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La tercerización del poder militar en la geopolítica de Rusia

Profesor Luis Fuensalida

Por el prof. Luis Fuensalida

El conflicto entre Rusia y Ucrania, es innegable que acapara hoy la atención mundial, pero ya desde los inicios del movimiento separatista pro – ruso en la región de Donbás, están presentes los llamados “mercenarios rusos”, miembros de una de las empresas privadas militares más importante y poderosa a nivel global, la Wagner Group, equiparable a su igual estadounidense Academi, antes denominada Black Water, que tuvo activa participación en Afganistán e Irak.

Contratistas de Seguridad Privada, Empresas Militares Privadas, Empresas Proveedoras de Servicios Militares, son algunas de las denominaciones que reciben las firmas privadas que ofertan servicios o asesoramiento en el campo militar a gobiernos y a empresas, aunque también se las consideran mercenarias.

Los servicios de estas empresas se da en gran parte, en zonas donde se desarrollan conflictos de baja intensidad o conflictos híbridos, es decir, enfrentamientos no convencionales característicos de estas guerras asimétricas, como ser guerra de guerrillas, insurgencia, etc..

Las actividades de estas empresas se han dado en Afganistán y se despliegan en Irak, en Libia, en el África Subsahariana, en el escenario europeo como lo fue en Bosnia y tal como lo señalé en Ucrania, y más recientemente en el conflicto de Nagorno Karabaj, pero también han llegado a Venezuela.

Si bien, en estas dos primeras décadas del Siglo XXI han surgido más de una decena de estas empresas, algunas sólo ofrecen asesoramiento o entrenamiento a distintos gobiernos y a sus FF.AA. y FF.SS., o bien, servicios de custodia y seguridad a empresas privadas, pero también, han actuado y actúan en operaciones militares cuando las autoridades gubernamentales locales no están capacitadas a actuar o cuando sus servicios son tercerizados por gobiernos que no pueden hacerlo oficialmente por los costos geopolíticos, diplomáticos o legales, en el marco del Derecho Internacional.

Algunas de estas empresas militares privadas han logrado, por su accionar – a veces brutal- a ser globalmente muy reconocidas, como las dos que señalé al inicio, la rusa Wagner Group y la estadounidense Academi, antes Black Water, pero mi columna, al menos hoy, se centrará en la primera.

La Wagner Group, es una empresa militar privada de origen ruso que actúa en varias regiones del mundo, en Siria, en Libia, en el África Subsahariana, en el este de Ucrania y en Venezuela.

Si observamos con detenimiento, las zonas donde despliega sus actividades, es inevitable concluir que actúan como brazo paramilitar de las FF.AA. rusas en conflictos, donde Moscú está involucrado o tiene intereses geopolíticos.

Paradójicamente, a la luz del actual conflicto ucraniano ruso, el fundador de Wagner Group, es el ucraniano Dimitri Valeryevich Utkin, que hasta el 2013 fue Tte. Cnel. y Jefe de la Brigada de Fuerzas Especiales, Spetnaz, de la Dirección de Inteligencia Militar de Rusia. Ese año, tras su retiro voluntario, comenzó a  trabajar para la firma de seguridad, Moran Security Group, con sede en San Petersburgo, y cuyas operaciones consistían en la protección de campos petroleros y oleoductos en Siria.

En el 2014, Utkin aparece en la región de Luhansk, Ucrania, con la recién fundada Wagner Group apoyando a los rebeldes separatistas pro rusos, y en diciembre del 2017, en ocasión de una recepción organizada en el Kremlin, para quienes son reconocidos  con la Orden de Coraje y Héroes de Rusia, se lo fotografió a Utkin junto al presidente Vladimir Putin, como así también junto a otros homenajeados, como ser el Comandante Alexander Kunetzov, a cargo de la 1ª. Cia., de Reconocimiento y Asalto de la Wagner Group, y al Comandante Gennady Toshev, a cargo de la Dirección Ejecutiva de la mencionada empresa, un personaje que tuviera un activo rol en las dos guerras chechenas, aunque en la actualidad el real propietario de Wagner Group es el empresario ruso Yevgeni Prigozhin.

