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Por la razón o por la fuerza: una guardia nacional para Ben Gvir

Por la razón o por la fuerza: una guardia nacional para Ben Gvir

Por Esteban Silva, para Radio Jai  [1]

Después de 13 semanas de protestas ininterrumpidas contra la reforma judicial impulsada por el gobierno de Benjamín Netanyahu, el primer ministro se vio obligado a anunciar la pausa del proceso legislativo tras la huelga general de trabajadores, que frenó el transporte y el comercio a nivel nacional por primera vez en más de 70 años. Sin embargo, el precio que el hombre fuerte del Estado debe pagar para mantener su coalición genera la misma controversia: cumplir la promesa hecha al ultraderechista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, de crear una “guardia nacional” propia; esto es, una fuerza de seguridad paralela a la Policía y el Tzahal.

En medio del asombro público tras el discurso de Netanyahu, Ben-Gvir hizo público un documento firmado por el primer ministro, comprometiéndose a conformar esta nueva fuerza de seguridad dentro de su cartera; asimismo, y pese a la oposición de la Policía y la Fiscalía del Estado, esta medida fue aprobada el último domingo por la Knesset.

¿Qué implica la paralelización de la seguridad interna del Estado de Israel a manos del ex convicto Ben-Gvir? ¿Cuál es el verdadero interés del ministro en separar a su guardia personal de la Policía del Estado? ¿En qué situación se encuentra la Policía y las Fuerzas de Defensa de Israel bajo la poco legítima dirección del político kahanista?

¿Cuál es la función de la nueva “guardia nacional”?

En los hechos, no existe aún una respuesta clara para esta pregunta. Ben-Gvir asegura que se usaría para “combatir el crimen”, poniendo especial énfasis en los delitos y ofensas cometidos en el contexto de la tan mentada “inseguridad en la comunidad árabe-israelí”. Según el ministro, esta fuerza se enfocaría en “combatir la extorsión en áreas con presencia de organizaciones criminales y ciudades mixtas”.

En este punto, Ben-Gvir se refiere al supuesto control de situaciones como las que acontecieron durante la Operación Shomer HaJomot (Guardián de las Murallas) en mayo de 2021, cuando facciones extremistas de sectores judíos y árabes israelíes protestaron atacándose mutuamente en ciudades de diversidad étnico-cultural como Lod y Jaffa, en contra del ambiente de guerra generado por la presencia del grupo terrorista Hamás en la Franja de Gaza. De acuerdo al proyecto aprobado hace dos días en la Knesset, los miembros de esta guardia nacional serán considerados “policía de combate”, y tendrán el deber de portar armas. De acuerdo a las estimaciones mencionadas por fuentes cercanas al gobierno, el presupuesto para el establecimiento de esta nueva fuerza de choque rondaría los 280 millones de dólares, así como 2000 oficiales de policía.

Ben-Gvir justifica este gasto mencionando que “el gobierno anterior también intentó crear una fuerza similar, pero no lo logró incluso teniendo 392 millones de dólares y 1800 oficiales a su disposición”. En realidad el ministro se refiere a un plan elaborado por el ex primer ministro Naftali Bennett, quien propuso crear una guardia compuesta por efectivos policiales en actividad, reservistas y voluntarios entrenados por la Policía de Fronteras, aunque con un objetivo bastante distinto (control de la violencia interna durante las protestas de 2021). Vale mencionar que este proyecto no se cristalizó debido a la caída de la coalición Bennett-Lapid.

Al día de hoy, la guardia nacional que existe en Israel es un escuadrón flexible que suele reforzar el trabajo policial sólo en situaciones que sobrepasan la capacidad de la Policía, como el control de masas durante las protestas (y que además se ha rebelado contra Ben-Gvir en las últimas semanas, no asistiendo al llamado del Estado).

¿Quién está a cargo de la Guardia Nacional?

El pasado jueves, Ben-Gvir se reunió con Yaakov Shabtai, jefe de la Policía Nacional, para discutir el plan, y anunciaron un acuerdo para conversar la modalidad; sin embargo, Shabtai criticó durante el fin de semana al ministro por haber declarado que “la Policía había descuidado el control de la Guardia, y que prefería que estuviera a cargo del Ministerio de Seguridad Nacional” (tal como la Policía Penitenciaria). De esta forma se rompía el acuerdo inicial, que proponía que esta fuerza de seguridad se encontrara bajo control de la institución policial.

