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¿Quiénes son los reales ganadores en el conflicto entre Rusia y Ucrania?

Profesor Luis Fuensalida

Por Luis Fuensalida
El conflicto ucraniano, ha tenido y tiene diversos efectos en diferentes ámbitos, uno de esos efectos se percibe en el campo de la Defensa, donde se ha revertido una actitud en los países de Europa, que había marcado, desde el final de la Guerra Fría en los gastos de dicho sector, y que provocarán un aumento en el valor de mercado de las empresas fabricantes de armas y sus accesorios.

Es indudable, que los adelantos y transformaciones tecnológicas, también se han incorporado rápidamente en los sistemas de armas con su consiguiente impacto en la industria de la Defensa, y esto, es algo que debe ser analizado en el contexto de los cambios en los ámbitos geopolíticos y geoeconómicos, y por supuesto, sin olvidar el impacto en el comercio internacional de armas.

Los cambios geopolíticos y estratégicos, han afectado las múltiples visiones sobre la Seguridad Internacional en el escenario global desde el final del conflicto Bipolar, en donde han surgido nuevos actores estratégicos por fuera de los Estado-Nación, y que han posibilitado la aparición de las denominadas “Zonas Grises”, caracterizadas por el desarrollo de conflictos híbridos o subsidiarios, que hasta la invasión rusa a Ucrania el pasado 24 de febrero, primaban sobre los conflictos clásicos.

Tal como lo señalé, a partir de la década de los años 90, se dio un proceso de reducir los costos empresariales, como consecuencia de una caída generalizada de los presupuestos destinados a la Defensa, sumado a la privatización de los servicios de Seguridad y Defensa, todo lo cual, dio lugar a un proceso de reconvención industrial, en muchos casos, consolidándose a través de las fusiones.

Es así, que en los países miembros de la OTAN, estos efectos están relacionados a tres factores, el económico, el político y el militar, que tienen diferente peso según el Estado miembro del que se trate, diferencia que se hacen más notoria, sin vemos por un lado, los miembros europeos y por otro lado, los allende del Atlántico, EE.UU. y Canadá, y esto se traduce en distintas concepciones estratégicas y en sus gastos en el sector de la Defensa.

Esta inercia demostrada por los miembros europeos de la Alianza, en los costos de la Defensa, en gran parte estaba motivado por la impopularidad social emergente sobre la guerra, mientras que la distinta proporción de tamaño de sus FF.AA., explica una disminución en la demanda de armamentos, y en consecuencia, se puede verificar una sustitución en los gastos destinados a la Defensa.

Sin embargo, la lógica económica no es el único factor a tener en cuenta, por lo tanto hay que tener en cuenta los objetivos e intereses estratégicos y geopolíticos de ciertos actores estatuales, que se traducen en la capacidad exportadora de tecnología militar y armamentos, para obtener, poder de influir sobre otros Estados, y en consecuencia construir alianzas o consolidar las ya existentes, o por el contrario, agravar las crisis o bien, acelerar la confrontación y el estallido de conflictos armados, sean estos nuevos o aquellos irresueltos o que se hallaban “frizados”.

De esta manera, ya sea en la exportación o la importación de armamento o sistemas de armas de alta tecnología, y si bien se tiende a mejorar la capacidad de Defensa, sea por la disuasión o para proyectar poder, es evidente que modifican o pueden modificar el balance estratégico en distintas regiones a nivel global.

Por otro lado, para satisfacer el mercado de armas, es necesario el desarrollo de grandes empresas de este sector, y de la gestión de sus respectivos gobiernos, que derivan en la adopción de diferentes políticas, positivas como ser la venta o la compra, o por el contrario, negativas como embargos de armas, la tecnología dual o la recisión de Acuerdos con ciertos Estados.

Ahora bien, a nivel del mercado mundial de exportación de armamentos, desde los años 80 del siglo pasado, los EE.UU. lo sigue liderando, pero también se verifica una merma en virtud de la aparición de nuevos competidores, más allá de su capacidad de influencia, y esto se verifica por el surgimiento de potencias regionales o en particular, por las empresas militares con tecnologías de última generación desarrolladas por China.

Por el momento, en el mercado exportador de armamentos, tomando el período 2005 – 2020, EE.UU. ocupa el primer lugar con el 33%, seguido por Rusia con el 23,5%, Francia y Alemania con el 7%, el Reino Unido y China con el 4,8%, España con el 2,8% e Israel con el 2,4%.

