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Por qué debe preocuparnos la ley de seguridad nacional china para Hong Kong

Por: Ezequiel Naidich

El miércoles fue aprobada en el Congreso Chino, un proyecto de ley de seguridad nacional para Hong Kong. Este evento debería llamar la atención de toda persona que diga preocuparse por la democracia y los derechos humanos en el mundo.

Para entender la importancia de esta acción hay que viajar en el tiempo a 1997, año en el cual el Mandato Británico en Hong Kong finalizaba, luego de haber sido cedido por China durante 99 años. Londres y Beijing habían acordado que desde el 97 el enclave pasaba a formar parte de la República Popular China, pero, por 50 años, aplicaría un régimen especial, conocido como “un país, dos sistemas”, donde Hong Kong tendría una gran autonomía en todas las áreas de política pública excepto en política exterior y de defensa. Este acuerdo se plasmó en la Ley Básica, derivada de la Declaración Conjunta Sino-Británica.

Mientras Hong Kong no se constituyó en una democracia como prometía la Ley Básica, si heredó de la época británica derechos que no se observan en el resto de China, y las protestas se convirtieron en el principal medio para hacer oír las demandas del pueblo.

En junio del año pasado, el Concejo Legislativo hongkonés, de orientación pro-china, había introducido una ley que habilitaba la extradición hacia China, generando protestas prodemocráticas multitudinarias. Su resurgimiento, luego de que fuera controlada la pandemia del COVID-19, derivó en esta última respuesta china.

¿Qué significa esta ley? Aún no se reglamentó, pero básicamente considera crimen cualquier acción sediciosa, subversiva, el “terrorismo” (con una no muy clara definición de que incluye) o donde participen fuerzas extranjeras. Además, permite a las agencias de seguridad chinas intervenir en el enclave. Los hongkoneses y analistas internacionales temen que este sea el principio de la ruptura del régimen “un país, dos sistemas”.

China está demostrando que ya no es más una potencia en ascenso pacifico, sino un “lobo depredador” que no respeta sus compromisos internacionales. Hasta ahora solo fue confrontada hasta ahora por Australia, de quien Hong Kong es un importante socio comercial, y que además teme avances chinos en la región, y Estados Unidos. Mike Pompeo, el Secretario de Estado norteamericano, advirtió que dejaría de considerar a Hong Kong como aún teniendo autonomía, lo cual implicaría la remoción de beneficios comerciales que han llevado a Hong Kong a ser no solo un centro financiero internacional, sino también una importante vía por la cual China accede al mercado estadounidense, y viceversa.

No son ninguna novedad las presiones comerciales estadounidenses sobre China, y la República Popular está actualmente bajo escrutinio mundial por su manejo de la pandemia del COVID-19 en sus orígenes. En este contexto, como comenté hace algunas semanas, la Unión Europea tiene un peso especial. Esta organización puede intentar utilizar a Beijing para fortalecer su independencia de Washington, creyendo que puede liberalizar al país asiático mediante el acercamiento.

Pero considerando los últimos casos de autocensura europea, no pareciera llegar una liberalización de China, sino un alejamiento de sus valores fundacionales por parte de la Unión Europea. Los hongkoneses aún tienen fe en la Unión como defensor de los Derechos Humanos. Además, puede aprovechar para demostrar que el Brexit no es el fin de la cooperación entre el Europa y el Reino Unido, que siendo uno de los firmantes de aquel acuerdo que dio autonomía a Hong Kong en 1997, debería confrontar a China.
Si Europa no actúa ahora, podría ser el fin de su credibilidad.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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