta es siempre la misma: eso está fuera de mi mandato.
Evaluación de la CEDR sobre Palestina
Eso fue solo una mirada rápida sobre algunos de los doble-estándar que existen en la ONU. Por supuesto, hay muchos otros ejemplos. Pero todo lo que resumí recién muestra como el sistema de la ONU está completamente inclinado contra Israel. Y el desafío que enfrentamos es cómo podemos traer equilibrio a la situación. Por ejemplo, cómo podemos hacer que el sistema de la ONU investigue y condene las violaciones palestinas de los derechos humanos.
UN Watch participa en cada sesión del Consejo de Derechos Humanos y en muchas otras reuniones de derechos humanos para contrarrestar los ataques contra Israel, incluyendo presentando declaraciones escritas, hablando e invitando a oradores y organizando eventos paralelos.

Me gustaría concluir con este ejemplo sobre una intervención que tuvo lugar el pasado agosto.
Como probablemente saben, Palestina se convirtió en un Estado no-miembro de la ONU en 2012. Depúes en abril de 2014, la Autoridad Palestina firmó cinco tratados de derechos humanos, incluyendo la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación Racial – la convención contra el racismo. Lo bueno de estos tratados es que tienen organismos que sos comités de expertos que evalúan el cumplimiento de cada Estado cada cierto período de tiempo regular. Por lo tanto, al firmar estos tratados, la Autoridad Palestina se somete a sí misma al proceso de evaluación que se supone que debe hacer que los gobiernos rindan cuentas por no cumplir con los tratados.

Ahora, aquí estamos cinco años después, y los palestinos están empezando a ser evaluados por estas comisiones – lo que significa que estos organismos deberían hacer que rindan cuentas por sus violaciones. La evaluación del comité contra el racismo tuvo lugar en agosto.

La evaluación debía tratarse del cumplimiento de los palestinos con la convención contra el racismo. No hay que buscar muy lejos para encontrar todo tipo de incitación antisemita de parte de los palestinos – basta solo con leer las declaraciones públicas de funcionarios palestinos, con ver los medios de la Autoridad Palestina y de Hamás, y la currícula educativa palestina.

Pero a pesar del antisemitismo generalizado de la sociedad palestina, nos sorprendió encontrar que el reporte presentado por la Autoridad Palestina ante el comité culpaba reiteradamente a la «ocupación israelí» por incontables violaciones a los derechos de los palestinos, mientras buscaba evadir cualquier responsabilidad por su propio racismo y discriminación. Había una negación total del racismo existente entre los palestinos. El reporte de la AP incluso decía que «no había detectado discursos racistas en la sociedad palestina».

En vez de reconocer su propia incitación antisemita y terrorista, el reporte de la Autoridad Palestina acusa a Israel de incitar la discriminación racial y la violencia contra los palestinos.

El reporte de la Autoridad Palestina ignora los ataques de palestinos contra judíos que rezaban en lugares sagrados judíos, mientras que acusaba a Israel de impedir que los palestinos ejerzan sus derechos religiosos. Tampoco habló de su propia violencia y discriminación contra los cristianos.

El reporte de la Autoridad Palestina no habla del hecho de que ningún judío vive en el territorio controlado por los palestinos, incluso cuando el 21% de la población de Israel es árabe.

En definitiva, los palestinos estaban haciendo más de lo mismo en la ONU – aprovechándose de los procesos de reporte del comité contra el racismo como otro vehículo de la ONU para atacar a Israel mientras se desligaba de sus obligaciones. Pero en este caso, se presentaban ante un grupo de expertos que tiene el mandato explícito de observar el desempeño de los palestinos en el tema del racismo.

Nosotros usamos nuestras oportunidades para hablar para señalar las deficiencias del reporte de la Autoridad Palestina y para exponer su hipocresía y doble-estándar.
En una reunión privada con miembros del comité – donde nos acompañaron NGO Monitor y la organización Impact-SE así como un representante de la ONG pro-palestina Al Haq – pudimos tener una conversación íntima cara a cara con algunos de los miembros del comité. Pudimos recordarles una y otra vez que la evaluación era sobre Palestina, no sobre Israel. Pudimos responder sus preguntar y responder a algunas declaraciones absurdas expresadas por los representantes de Al-Haq.
Y cuando comenzó la evaluación oficial, más tarde, ya podíamos ver nuestro impacto cuando miembros del comité le preguntaron a la Autoridad Palestina preguntar duras como las siguientes:

¿Cómo explican la incitación antisemita en los medios palestinos en las declaraciones de funcionarios públicos?
¿Qué planea la AP para lidiar con el antisemitismo en libros de texto?
¿Hay una minoría judía en Palestina?
¿Cómo están representados los judíos y otras minorías en los medios?

Enojados por las preguntas, cuando el representante de la AP hizo uso de la palabra, nos atacó, catalogando nuestro reporte como propaganda.
Cabe destacar que el comité no aceptó la invitación de los palestinos para convertir la evaluación en otro ataque contra Israel. Y en sus Observaciones Finales, que fueron publicadas unas semanas más tarde, exhortaba a los palestinos a combatir los discursos de odio y la incitación a la violencia señalando la conclusión de que el discurso de odio contra los israelíes promueve el odio y puede incitar a la violencia y al antisemitismo.

Por lo tanto, lo que aprendimos de esta experiencia es que sin importar lo tendenciosa que sea la ONU con respecto a Israel, es muy importante aprovechar cada oportunidad que ofrece el sistema de la ONU para combatir la narrativa principal de la ONU que está dirigida contra Israel.

 

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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