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La otra cara del terrorismo racista en los EE.UU.

Para la gran mayoría de las personas, cuando se habla o se escribe acerca de la problemática del racismo en los EE.UU., lo primero que nos viene a la mente son las organizaciones supremacistas blancas, como el Ku Klux Kan o milicias WASP, es decir White Anglosajon Protestant – Blanco Anglosajón y Protestante, y si el tema es, el Terrorismo Doméstico, entonces lo relacionamos con Timothy McVeigh y el atentado al edificio Federal de Oklahoma en 1995, o sectas como los Davidianos y el incidente en Waco, Texas, en 1993, en fin, es casi automático que asociemos Racismo, Antigobierno y Terrorismo con la población blanca y en contrapartida, a la población afroamericana como objetivo y victimas, y seguramente se debe a la historia que ha relacionado conflictivamente a ambos sectores de la población estadounidenense.

Pero hagamos historia, los esclavos africanos llegados al litoral atlántico de las entonces 13 colonias inglesas en América del Norte, representaron la mano de obra esclava de las plantaciones de algodón, índigo y tabaco, que constituían las unidades económicas de las colonias del sur, Maryland, Virginia, Carolina y Georgia, y que a diferencia de las restantes colonias, la sociedad se estructuraba a partir de ese sector constituido por ricos terratenientes anglicanos, otorgándole en consecuencia un matiz aristocrático.

La importación de esclavos africanos se debió a que a diferencia de la población indígena autóctona, aquellos presentaban una mejor resistencia y rendimiento en las arduas tareas de las plantaciones, teniendo en cuenta que por su ubicación geográfica, el clima era subtropical más afín con las condiciones climatológicas del África.

Ahora bien, más allá del denigrante status de esclavos, y que jurídicamente se los consideraba como un bien, y como tal sujeto a la compra, venta y a un precio determinado por su sexo, edad y estado de salud, no todos los dueños de las plantaciones y de sus vidas, los sometían a condiciones inhumanas, aunque estos eran la minoría, pues en líneas generales, para el dueño de una plantación el esclavo era una mercancía.

Como lo señalé, estas colonias tenían un desarrollo económico y una estructura social diferente a las otras, por el caso las que se hallaban más al norte, New England, Massachussets, Connecticut, New Hampshire y Rhode Island, cuyas economías se basaban en la pesca, la ganadería, el cultivo de cereales y la explotación forestal, con pequeños propietarios, y con una industria vinculada a los ingenios azucareros, molinos, papeleras y las conservas y que socialmente estaba constituida por puritanos con poca tolerancia religiosa, donde se levantaron como seminarios para la ordenación de ministros, las actuales Universidades de Yale y Harvard.

Por su parte, las colonias del centro, New York, New Jersey, Delaware y Pennsylvania, el desarrollo económico se manifestaba en la agricultura y el comercio, con un fluido intercambio, tanto de bienes como de personas con Europa y en consecuencia, la sociedad era heterogénea, británicos, holandeses, suecos y alemanes, por lo tanto se daba la tolerancia religiosa en virtud a las distintas corrientes cristianas, y donde la ciudad de Philadelphia, además de ser un ejemplo de urbanización era el centro de irradiación de las Ideas de la Ilustración.

Tras la independencia de las colonias y el nacimiento de ese nuevo tipo de Estado, una república presidencialista y finalmente federal, los Estados Unidos de América, las condiciones de la población originariamente africana y sus descendientes no era diferente al período colonial, pero si va madurando un conflicto entre los estados del norte y centro, con un modelo de desarrollo industrial y comercial, donde la visión abolicionista es mayoría, más que por razones libertarias por razones utilitarias, hacerse de mano de obra libre, y los estados del sur, con un modelo agropecuario con una visión esclavista por ser la mano de obra esclava necesaria para sus economías.

