Mente fría y estómago bajo control

La guerra que vive el Estado de Israel es sin duda la más difícil desde su independencia. La magnitud del golpe recibido aún no puede ser dimensionado y llevará mucho tiempo curar las profundas heridas que aparecen y aparecerán.

Los desafíos militares, políticos, psicológicos, económicos, sociológicos, regionales y globales se encuentran en una dinámica constante e impredecible.

En los momentos de guerra y crisis es cuando más se requiere mantener la cabeza fría, los nervios templados y el estómago bajo control. Saber leer los escenarios y establecer correctamente las prioridades y estratégicas correctas. Conocer las debilidades y fortalezas.

La prioridad es la guerra en todos sus frentes. Ya habrá D.s mediante tiempo para todas las comisiones investigadoras, autocríticas y análisis tan necesarios. Que paguen altos costos todos los que resulten responsables, teniendo que dar un paso al costado. Hoy se los requiere a todos en sus puestos y si alguno se siente superado debería tener la honestidad de pedir un relevo.

Israel viene demostrando luego de más de 2 semanas de ese fatídico 7 de octubre, esa frialdad necesaria. Retrasando todo lo que operativamente haga falta una operación terrestre. No hay apuro, y cada cosa debe ser ejecutada en el momento oportuno, intentando minimizar los ya enormes costos en vidas humanas, infraestructuras y resto de los aspectos de la vida del país.

Las comunidades de la diáspora debemos aprender de ese modelo. Saber que todo tiene un tiempo bajo el sol. Es el momento para estar absolutamente unidos. Todo puede ser postergado para una vez concluida esta pesadilla.

En los últimos días hay agitación por nuevas declaraciones muy poco fortuitas, por decir lo menos, de un dirigente comunitario de una institución representativa de la Argentina. Humildemente no nos parece sea el momento de abrir un frente interno de polémica y pase de facturas como algunos pretenden.

Esperemos concluya la guerra que debe ser la prioridad. No creemos por experiencias anteriores el referente comunitario tenga la grandeza, sin escándalos de pedir licencia, guardarse a silencio y pedir relevo.

Las comunidades judías del mundo debemos trabajar intensamente para exigirles a los musulmanes moderados que aparezcan pública y masivamente, expresándose contra ese monstruo que alojan en su familia. De no hacerlo deben ser expuestos como cómplices y sostenedores de esa ideología yihadista.

Sería hora para que las organizaciones judías internacionales y el Estado de Israel establezcan una política contundente que confronte activamente contra grupos de judíos que atentan contra Klal Israel (el pueblo y Estado de Israel). Se debería establecer una comisión de ética judía con facultades de realizar un Jerem (excomunión para grupos e individuos que atenten contra nuestros intereses comunes). Que esta comisión una vez tomada una determinación informe abiertamente a la opinión pública y medios que estos grupos e individuos no deben, ni pueden considerarse judíos. Que tienen prohibido el ingreso en toda institución y cementerio judío y no deben ser considerados representantes de ninguna línea judía, aunque se vistan como judíos. Lo mismo que se hace con grupos de judíos mesiánicos y otros. Su potencial reincorporación debe tener también una política clara y diseñada a tal efecto. Los Naturei Karta y símiles y estos grupos de reformistas y símiles deben ser expulsados del seno del pueblo judío.

La imagen de “activistas judíos” que ingresaron en el capitolio profiriendo consignas que planteaban a Israel como estado genocida son más dañinas y difíciles de confrontar que un misil fallido sobre un hospital en Gaza.

Queridos amigos son de los tiempos más difíciles que nunca nos tocó confrontar desde la Shoá, requiere de nuestra unión, inteligencia, compromiso y humildad, para potenciar nuestras grandezas y virtudes. La guerra nos requiere a todos atentos y en nuestro puesto en la batalla.

Am Israel Jai