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Las cuatro plantas de Sucot

“Y tomaréis en el primer día [de Sucot] un fruto de árbol cítrico (etrog), rama de palmeras (lulab), rama de mirto (hadas) y sauces de los arroyos (‘araba). Y te alegrarás delante de HaShem, tu Dios, durante siete días ” (Lev. 23).

LO QUE ESTAS PLANTAS REPRESENTAN

¿Qué tienen de especial estas 4 plantas? ¿Por qué fueron elegidas estas cuatro especies para celebrar la fiesta de Sucot?

La Torá no explica por qué menciona específicamente estas 4 plantas. Una posible razón, siguiendo el pensamiento de Maimónides, es que en los tiempos de la Torá la razón de este precepto era tan evidente que no hacía falta explicarlo.
Los Rabinos del Talmud ofrecieron algunas interpretaciones al respecto, enfocándose 1. en lo que estas plantas representan visualmente. A saber: cuatro órganos del cuerpo (espina dorsal, corazón, ojos, boca) todos unidos para servir a HaShem. O 2. lo que simbolizan sus otras dos características, aroma y gusto, representando 4 individuos del pueblo de Israel , desde el Yehudi perfecto , que estudia y observa la Torá, hasta el Yehudí que no sabe ni quiere saber. En cierta manera, luego de Yom Kippur, todos somos igualmente perdonados, y estamos unidos con la misma intención de acercarnos a HaShem con alegría.

LO QUE ESTAS PLANTAS SIGNIFICAN

Mi maestro, Ribbí Sa’adia Benzaquén, z”l, solía decir que estas plantas representan al reino vegetal, porque las 4 son perennes, es decir, que no mueren ni pierden sus hojas cuando llega el invierno. Esto es particularmente visible en el etrog, un fruto cítrico, que como explica la Guemará, permanece en su árbol durante todo el año (haddar beilanó mishaná leshaná). Es posible también que estas 4 plantas representan el reino vegetal, del cual obtenemos directa o indirectamente toda nuestra comida y energía, porque crecen en 4 zonas geográficas completamente diferentes. El etrog crece en los valles, el lulab (palmeras) en el desierto, el mirto (hadas) en las montañas, y la arabá (sauce) en las orillas de lagos y ríos.

OTRA POSIBLE EXPLICACION

Hace un par de años atrás noté algo más, un detalle que nunca antes había observado. Mientras estaba explicando a los miembros de mi comunidad cómo preservar las 4 especies para que duren por toda la semana de Sucot, me di cuenta que cada una de estas plantas se seca y marchita durante un período distinto, a una .

La planta que más rápido se seca es la ‘araba. Las ramas de sauce, una vez cortadas de su árbol se secan en cuestión de días. En muchos casos, las ramas de ‘araba no sobreviven ni siquiera los 7 días de Sucot.

Luego están las hojas de mirto, hadás, que demoran unas semanas en marchitarse por completo.

El lulab, la rama de palmera, se seca muy lentamente. No tarda semanas sino meses en secarse por completo. Hay una costumbre, que algunos Yehudim aún conservan, y que viene de los tiempos en que se horneaban las matsot en hornos de leña, de conservar la rama de lulab seca para usarla junto con la leña que se utiliza para hornear las Matsot en Pesaj, 6 meses después de Sucot.

Y finalmente tenemos el etrog. Hay varios elementos que hacen del etrog un fruto especial, pero quizás lo más característico del etrog es que es una fruta que nunca se descompone, y puede durar por años. Si uno deja, por ejemplo, un limón (el fruto cítrico más parecido al etrog) por algunos días al aire libre, o incluso en un refrigerador, se va a descomponer en cuestión de días. El etrog, sin embargo, no se pudre ni se descompone. Y si uno deja un etrog en una cajita, o incluso al aire libre, si bien se achica y pierde su color, el etrog dura y hasta preserva su aroma, no durante meses sino durante años (sic).

¿Serán estas características una casualidad?

No creo que se trate de una casualidad. ¿Por qué?

LA LLUVIA Y EL ORDEN DE LOS FACTORES

Primero porque un elemento fundamental de la fiesta de Sucot es el agua/lluvia (בחג נדונים על המים). Durante Sucot comenzamos a agradecemos a HaShem por la lluvia (mashib haruaj, morid hagueshem) y también rezamos pidiendo tener un año de lluvias generosas, y en su debido tiempo. Estas 4 plantas representan una relación de dependencia distinta —o en el caso del etrog y la araba, una relación en extremos opuestos—hacia el agua/humedad que conservan o pierden en su interior.

Pero la razón principal por la que no creo que esto sea una casualidad, es el orden en el cual estas plantas son presentadas por la Torá. Si uno observa con atención el pasuq (versículo) mencionado arriba, verá que la Torá primero menciona al etrog, luego al lulab (hoja de palmera), luego a los hadasim (mirto), y luego la ‘araba (sauce). Es decir, hay una mención progresiva que se podría relacionar con la rapidez o lentitud que estas plantas se secan. La Torá menciona primero a las que más lento se secan.

Quizás todo esto simboliza que HaShem creó criaturas, plantas o personas, con necesidades muy distintas. Y que debemos aprender a aceptar nuestras diferencias.

O quizás la Torá nos quiere dar una lección acerca de las diferencias entre lo efímero y lo duradero.

O entre el justo y el malvado. El Etrog, que fue identificado por los Sabios identificaron con el judío ideal, dedicado al estudio y a la práctica de la Torá, no se “marchita” rápidamente. Como dice David haMelej en Tehilim 1: 3: “El justo será “como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y sus hojas jamás se marchitarán. Mientras que el malvado, identificado por los sabios con la ‘araba será “, como la cáscara seca, arrastrada [contra su voluntad] por el viento”.

Para ponerse a pensar…

 

Rabino Yosef Bitton

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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