Lo que siguió fue la Guerra de Secesión o Guerra Civil, entre 1861 y 1865, y en pleno conflicto, en 1863, el presidente republicano Abraham Lincoln aprobó la Proclamación de Emancipación, a la que siguieron tres enmiendas constitucionales a partir de 1865, la 13ª.

que abolía oficialmente la esclavitud, la 14ª. que garantizaba los derechos constitucionales de cada ciudadano estadounidense, incluidos los afroamericanos y la 15ª. que garantizaba el derecho al voto de los ciudadanos hombres, sin importar su origen racial.

Pero pese a que pasaron 100 años, la Cuestión Racial seguía siendo un problema que calaba hondo en la sociedad estadounidense, en particular en los estados sureños, pero es en la década de los años 60 del Siglo pasado cuando comienzan a ser protagonistas movimientos como el liderado por el pastor bautista Martin Luther King Jr., en defensa de los Derechos Civiles, que logra que en 1964 se promulgara la Ley de Derechos Civiles que puso final a la segregación racial.

Pero paralelamente a este activismo pacífico, también aparecieron otros movimientos más contestatarios y violentos, como ser las Panteras Negras, que llamaban a reaccionar a la opresión blanca, que armados para responder monitoreaban el accionar policial y cuyo perfil ideológico era, nacionalismo negro, socialista y revolucionario, y su gesto distintivo era el brazo en alto con el puño cerrado, y estuvo activo desde su creación en 1966 en Oakland, California hasta 1982, una de sus figuras más conocidas fue Ángela Davis, finalmente en la segunda mitad de los años 70 sufrió escisiones y enfrentamientos interno, hasta quedar reducido y prácticamente disuelto.

Otro caso de activismo agresivo que abogaba por la autodefensa armada de la comunidad afroamericana y que acusó duramente al sector blanco de la sociedad estadounidense, fue Al Najj Malik Al Shabazz o más conocido como Malcolm X, quién será asesinado en New York en 1965, quién se había iniciado en un movimiento islamista, la Nación del Islam, a la que referiré más adelante.

Ahora bien, hoy en los EE.UU. hay una reaparición de organizaciones y grupos nacionalistas, separatistas, antisemitas e incluso Supremacistas Negros, que a diferencia de Black Lives Matter que buscan a través de la protesta pacífica y la denuncia, reformar el sistema policial y judicial, en defensa de la población afroamericana, los siguientes grupos, quieren ir mucho más allá y de manera violenta, verdaderos grupos de odio.

Me refiero al Partido de las Nuevas Panteras Negras para la Autodefensa o NPPNA, el Partido de la Liberación de los Jinetes Negros y la Nación del Islam.

El primero, las Nuevas Panteras Negras, fue fundado en 1989 en Dallas, Texas, y es quizás el más importante grupo separatista negro, en su plataforma de 10 puntos sobresale el buscar la constitución de una Nación Negra, fundada en el principio de Autodeterminación de los Pueblos, pero también contempla el fin de la brutalidad policial y el llamado a la autodefensa, es decir la portación de armas de todos los afroamericanos, en una palabra sus proclamas incentivan el odio racial, el antisemitismo y el extremismo separatista..

Uno de los fundadores de las originales Panteras Negras, Bobby Seale, compañero de Ángela Davis, se refirió a la nueva agrupación como xenófoba y absurda, en cierta manera coincidiendo con el Informe del Centro Legal para la Pobreza en el Sur, que calificó a las NPPNA como un grupo de odio que incita al odio contra la población blanca, en particular contra los judíos y contra la policía.

El segundo grupo, el Partido de la Liberación de los Jinetes Negros, tiene sus orígenes a mediados de la década de los 90, en California, en el seno de la Escuela de Capacitación Juvenil en Chino, con un perfil ideológico anticapitalista, pro nacionalismo negro y aboga por una revolución social, promueve la autodefensa de la población negra armándose contra status quo impuesto por los blancos, para lo cual induce a no luchar entre si a las pandillas afroamericanas, su líder es Mischa Culton, alias General TACO, que es el acrónimo de Talking All Capitalists Out, y que se fue expandiendo a partir del 2012, para el 2015 el partido realizó un multitudinario acto en pro de la libertad de portar armas en Texas con una manifestación armada hacia el capitolio de Austin bajo la proclama autodefensa armada de la comunidad negra.

