Hong Kong, con elecciones postergadas

La agitada ciudad de Hong Kong, uno de los principales centros financieros del mundo, fue protagonista en las discusiones de la política internacional, cuando el régimen de la República Popular China anunció la aplicación de su Ley de Seguridad Nacional a los habitantes de esta urbe-isla. Esto significa comenzar a desmontar, décadas antes, los compromisos de la Ley Básica que rige a Hong Kong desde 1997, de respetar el sistema jurídico, político y económico que se heredó de la etapa colonial británica, tan conocido como “Un país, dos sistemas”.

Las protestas se vienen sucediendo en Hong Kong en los últimos años, por el reclamo de los partidos demócratas de que el cargo de la gobernación sea elegido directamente por los ciudadanos. Para este 6 de septiembre, estaba prevista la elección de la legislatura local, pero la gobernadora Carrie Lam ha anunciado que se postergará por la pandemia. Previamente a este anuncio, algunos activistas fueron detenidos el miércoles, acusados de violar la ley de seguridad nacional, y el jueves fueron vetados doce candidatos de los partidos demócratas, por haber criticado la mencionada norma o de ser “secesionistas”.

Al silencio al que muchos ciudadanos de Hong Kong se fueron llamando antes de que se aplicara la ley de seguridad nacional, se agrega la disolución de varios grupos democráticos, y que muchos usuarios de las redes sociales están borrando sus posteos críticos sobre el régimen de Beijing.

La postergación sin fecha de los comicios, en los que sólo la mitad de los escaños son electos por sufragio directo –los otros tienen representación funcional, de empresas, sindicatos y organizaciones-, impide que los ciudadanos puedan manifestarse a través del voto tras pocos meses de la aplicación de la ley de seguridad nacional.

Hong Kong, de este modo, se va convirtiendo en un territorio más de la República Popular China, asimilándose al resto. Y en medio del torbellino planetario de la pandemia y del creciente enfrentamiento con Occidente, en un símbolo de esta nueva guerra fría entre dos gigantes.

Por Ricardo Lopez Gottig.

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