“Gatti amó el fútbol y el fútbol terminó amándolo a él” – Sergio Levinsky

En una entrevista desde Madrid, el periodista Sergio Levinsky repasó desde españa la trayectoria de Hugo Orlando “Loco” Gatti, a quien definió como “un personaje irrepetible del fútbol argentino”. En un diálogo cálido y repleto de anécdotas, recordó al arquero que desafió los moldes de su época y dejó una huella tanto dentro como fuera de la cancha.

Gatti debutó a los 17 años en Atlanta, club al que siempre reconoció como su punto de partida. Allí, según Levinsky, coincidió con una gran camada de jugadores y una etapa destacada en la historia de la institución. “Atlanta le dio la posibilidad de trascender”, afirmó. Más tarde, su paso por River y sobre todo por Boca lo consolidaron como una figura popular y controversial.

Entre sus múltiples rasgos distintivos, Gatti se destacó por su estilo de juego adelantado, su resistencia a lanzarse innecesariamente y su personalidad extrovertida. “Fue un innovador, se anticipaba a las jugadas y entendió el juego mediático antes que nadie”, explicó Levinsky. Además, recordó una jugada decisiva frente a Estudiantes, cuando Gatti, ya veterano, gambeteó rivales y dio un pase clave para un gol que encaminó a Boca hacia el título.

Más allá del talento deportivo, Gatti también dejó su marca con actitudes espontáneas y gestos que hoy parecen insólitos. Desde comerse una naranja que le arrojaron desde la tribuna hasta besar una pelota antes de sacarla, su vínculo con el fútbol fue tan visceral como singular. “Era un amante del espectáculo, un Chaplin del fútbol argentino”, resumió Levinsky.

Como cierre, el periodista eligió una imagen antes que una frase: “Gatti recibiendo la pelota y dándole un beso. Eso es amor puro por el fútbol”. Una escena íntima y simbólica que, según él, resume el legado de un jugador que supo disfrutar del juego y transmitir ese disfrute a millones.