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“Somos víctimas del éxito de la primera fase”

La actualidad de Israel se dirime entre el complejo aumento de coronavirus que ha generado un “cierre” del país por tres semanas, y el de transitar las Altas Fiestas del modo más respetuoso a la religión posible. Para muchos, estos dos puntos son inviables en conjunto por las restricciones decididas por el gobierno. Para analizar estas diferencias dialogamos con Moshe Govrin, analista internacional, quien se expresó ante esta dialéctica que vive el país.

“Creo que somos víctimas del éxito de la primera fase, en la que se nos dijo que el número de muertos y contagiados iba a ser muy grande, y afortunadamente eso no sucedió, gracias a los esfuerzos de los equipos médicos y de las medidas del gobierno”, manifestó Govrin. El temperamento israelí es “maníaco depresivo” según el entrevistado, y se dirime entre la manía o la depresión.

“Cuando se abrieron las actividades económicas muy rápido, según el criterio general, la gente olvidó el susto y esa es la causa por la cual, en este momento estamos en el punto actual. El acatamiento es grande, yo personalmente salí porque dicto conferencias en hogares, y el tráfico a media mañana es poco. Los problemas de tránsito de la mañana estaban originados por la mayor cantidad de gente que se vio ir a trabajar, y con respecto a las manifestaciones debo decirte de que el número es tan insignificante que ni siquiera deberían mencionarse, si no fuera por que responden a una agenda determinada. Hay protestas de sectores afectados, sobre todo aquellos que tuvieron un respiro, como restaurantes y un poco de turismo interior que, lamentablemente muchos se cerraron”.

El fin de semana, como viene ocurriendo continuamente tras cada finalización de shabat, los ciudadanos israelíes salieron a protestar, algunos incluso pidiendo que dimita el primer ministro Benjamín Netanyahu.

“Hay algunas medidas que la gente no entiende, otras que acata y algunas que no entiende y no acata. El turismo es, lamentablemente, inexistente. La actividad económica, según índices, está cerca del 80 por ciento de lo que era antes del comienzo de la pandemia. Como economista te podría decir que en toda crisis, el personal es lo último de lo que el empresario se desprende, y lo último que reincorpora”, expresó.

Desde el punto de vista económico y de las proyecciones que se podían hacer antes de este de nuevo brote, Govrin explicó que “el sector privado, aunque con limitaciones, está funcionando, aunque no recibe público; los bancos y las empresas de seguros operan al 100 por ciento, las fábricas trabajan con las limitaciones de lo que se llamaba la ‘etiqueta violeta’, pero lo hacen. Se supone que hasta fin de año la pérdida en el producto bruto puede variar entre el 7, en el caso positivo, al 12 por ceinto en el caso más negativo. Pero son cifras que se pueden modificar. pues dependen sobre todo del número de enfermos graves y de muertos”.

Los servicios médicos en Israel están haciendo más de lo humanamente posible y los tratamientos indudablemente dan resultado, aunque hay días con picos,  y que se especula con que en los próximos días se podría entrar en emergencia sanitaria con una ocupación preocupante.

“Hay grupos, yo los llamaría ‘anarquistas’, a lo largo y a lo ancho del espectro de la sociedad israelí, que no son solo los jaredim, los árabes, los jóvenes o aquellos que se rebelan a cualquier cosa; son los escépticos que siguen diciendo hasta el día de hoy que no existe la pandemia, que es un invento. Entonces no podemos decir que todos los ultraortoxos no cumplieron con el aislamiento en Rosh Hashaná, porque no es cierto; y no podemos decir que toda la comunidad árabe no respeta las normas porque tampoco lo es, pero estamos en la época de los casamientos, aún cuando los salones estén cerrados, hay la misma cantidad de gente en las casas, 200, 300 o 400 personas; lo que impide el distanciamiento”.

Por extraño que parezca al pensamiento de algunos, Govrin alerta que hay gente que considera preferible contagiarse ahora, mientras hace calor, porque en invierno va a ser más riguroso y más difícil.

“Económicamente, yo creo que falta todavía un poco de ajuste para aportar a los negocios y a los independientes, pero el nivel mínimo de subsistencia está garantizado, el comando de la retaguardia está nuevamente ofreciendo alimentos gratuitos en aquellas ciudades que se llaman ‘muy rojas’ y donde la gente realmente todavía no puede salir, es decir que no existe el desamparo, pero hay gente a la que el confinamiento le hace mal, desde el punto de vista de las ansiedades, de las angustias, de la imposibilidad de ver a los hijos, a los nietos, a los familiares y amigos”.

Govrin finalizó la entrevista arribando a la conclusión de que Israel va camino a vivir una situación similar a la de España, entre otros países de Europa, con un segundo rebrote de mayor envergadura que el primero.

Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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