Ahora bien, entre las filas de la Wagner Group no sólo hay ex miembros de las FF.AA. y FF.SS. rusas, sino también hay ucranianos, serbios y de otros grupos eslavos de distintas regiones de la ex – URSS y de otros ex – Estados satélites.

La empresa, como ya lo señalé, hizo su aparición pública en la Guerra del Donbás, Ucrania, pero su presencia está en aquellos puntos geopolíticos en los que Moscú tiene el objetivo de ampliar su influencia, veamos por ejemplo el escenario de Libia, en cuya guerra civil, a los efectos diplomáticos, Rusia, se presenta como árbitro neutral entre el Gobierno del Acuerdo Nacional, reconocido internacionalmente, y el Ejercito Nacional Libio, liderado por el Gral. Jalifa Haftar, quién desde el 2014 ha conformado un gobierno paralelo, y aquí aparece Wagner Group, proporcionándole un importante apoyo militar, ya que esto va en línea con los intereses comerciales rusos en el exterior, habida cuenta de los recursos energéticos libios.

En el teatro de operaciones de Libia, la empresa tiene asignados aproximadamente unos 2.500 efectivos, junto con vehículos blindados, tanques, artillería e incluso aviones de combate, pues Libia es un bastión estratégico en el Magreb, no olvidemos que durante el mayor tiempo de la dictadura de Muhammad Khadafi, su régimen estuvo alineado a la ex URSS durante la Guerra Fría.

Es en Libia, donde aparece el empresario Yevgeni Prigozhin acordando acuerdos para la próxima concreción de extensivos proyectos de explotación de petróleo, de manera paralela a que Moscú busca alimentar el conflicto armado de forma que se impida a otros actores internacionales puedan hacer inversiones, sin olvidar a futuro, asegurarse la dependencia energética de la Eurozona, pero si algo me faltaba comentar sobre Prigozhin, también apodado el “chef de Putin”, es dueño de la empresa Investigación de Internet, con sede en San Petersburgo, que es la “granja de trolls”, que estuvo relacionada con los ataques e intromisiones informáticas en la campaña electoral de los EE.UU., en el 2016.

En el caso de la República Centro Africana, la intervención de Wagner Group no se limita a asegurar los intereses rusos en los yacimientos de minerales estratégicos, sino también, reducir la influencia de Francia e incrementar el status internacional de Rusia, y lo misma ocurre en la República de Mali, donde según el gobierno francés, en la persona de su canciller Jean Yves Le Drian, los operativos de Wagner han comenzado a saquear los recursos naturales, lo que ha motivado que el 31 del mes pasado, el gobierno del país africano que esta en manos de una junta militar desde el 2020, ordenara la expulsión del embajador galo Joel Meyer.

Lo que puede percibirse en el caso del África Subsahariana, que existe un patrón, los funcionarios rusos acuerdan con las autoridades locales el uso de puertos y aeropuertos que justifiquen el arribo de los operadores de Wagner Group, quienes como contratistas privados darán servicios de protección o entrenamiento, bajo el paragüa de la firma de acuerdos por asistencia y asesoramiento con la autoridades gubernamentales o empresas privadas.

Ahora bien, en pocos lugares es tan evidente el éxito de Rusia, vinculando objetivos geopolíticos e intereses económicos de empresas privadas y estatales, como lo es Siria, donde la intervención decidida de Moscú evitó la caída del régimen de Bashar al Asad, con su apoyo militar, paramilitar, guerra cibernética y por supuesto diplomacia, de esta manera el Kremlin se ha posicionado como importante árbitro en la región, manteniendo relaciones estratégicas con actores enfrentados, Israel e Irán, además de un puerto, el de Tartus, en Latakia para su flota del Mediterráneo y una base aérea al norte de Aleppo, y donde la Wagner Group tiene una participación importante.