De esta forma, se extiende el control que ejerce Ben-Gvir sobre la seguridad interna del país: Policía Nacional, Policía Penitenciaria, Bomberos y servicios de rescate, Policía de Fronteras y Guardia Nacional.

Las voces en contra de la nueva Guardia Nacional: ¿Por qué es un peligro?

Se sabe que, desde el inicio del gobierno liderado por Benjamín Netanyahu, el ministro Ben-Gvir no ha tenido la influencia ni el poder suficiente para controlar a la Policía Nacional en muchas áreas.

Su retórica antiárabe y actitud abiertamente racista no ha tenido eco entre oficiales y soldados, generando deserciones y desobediencia incluso desde los altos cargos de las instituciones de seguridad (como el ex jefe del Tzahal, Aviv Kohavi). Por ejemplo, durante las recientes protestas, Ben-Gvir exhortó a las fuerzas del orden a atacar con mayor agresividad y violencia a los manifestantes que venían protestando en las calles de Jerusalén. La policía no le hizo caso.

Dentro de la Policía se han generado rumores y críticas, asegurando que la Guardia Nacional será usada como una “milicia privada” o una “mafia” al servicio de Ben-Gvir, para cumplir sus premisas discriminatorias y xenófobas contra la comunidad árabe israelí (que ya han sido previamente mencionadas en esta Radio). El líder de extrema derecha ha sido previamente convicto por ocho cargos criminales antes de tomar posesión del cargo, tales como apoyo a una organización terrorista (el proscrito partido Kach, del rabino Meir Kahane) e incitación al racismo.

Por su parte, la oposición política también se ha expresado. El líder de la oposición Yair Lapid ha asegurado que “la guardia nacional es una milicia privada para un peligroso payaso de TikTok”, y el fiscal general Gali Baharav-Miara criticó duramente al gobierno, asegurando que se había tomado una decisión sin establecer parámetros claros con respecto a la creación de esta fuerza. El parlamentario árabe-israelí Ayman Odeh mencionó además que el Estado no necesita más guardias, teniendo a su disposición al ejército, la policía, el Shin Bet (servicio de inteligencia), el Mossad (operaciones especiales) y fuerzas especiales SWAT.

Por su parte, activistas de derechos humanos han hecho mención de la operación israelí contra objetivos terroristas en Nablus, donde fueron abatidos miembros activos de la organización “Boca del Lobo” y facciones armadas del movimiento Fatah.

A modo de conclusión: ¿qué le espera al país?

Itamar Ben-Gvir es un personaje político muy peligroso para la seguridad interna del Estado de Israel. Su discurso antiárabe, antiinmigratorio y abiertamente xenófobo no solamente genera un ambiente de disconformidad en una nación multicultural, sino que también ha generado mayor violencia intergrupal desde que surgió como alternativa política. Este político, quien en campaña electoral se paseó por barrios de migrantes portando armas y asegurando que “iba a desterrar criminales”, hoy contribuye a la división de las instituciones más respetadas del país: la Policía Nacional y las Fuerzas de Defensa de Israel.

El ministro no ha logrado pervertir a las fuerzas del orden; por tanto, hoy intenta forzarlas a trabajar a su servicio, impulsando una agenda política totalmente contraria al espíritu bajo el cual ha surgido el Estado judío a lo largo de su historia republicana.

Basta observar la actitud de los fundadores del Estado de Israel durante los años de vida nacional, promoviendo el respeto irrestricto de la libertad religiosa y la integridad de mezquitas, iglesias cristianas, templos drusos e inclusión de minorías, para entender el daño que Netanyahu y sus aliados supremacistas son capaces de infundir en el país con tal de salvar al líder de su destino en prisión.

Una dedicatoria especial en favor de la diversidad

Quiero, por medio de este artículo, desear un Pésaj Kasher veSaméaj a la comunidad judía en Israel y la diáspora. Asimismo, unas Felices Pascuas de Resurrección, y un Ramadán Kareeem wa-Mubarak a nuestros lectores de todo el mundo; a aquellos que aman a Israel y desean la paz entre los hijos de Abraham, que estas fechas especiales sean una ocasión de regocijo y orgullo.

 

[1] Politólogo, Master of Arts en Estudios Migratorios por la Universidad de Tel Aviv (Israel).

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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