Ahora bien, hasta el reciente estallido del conflicto ucraniano, en lo que se refiere a la U.E., se ha verificado un leve aumento en la colaboración entre sus miembros en relación al mercado de armas, del 19,5% entre el 2005 – 2010, al 21,8% entre el 2015 y el 2020, obviamente, esto se refleja en los presupuestos de la Defensa, algo que ahora, con la guerra en acto, ha llevado a un cambio en las actitudes de los gobiernos de la eurozona, en relación a los gastos e inversiones en aquel sector y que se refleja entonces, en un aumento en el valor del mercado de armas.

Por ejemplo, Alemania ya ha cambiado su actitud en cuanto al presupuesto en Defensa, lo ha triplicado adicionando para este año 2022, €100.000 millones, como así también, tiene previsto aumentar el gasto anual del 1,5% al 2% de su PBI para el 2024. y este porcentaje del 2% en gastos en Defensa, se condice con los parámetros fijados por la OTAN para sus miembros, lo que no sorprendería que Países Bajos, España e Italia sigan los pasos dados por los germanos para cumplir con los estándares de la Alianza Atlántica.

Por otra parte, según analistas financieros y entidades bancarias, por el caso el Citigroup, asegura un rápido aumento en los presupuestos en Defensa de todos los países europeos, con el objetivo de plasmar el 2% que reclama la OTAN, y que se traduciría en unos €400.000 millones, incluso, dos países que no son miembros de la Alianza, Suecia y Finlandia, también aumentarán sus gastos en aquel sector, habida cuenta de lo acontecido con Ucrania y que poseen fronteras comunes con Rusia, y debo agregar, que cuando me refiero a gastos de la Defensa, también se incluye salarios, gastos operativos y otros costos.

Por lo señalado, es que la invasión rusa a Ucrania ha reavivado la evaluación de amenaza hacia los países europeos miembros de la OTAN, más Suecia y Finlandia, por lo cual, esto se vería reflejado en un aumento de hasta el 50% en gastos por adquisiciones de armamento y sistemas de armas, y entonces, podemos advertir como los países de la U.E. fabricantes de armas gozan de políticas ventajosas de sus respectivos gobiernos y en consecuencia, las empresas europeas del sector están ya experimentando una apreciación de sus acciones bursátiles.

Veamos, por el caso la empresa británica BAE SYSTEM, la más grande de Europa, sus acciones han subido un 25%, algo similar con la francesa TALES y la italiana LEONARDO, mientras que la alemana RHEINMETALL AG, de vehículos militares, sus acciones se apreciaron un 7%, y la multinacional HENSOLDT, que fabrica sensores militares, vio duplicado el valor de sus acciones.

Esto ha provocado, que el complejo industrial – militar estadounidense, ha quedado atrás respecto a su igual europeo, aunque es posible y probable, que Washington a partir de lo ocurrido en Ucrania decida aumentar significativamente sus inversiones en el sector de la Defensa.

Esta nueva situación geopolítica, que recuerda a los tiempos más álgidos de la Guerra Fría, en particular para Europa, pero sin que descartemos una proyección a nivel global, es el detonante del aumento de los gastos en Defensa por un lado, y por otro, el crecimiento sustancial de los activos de las empresas del sector, quienes son los reales ganadores de la actual coyuntura, algo que sin embargo no es nuevo, ya se dio en oportunidad de otros conflictos armados, como pasó con la Guerra del Golfo en 1990, el conflicto ruso – georgiano del 2008, incluso como paulatinamente se ha ido produciendo desde los inicios de la cuestión ucraniana en el 2014, sin olvidar los conflictos híbridos y subsidiarios activos hasta el presente.

Finalizando mi columna de hoy, lo que he querido mostrar, más allá de las terribles consecuencias humanitarias, de los daños estructurales y las emergentes crisis energéticas y en el mercado de las materias primas, hay actores, estatales y privados, que se benefician, por eso creo que la mejor síntesis para tener una más amplia perspectiva y tomar una real dimensión de lo que les he querido mostrar, es una conclusión que encontramos en el Informe de la Consultora Bernstein, que señala, “…los fabricantes de armas han superado enormemente el índice Standard & Poor durante más de 50 años…”, y con esto esta todo dicho.

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