En la web posee las páginas Wacht a Pig para monitorear el accionar policial, Educa y Liberate para la formación ideológica revolucionaria de jóvenes afroamericanos, y Apoyo a los presos políticos, y en relación a la administración del primer presidente negro de los EE.

UU., Barak Obama, Culton lo ha tildado como el último títere neocolonial y el gran esclavo de la Casa Blanca.

Veamos ahora, el caso de la Nación del Islam o NOI, aunque no tan conocida como lo fueron las Panteras Negras originales, es la organización nacionalista negra más antigua de los EE.UU., creada en 1930 en Detroit y fundada por Wallace Fard Muhammad quién realizó una amplia campaña de islamización y al morir lo sucedió Elijah Muhammad en 1934.

Tras sus programas de ayuda social a la población afroamericana, incentiva el odio racial y el antisemitismo, y es el principal promovedor de manifestaciones de apoyo a la causa palestina y condenando al Estado de Israel, su líder en la actualidad es Louis Abdul Farrakhan, un neoyorkino de 87 años, que siempre abogó por la Supremacía y Nacionalismo Negro como reacción a los grupos Supremacistas Blancos, y los partidarios de este grupo son llamados los Musulmanes Negros, y que al igual que el caso de las Nuevas Panteras Negras, fue considerado por la ONG Centro Legal para la Pobreza en el Sur, como promovedor del odio racial y del separatismo.

Ahora bien, eventos en que las víctimas del accionar policial son afroamericanas, como los casos de la muertes de Michael Brown, Eric Garner, Freddie Gray, Philando Castel, Alton Sterling, el pequeño Tamir Rice y uno de los últimos y más conocido, George Floyd, han posibilitado la proliferación de grupos radicales y separatistas negros, como así también aumentado el número de miembros en las tres organizaciones que señalé previamente, según el Informe del FBI del 2017 titulado BIE o Black Identity Extremism.

La virulencia de sus actos ha ido creciendo, valga como ejemplo lo ocurrido en New Jersey, en diciembre del 2019, cuando David Anderson y Francine Graham., ambos afroamericanos, tras asesinar a un policía que trató de identificarlos, ingresaron a una tienda Kosher matando al propietario, a un empleado y a un cliente, para después atrincherarse y enfrentar a la policía hasta que cayeron abatidos.

Casi un año antes, en Batton Rouge, Gavin Eugene Long, quién se autodenominaba el Moro, disparó contra seis policías para luego suicidarse dejando grabado un video que reivindicaba el Separatismo y Nacionalismo Negro, o tiempo después, la emboscada a once policías en Dallas, Texas, llevado a cabo por un exfrancotirador del US ARMY, Micah Johnson, miembro de las Nuevas Panteras Negras.

Para ir finalizando mi columna de hoy, el Informe 2020 de la Agencia Federal de Seguridad Interna o Home Security Agency, cita en sus conclusiones que el terrorismo negro recibe varias denominaciones, Extremismo Identitario Negro o Extremismo Separatista Negro, y que en general los actos terroristas son cometidos por grupos pequeños que pueden o no tener relación con organizaciones o partidos afroamericanos, cuyas motivaciones van desde las raciales a respuestas violentas contra el accionar de la policía, por eso, y reconociendo la legitimidad de las denuncias del movimiento Black Lives Matter, que aclaremos es un movimiento multirracial, el soslayar o minimizar los ataques y atentados mortales llevados a cabo por el extremismo separatista negro no es lo mejor, y si poner en igualdad de análisis antiterrorista a los grupos Supremacistas, Blancos o Negros, que como moraleja, ambos concuerdan que la Integración Racial es imposible, lo que me recuerda la frase del escritor y político irlandés Edmund Burke, “…para que triunfe el Mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada…”.

*Luis Fuensalida es especialista en asuntos internacionales. Fue Comisario Inspector y Jefe de Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina.

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