Antes de dejar el escenario del euroasiático, y retomando el tema Ucrania, antes de la Guerra del Dondás, la Wagner Group, con aproximadamente entre 2.500 y 5.000 efectivos, estuvo presente en la anexión unilateral de la península de Crimea en marzo del 2014, y su rol en el conflicto ucraniano fue y es, desestabilizar primero y consolidar luego el control en Donbás, tal como lo hizo en Crimea, y deteriorando y presionando a Kiev y a sus aliados, los EEUU. y la OTAN, mientras que el Kremlin niega cualquier participación de fuerzas rusas en suelo ucraniano.

Sin embargo, es innegable el apoyo militar ruso a la Wagner Group, por el caso, el entrenamiento de sus operativos en bases militares o adyacentes a las mismas como sucede con dos campamentos de la empresa junto a la base de la Dirección de Inteligencia Militar, en Molkino, región de Krasnodor.

Y tal como lo señalé, la Wagner Group también está presente en Latinoamérica, en Venezuela, desde el 2017, no sólo en el asesoramiento militar a las FF.AA. Bolivarianas, sino también en la seguridad de la empresas rusas que invierten en aquel país, como fue el caso de la petrolera estatal Rosneft hasta que en el 2020, para eludir las sanciones de los EE.UU., vendió sus activos petroleros a una empresa de seguridad rusa, RN Okhrana Ryazan, y de esta forma Rusia mantiene su participación en Venezuela, pero también, desde el 2019, cuando fue proclamado Juan Guaidós presidente delegado, la Wagner Group está a cargo de la protección personal de Nicolás Maduro.

En cuanto al marco legal ruso, en mayo del 2018 el Parlamento o Duma, votó a favor de ilegalizar a los grupos militares privados, sin embargo, el mismo Vladimir Putin en la conferencia de prensa anual del pasado diciembre declaró, “…mientras no violen la legislación rusa, tienen derecho a trabajar y a perseguir sus intereses comerciales en cualquier lugar del mundo…”, pues bien, esta supuesta tolerancia del Kremlin para las actividades desplegadas por la Wagner Group, y otras empresas de ese sector, y no hacer modificaciones legales respecto a estas, es para poder mantener control sobre sus estructuras, ya que las mismas están integradas a la fiscalización del Ministerio de Defensa y a la Dirección de Inteligencia Militar, y en definitiva, Rusia puede de este modo intervenir militarmente sin pagar los costos que implicaría hacerlo con sus FF.AA.

Ya para ir finalizando mi columna de hoy, y mirando la Historia, la utilización de fuerzas mercenarias era común desde la Edad Antigua hasta el primer siglo y medio de la Edad Moderna, con la Europa Wesfaliana y la reafirmación de las Soberanías Nacionales y sus propios ejércitos, fueron quedando de lado las contrataciones de fuerzas mercenarias, a la vez que en el Siglo pasado fue evolucionando el Derecho Internacional y las normas que regulan los conflictos armados, donde el Mercenario o Soldado de Fortuna ha quedado desprotegido en esas legislaciones, sin embargo, en el presente Siglo y como instrumento de la política exterior de varios países, en el caso ruso y más allá del magnate Yevgin Prigozhin y del militar retirado, Dimitri Utkin, que son la cabeza de Wagner Group, las empresas militares privadas están en manos de oligarcas rusos que conforman el círculo íntimo del presidente Vladimir Putin, de ahí que en aquellos escenarios de conflictos híbridos, donde en forma directa o indirecta interviene Rusia, Wagner Group y las demás compañías, persiguen el fin de ejecutar los objetivos del Kremlin y ampliar los intereses de Seguridad Nacional rusos a nivel global, como un instrumento más de apuntalar la Política Exterior y la influencia de Moscú, algo que también lo hace los EE.UU. y algunas potencias europeas occidentales, por todo esto y observando el actual conflicto entre Ucrania y Rusia, recuerdo esa frase que dice, “…quién este libre de pecado, que arroje la primera piedra…”, algo que evidentemente no sucederá, en un escenario global caracterizado por una Interdependencia Compleja.

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